Xavier Zubiri y el realismo trascendental
Se ha dicho que la situaci¨®n hist¨®rica de la filosof¨ªa contempor¨¢nea presenta cierto aspecto parad¨®jico. La extraordinaria figura de M. Heidegger domin¨® abrumadoramente la primera mitad de nuestro siglo provocando una verdadera inundaci¨®n de comentarios e interpretaciones, pero ninguno de los pensadores que buscaron inspiraci¨®n en sus dif¨ªciles textos percibieron el n¨²cleo fundamental de su doctrina. Ignorando el significado central de su pensamiento, se desviaron hacia temas perif¨¦ricos. En nombre del existencialismo, Sartre mont¨® su lucha contra "la metaf¨ªsica de las esencias" sin salir del terreno de la filosof¨ªa cl¨¢sica. Pon¨ªa cabeza abajo la f¨®rmula "esencia-existencia", permaneciendo, sin embargo, dentro del esquema tradicional. Algo semejante puede decirse del existencialismo cristiano y de la filosof¨ªa de K. Jaspers. Todos ellos se mueven en el suelo de las viejas ant¨ªtesis de la filosof¨ªa cl¨¢sica sin tocar siquiera los fundamentos de ¨¦sta. Por ello, nos dice L. Landgrebe que nadie acert¨® a enfrentarse con el problema del Sex, tal corno lo planteaba M. Heidegger.Pero los que leemos espa?ol sabemos perfectamente que Zubiri percibi¨® claramente que Heidegger planteaba el problema metaf¨ªsico m¨¢s all¨¢ de los esquemas tradicionales y que entabl¨® all¨ª su debate con el pensador alem¨¢n.
Para Heidegger, el Ser no era un concepto transcendental como en la filosof¨ªa cl¨¢sica, sino. un dato, algo dado. Pero Zubiri cre¨ªa que ese dato fundamental no era lo que pensaba Heidegger: una claridad que defin¨ªa al ser del hombre y, al propio tiempo, le permit¨ªa inteligir las dem¨¢s cosas. Zubiri pensaba que esta concepci¨®n de Heidegger constitu¨ªa un ingente platonismo A su juicio, la transcendentalidad era algo dado al hombre, pero no consist¨ªa en una claridad subsistente. A su modo de ver, la dimensi¨®n transcendental estaba dada en la realidad concreta de las cosas f¨ªsicas, en su propia realidad individual.
Su reacci¨®n frente a Heidegger fue, pues, an¨¢loga a la de Arist¨®teles frente a Plat¨®n. Nos referimos, naturalmente, a una analog¨ªa de reacciones y de actitudes filos¨®ficas porque, como es obvio, el contenido de estas dos filosof¨ªas con tempor¨¢neas nada tiene que ver con el de aquellas filosof¨ªas griegas. De todos modos, la confrontaci¨®n entre Heidegger y Zubiri revivi¨® en nuestra ¨¦poca la lucha de gigantes que enfrent¨® en su momento a los dos maestros de la filosof¨ªa cl¨¢sica.
Realidades sensibles
As¨ª surgi¨® el realismo transcendental de Zubiri, una metaf¨ªsica que pretende buscar las dimensiones transcendentales de todo lo real en la realidad f¨ªsica individual de las cosas.
Al reflexionar sobre lo que nos es dado de las realidades sensibles individuales, Zubiri prest¨® atenci¨®n a lo que denomin¨® "la impresi¨®n de realidad", una impresi¨®n que no se define por sus meros contenidos sensibles -color, sabor, etc¨¦tera-, sino por la aprehensi¨®n de esos mismos contenidos en tanto que realidades. La impresi¨®n de este verde no como, simple verde, sino como verde real o realidad verde. Todo lo que aprehendemos -cualesquiera sea el contenido espec¨ªfico de la impresi¨®n- lo aprehendemos como real, como poseyendo un car¨¢cter inespec¨ªfico de realidad com¨²n a todas las realidades del universo. Este car¨¢cter inespec¨ªfico de realidad es lo que constituye justamente la dimensi¨®n f¨ªsica transcendental de cada realidad. Por ello nos dice Zubiri que el hombre es el animal que est¨¢ abierto a la realidad en cuanto tal, en sus dimensiones transcendentales. Esto significa que para Zubiri la realidad es de suyo intr¨ªnsecamente inteligible. No se trata de un "ente en bruto", como dec¨ªan los existeincialistas, algo en s¨ª mismo ininteligible que s¨®lo se pod¨ªa hacer inteligible por la iluminaci¨®n del Ser, por las ideas o por nuestros proyectos, como pensaban Husserl, Heidegger y Sartre. La realidad no es, por tanto, s¨®lo el primer transcendental, sino tambi¨¦n el primer inteligible.
Pero en el estudio de la "impresi¨®n de realidad" Zubiri no s¨®lo encontr¨® la dimensi¨®n transcendental que constituye la realidad individual en cuanto tal, sino tambi¨¦n las dimensiones transcendentales que constituyen a esa realidad individual como mundanal, como una realidad del Todo de lo Real.
La exploraci¨®n de todas estas dimensiones transcendentales de la realidad individual fue llevada a cabo por Zubiri a lo largo de pacientes y penosas investigaciones hasta poder ertregarnos el ¨²ltimo de los grandes sistemas metaf¨ªsicos. Su gigantesca figura filos¨®fica -s¨®lo comparable en nuestro siglo a Husserl y a Heidegger- se nos aparece por ello, al decir de Aranguren, como el ¨²ltimo de los grandes fil¨®sofos europeos. Si pensamos ahora en la trayectoria que acabamos de apuntar -desde el Ser de Heidegger hasta el es tudio de las dimensiones transcendentales de la realidad fisica individual-, podemos decir que la distancia que separa ambos conceptos mide el avance de Zubiri sobre la ¨²ltima filosof¨ªa europea. Al detenerse para siempre las investigaciones de Zubiri, es muy probable que se produzca un silencio que dure d¨¦cadas enteras, quiz¨¢ siglos. Los grandes metaf¨ªsicos no abundan. Pensemos simplemente que entre el nacimiento de F. Su¨¢rez y el de X. Zubiri ?transcurrieron 350 a?os!
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