Al Madrid le sobr¨® fortuna para sorprender al Sparta
El Real Madrid llev¨® a Praga fama, gloria a?eja, prestigio y escaso f¨²tbol, y se trajo a Espa?a un buen resultado para el encuentro de vuelta de esta primera eliminatoria de la Copa de la UEFA. El triunfo del Sparta por la m¨ªnima diferencia puede saber a poco a los jugadores y aficionados del conjunto checo, que no se hacen demasiadas ilusiones en superar la eliminatoria. El partido de ayer se convirti¨®, desde que se conoci¨® la eliminatoria, en el encuentro del siglo para el Sparta. Sus jugadores lucharon como si fuera una final. El Madrid sufri¨® mucho porque el ansia goleadora de los checos puso en evidencia sus fallos. El equipo madridista careci¨® de ordenador y cerebro. Lozano fue un fracaso. Los madridistas supieron aprovechar los contados fallos del Sparta y con la colaboraci¨®n de su esp¨ªritu de r¨¦plica, empatar el partido en dos ocasiones. El Sparta mereci¨® una victoria m¨¢s amplia.El encuentro se inici¨® con buenos augurios para los hombres de Di St¨¦fano. Los madridistas impusieron su ritmo con ganas, mayor fuerza, t¨¦cnica y mejor juego que los checos. Pero las ilusiones se evaporaron a los pocos minutos. Las ocasiones de peligro partieron de las botas de los jugadores checos, con un juego bronco, de tanque, pero arrollador, efectivo y pr¨¢ctico.
JUAN JOS? PARADINAS, Praga
ENVIADO ESPECIAL
El primer gol del encuentro, cuando el Sparta comenz¨® a ser due?o del campo, fue la se?al que lanz¨® a sus jugadores a una lucha sin cuartel. El Madrid pas¨® muchos apuros. Sus jugadores quedaron agarrotados por el ataque checo. Garc¨ªa Rem¨®n, al minuto de recibir el primer gol, en el que particip¨® con fallo, enmend¨® su error al salvar un bal¨®n que se colaba en su porter¨ªa y lanzar la pelota a c¨®rner. Ejecutado ¨¦ste, Griga remat¨® a la escuadra. Juan Jos¨¦ y Metgod comenzaban a acumular entonces un fallo tras otro.
Pero el esp¨ªritu respond¨®n del Madrid no se hizo esperar y de esa forma logr¨® igualar el marcador con el tanto de Santillana. Los checos no concedieron tregua ni respiro. Griga, cuando quedaban un par de minutos para el descanso, volvi¨® a estrellar el bal¨®n en los palos de la porter¨ªa madridista. Los fallos defensivos del Madrid continuaron en la segunda parte y fruto de uno de ellos, protagonizado por San Jos¨¦, permiti¨® al Sparta adelantarse de nuevo en el marcador. La ¨²nica jugada que Juan Jos¨¦ fabric¨® por su banda fue rematada por Juanito y volvi¨® a igualar el encuentro.
El Madrid prob¨® diferentes cambios en el centro del campo, pero le falt¨® el ordenador y cerebro de juego. Lozano pas¨® desapercibido, anulado por Hasek, un jugador lapa, y tuvo que ser sustituido. La defensa del Madrid fall¨® demasiado, sobre todo Metgod, nervioso, descolocado y con fuerzas cortas. El jugador holand¨¦s no fue nunca s¨ªntoma de garant¨ªa y seguridad para sus compa?eros, sobre todo para Garc¨ªa Rem¨®n.
El Sparta domin¨® m¨¢s, corri¨® y busc¨® con af¨¢n el triunfo ante un Madrid demasiado conservador. Siempre busc¨® aumentar su diferencia goleadora. Impusieron su fuego acometedor, duro y pegajoso, que lleg¨® a poner nerviosos a los hombres de Di St¨¦fano.
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