Jos¨¦ Antonio Castro, un aspirante con 25 a?os de condena por robo
A las once en punto de la ma?ana del domingo, Castro Alfonso, 23 a?os, 1,85 de estatura, casi 90 kilos, subir¨¢ al ring instalado en la misma prisi¨®n para enfrentarse al campe¨®n de Espa?a de aficionados en peso pesado, Jos¨¦ Ortega. Sus compa?eros, unos 300, no hablan de otra cosa."He tenido tropiezos con la justicia por necesidad y por mala suerte. Yo creo que tambi¨¦n por ignorancia. El coco ya me rige mejor gracias al boxeo", dice mientras acaba un yogurt, en pantalones cortos, antes de pegarle al saco. Desde los 18 a?os pisa la prisi¨®n. En 1977 no pudo acudir, por esta raz¨®n, a los Campeonatos de Espa?a de Aficionados. Al a?o siguiente, tampoco: "Qued¨® subcampe¨®n un canario, al que yo le hab¨ªa ganado por KO". Sin embargo, en 1979, s¨ª le fue posible viajar a C¨¢diz y logr¨® la medalla de bronce. "A uno le gan¨¦ tambi¨¦n por KO en el segundo asalto. El otro me venci¨® a los puntos". Ese a?o, a pesar de estar preseleccionado para los Juegos Mediterr¨¢neos, tuvo que abandonar el boxeo. El 4 de diciembre, fecha que no olvida, ingres¨® en la prisi¨®n tinerfe?a con varias condenas, que llegaron a sumar 29 a?os de reclusi¨®n. La reforma del C¨®digo Penal le reducir¨¢ notablemente la pena y es posible que muy pronto pueda salir a la calle a boxear gracias al r¨¦gimen abierto.
R¨¦gimen abierto
Jos¨¦ Manuel Mahadaleno, responsable de la secci¨®n de r¨¦gimen abierto, destaca los buenos resultados de esta experiencia y comenta delante de Castro c¨®mo el equipo de tratamiento penitenciario de la prisi¨®n aprob¨® su dedicaci¨®n al boxeo como una tarea regeneradora. "Desde que te metiste en esto te has hecho un t¨ªo responsable" le dice. "Hay una motivaci¨®n, desde dentro de la c¨¢rcel se lucha por algo", afirma Castro, recordando los casos de otros p¨²giles famosos que estuvieron entre rejas, como Sonny Liston, por cuya vida ha sentido curiosidad.A los 16 a?os empez¨® a boxear. "Pero ha sido ahora cuando ha logrado mayor notoriedad. En Tenerife no hab¨ªa quien le ganara y el presidente de la Federaci¨®n de Boxeo me sugiri¨® la posibilidad de este combate con Ortega", explica el director de la prisi¨®n, que no oculta su entusiasmo por Castro. En el interior de la instituci¨®n funciona desde noviembre pasado el gimnasio P¨¦rez Armas, que lleva el nombre de la avenida donde est¨¢ emplazado el centro. Junto a Castro se preparan otros nueve reclusos. Este es el cuarto combate que celebran. Todos est¨¢n federados y se someten regularmente a revisi¨®n m¨¦dica.
"Yo creo que mi familia es una familia normal, a pesar de todo. Me llevo bien con ella. Tenemos grandes v¨ªnculos". Juan Ram¨®n y otro hermano, Jos¨¦ Luis, tambi¨¦n est¨¢n en la c¨¢rcel. El primero, enfermo del t¨®rax, ha sido trasladado estos d¨ªas del sanatorio a la prisi¨®n a petici¨®n suya para estar junto a su hermano. Jos¨¦ Luis, que trabaja en la cerrajer¨ªa de la prisi¨®n, le sirve de sparring. Para los presos de Tenerife, Castro es un ¨ªdolo al que no hay que dejar beber ni fumar por estas fechas. De la veintena de combates que ha realizado hasta ahora s¨®lo ha perdido dos y ha hecho otros tantos nulos.
S¨®lo ha podido ver la primera parte de la pel¨ªcula Rocky. "Me gust¨®. Es un ejemplo de c¨®mo superarse a s¨ª mismo". Y en ese momento debe sentirse Sylvester Stallone, Rocky Marciano o Clay, su preferido. Desde que boxea -estuvo desde 1979 hasta 1982 sin entrenar- le ha sido m¨¢s f¨¢cil la vida en la prisi¨®n. "No creo que haya muchas c¨¢rceles que apoyen como ¨¦sta el boxeo".
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