El retrato de un provocador

Cuando hace pocos d¨ªas ve¨ªamos en televisi¨®n al corrosivo travestido argentino ?ngel Pavlovski, muchos recordamos la ins¨®lita pel¨ªcula que interpret¨® Oca?a y que pas¨® por la cartelera sin llamar suficientemente la atenci¨®n. Quiz¨¢ porque la pel¨ªcula documental que dirigi¨® Ventura Pons no ofrec¨ªa suficientes atractivos o porque el ins¨®lito panorama de contemplar c¨®mo un aficionado al travestismo hac¨ªa gala a tumba abierta de su condici¨®n homosexual era un espect¨¢culo insoportable para la Espa?a de 1978, aquel Oca?a, retrato intermitente no lleg¨® a provocar como merec¨ªa su condici¨®n.El travestismo todav¨ªa es una costumbre social escasamente soportada pero en los a?os que distancian la pel¨ªcula de Oca?a del show televisivo de Pavlovski se han transformado sutilmente algunos t¨®picos conservadores, y hoy es posible ver en los hogares la inquietante provocaci¨®n de un hombre que pone en solfa los tab¨²es sexuales. Oca?a fue un pionero y mostr¨® el valor que hab¨ªa menester para enfrentarse a una sociedad que no aplicaba su af¨¢n de modernismo a la ampliaci¨®n de su tolerancia. La pel¨ªcula de Oca?a fue relativamente aceptada.

Cierto es que no mostraba en ella una profundidad de juicio que cautivara al espectador m¨¢s all¨¢ de la sorpresa, ni que emocionara con los cuadros que le inspiraron su primera vocaci¨®n de pintor, pero la figura de un charnego vestido de andaluza, peineta puesta y cantando saetas era la ant¨ªtesis visual de nuestras infantiles semanas santas.