El hombre y el cerdo
Me ha sorprendido penosamente el art¨ªculo ?Cu¨¢ndo empieza la vida humana?, que apareci¨® en la secci¨®n Ciencia de su peri¨®dico el pasado d¨ªa 10. Me faltan palabras para calificar tal c¨²mulo de disparates, que de todo tienen menos de cient¨ªficos.El que llama "criterio fundamental para decidir acerca del per¨ªodo de aparici¨®n de la vida humana", fundado en la analog¨ªa con los s¨ªntomas de la muerte cl¨ªnica, es delirante. Dice que "un individuo con el cerebro irreversiblemente comprometido en su funcionalidad no se considera una persona viva", aunque el resto de sus ¨®rganos funcione; y de ello concluye que, como el zigoto no tiene cerebro, carece de vida humana.
El sofisma es evidente. En el caso de la muerte cl¨ªnica, el cese de la actividad cerebral superior es irreversible -si se dudara de esa irreversibilidad, a nadie se le ocurrir¨ªa considerarle muerto-; pero el embri¨®n humano, si no le asesinan antes, desarrollar¨¢ un cerebro en perfectas condiciones. Por tanto, no existe analog¨ªa alguna entre los dos supuestos.
Muy convincentes los dibujos que ilustran el art¨ªculo, donde se nos muestra que poco se diferencia el hombre del cerdo. ?Conocer¨¢ el autor lo que es el c¨®digo gen¨¦tico? /
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