Posible flexibilizaci¨®n de Reagan en sus negociaciones con Mosc¨²

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, prepara una revisi¨®n en las negociaciones para una reducci¨®n y control de armas nucleares, actualmente en curso en Ginebra entre representantes de las dos superpotencias, a pesar de la tensi¨®n creada entre Washington y Mosc¨² tras el derribo sovi¨¦tico del avi¨®n surcoreano que cost¨® la vida a 269 personas.

La flexibilidad, dentro de unos criterios de igualdad de derechos y de l¨ªmites", seg¨²n un alto funcionario norteamericano, deber¨ªa prevalecer a la hora de dar un impulso final a las negociaciones de Ginebra, destinadas a un acuerdo Este-Oeste en materia de misiles de medio alcance. Es posible que el presidente Reagan anuncie personalmente las nuevas directrices en los pr¨®ximos d¨ªas.'Cumbre' con Andropov

A pesar de las duras cr¨ªticas de los sectores m¨¢s conservadores, que consideran d¨¦biles las sanciones impuestas por EE UU a la URSS, promoviendo el boicoteo occidental en los vuelos comerciales hacia Mosc¨², el presidente Reagan reconoci¨® que no hab¨ªa pensado seriamente en suspender las negociaciones de Ginebra. Y tampoco en excluir definitivamente una eventual reuni¨®n en la cumbre con el dirigente sovi¨¦tico Yuri Andropov, seg¨²n declar¨® el inquilino de la Casa Blanca a la revista Time.

Las acusaciones contra la URSS fueron muy duras en la sede del poder legislativo, mientras se preparaban sendas resoluciones en la C¨¢mara de Representantes y el Senado en un asunto que se calific¨® no de litigio de "EE UU contra la URSS, sino de la URSS contra el mundo", como afirm¨® el l¨ªder de la mayor¨ªa dem¨®crata, Thomas O'Neill.

Las resoluciones piden la indemnizaci¨®n de la URSS a las v¨ªctimas - principio rechazado por Mosc¨²-, la solidaridad occidental en las sanciones en materia de aviaci¨®n civil y la posibilidad de reducir la presencia de diplom¨¢ticos sovi¨¦ticos en EE UU, en un momento de expulsiones mutuas por ambos lados bajo acusaciones de espionaje.

M¨¢s dinero para armamento

Las consecuencias positivas para Washington del nuevo clima de guerra fr¨ªa entre las dos potencias se reflejaron ayer en el senado, al dar luz verde esta c¨¢mara, por una mayor¨ªa abrumadora, al presupuesto del Pent¨¢gono para 1984, por un valor de 187.500 millones de d¨®lares (m¨¢s de 28 billones de pesetas). Y se espera que el presupuesto para iniciar la fabricaci¨®n de los nuevos misiles intercontinentales MX sea r¨¢pidamente aprobado tambi¨¦n por la C¨¢mara de Representantes. Y lo mismo en lo que se refiere a la dotaci¨®n de fondos para producir nuevas armas qu¨ªmicas -canceladas desde 1969 por el presidente Richard Nixon-, arguyendo que la URSS ha utilizado lluvia amarilla en Afganist¨¢n y en el sureste asi¨¢tico.

En definitiva, Ronald Reagan parece inclinarse hacia el pragmatismo a la hora de intentar un compromiso con Mosc¨² en materia de control del arsenal nuclear, pero sin perder las oportunidades pol¨ªticas que abre para el rearme de EE UU el ataque sovi¨¦tico al avi¨®n surcoreano.

Discurso de 'tono duro'

Entretanto, el presidente prepara un discurso de tono duro que pronunciar¨¢ a finales; de mes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York. Una asamblea que comenzar¨¢ el pr¨®ximo 20 de septiembre, bajo un clima de escepticismo e inquietud, ante la frustraci¨®n de la ONU, que fue incapaz en 1983 de resolver los m¨²ltiples conflictos internacionaIes, seg¨²n expresa el pesimista informe elaborado por su secreta?o general, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar.