El Congreso trata de contener la escalada de EE UU en L¨ªbano

La escalada militar norteamericana en L¨ªbano ha provocado una agria discusi¨®n en el Senado estadounidense, donde se considera que el env¨ªo de 2.000 nuevos marines y la autorizaci¨®n para recurrir al apoyo de la aviaci¨®n para defender a la fuerza multinacional son medidas que debieran haber sido consultadas con el Congreso. Mientras tanto, ayer lleg¨® a Damasco el enviado de Ronald Reagan a Oriente Pr¨®ximo, Robert McFarlane, quien personaliza la vertiente diplom¨¢tica de la presi¨®n que Estados Unidos realiza para encontrar una salida a la crisis libanesa, que alcanza por momentos una gravedad inusitada.

En la acalorada sesi¨®n que ayer celebr¨® el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, miembros de la Administraci¨®n y del Ej¨¦rcito advirtieron contra toda restricci¨®n que afecte a los marines, informa Reuter. Previamen te varios senadores hab¨ªan cuestionado con dureza la negativa de la Casa Blanca a someter al Congreso la posibilidad de retirar a los marines de Beirut, seg¨²n estipula la ley de Poderes de Guerra de 1973. Este documento establece que el presidente no puede mantener soldados. en zona de combate durante m¨¢s de 90 d¨ªas, a no ser que el Congreso declare la guerra, apruebe espec¨ªficamente la acci¨®n presidencial o ampl¨ªe el l¨ªmite de los tres meses.Lo que se busca ahora es una f¨®rmula de compromiso para evitar que Reagan tenga que rendir cuentas de una decisi¨®n que contraviene la mencionada ley. La Casa Blanca arguye que los soldados "no est¨¢n en. situaci¨®n de hostilidad inminente", tal y como manifest¨® ante los parlamentarios el comandante de marines Paul Kelly. El oficial asegura que no hay evidencia firme" de que los proyectiles que cayeron sobre las posiciones norteamericanas en L¨ªbano -y que han costado cuatro vidas- fuesen dirigidos exprofeso contra los marines.

Pacto restrictivo

El pacto a que se pretende llegar entre la Casa Blanca y el Congreso contempla la posibilidad de imponer un l¨ªmite de 6 a 18 meses a la presencia de los marines en L¨ªbano e impedir al presidente que se aumente la discreci¨®n y los efectivos del contigente estadounidense, en la fuerza multinacional.

El comandante Kelly se muestra contrario a una limitaci¨®n temporal por temor a que ello pueda animar a las facciones, en lucha a ser m¨¢s provocativas de cara a generar un mayor rechazo popular norteamericano a la presencia militar en L¨ªbano.

Londres tambi¨¦n ha decidido apoyar con aviones a sus soldados en L¨ªbano. Seis cazas estacionados en Chipre realizan misiones de observaci¨®n sobre las posiciones de las fuerzas antigubernamentales libanesas y tienen orden de defender a las tropas brit¨¢nicas, que hasta ahora no han tenido ninguna baja, si son atacadas, informa Soledad Gallego-D¨ªaz.

McFarlane, que se entrevist¨® nada m¨¢s llegar a Damasco con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, coincidi¨® en la capital siria con el mediador saud¨ª en el conflicto.

El acuerdo sirio-saud¨ª

El enviado saud¨ª era portador de un borrador revisado del acuerdo adoptado la v¨ªspera junto con los -sirios para llegar a un alto el fuego en L¨ªbano. Este proyecto -calificado de constructivo y positivo por McFarlane, quien se comprometi¨® a hacer que Amin Gemayel lo aceptara- fue rechazado por Beirut al considerar inadmisible la cl¨¢usula que mediatizaba la capacidad de actuaci¨®n del Ej¨¦rcito liban¨¦s.