El pago de tasas acad¨¦micas

Como mi padre no es de Iberia, ni de Renfe, ni de Telef¨®nica, ni trabaja en un banco o en un gran almac¨¦n, no tengo en ninguno de estos medios ayuda alguna que haga m¨¢s llevadero el equilibrio econ¨®mico de mi casa. Tampoco es mi padre aut¨®nomo, quiz¨¢ as¨ª si al acabar de estudiar no encontrara trabajo tuviera con ¨¦l alguna salida.Soy hija de un maestro, y cr¨¦anme ustedes, si en mi casa s¨®lo entrara el sueldo de mi padre; siendo como somos familia numerosa, no llegar¨ªa ¨¦ste a final de mes. Y si a estas alturas consideran ustedes que la dispensa de las tasas acad¨¦micas, es una ayuda de talante -tercermundista, piensen los lectores -y ?qui¨¦n tira la primera piedra?- ?qu¨¦ ciudadano espa?ol no encuentra en su empresa alg¨²n tipo de ayuda?

Si el Ministerio de Hacienda va a sacar adelante este recurso, esperemos no ser nosotros quienes rompamos la lanza y con ello quede resuelto. A ver c¨®mo eliminan ustedes todo este tipo de beneficios, tarea casi imposible, en la que, como siempre que de Hacienda se habla, s¨®lo pasamos por el aro los funcionarios p¨²blicos.

Hasta el m¨¢s peque?o aut¨®nomo (frutero ... ), ?a qui¨¦n colocar¨¢ primero sino a sus hijos? Nosotros estas ventajas no las tenemos, ¨²nicamente esta peque?a ayuda que se nos ha robado, sacando esta resoluci¨®n cuando las tasas para este curso ya estaban fijadas por real decreto de 28 de julio de 1983 y esperando a que los profesores est¨¦n de vacaciones para, poco menos que a escondidas, salirse con la suya /