'Espa?olas en Par¨ªs', 12 a?os despu¨¦s
En 1971, Espa?olas en Par¨ªs, la primera pel¨ªcula que dirigi¨® Roberto Bodegas, fue una propuesta de inter¨¦s en el cine espa?ol a¨²n sujeto en lo fundamental a las comedietas oportunistas y chabacanas, al margen, claro est¨¢, de la absurda censura que a¨²n se empe?aba en negar el evidente af¨¢n de libertad de los espa?oles (Muerte en Venecia segu¨ªa prohibida), y de la f¨¦rrea presencia de las multinacionales que s¨ª supieron que aquellas. fechas eran fundamentales para consolidar su control,No hab¨ªa ideas claras entre los cineastas espa?oles de inter¨¦s porque no exist¨ªan las condiciones precisas para plasmarlas. Bardem deambulaba del brazo de Sara Montiel en Variet¨¦s, mientras Berlanga, en Vivan los novios, hac¨ªa una comedia negra y cabreada a la que faltaba el cuidado cari?oso de sus anteriores puestas en escena. Armi?¨¢n despuntaba con Mi querida se?orita; Pedro Olea se empe?aba en organizar su propia producci¨®n para salir del hoyo al que la industria le condenaba; Bu?uel preparaba en Francia El discreto encanto de la burgues¨ªa, entre otras razones porque en Espa?a no le quer¨ªan...
Como una posibilidad de respiro surgi¨® la denominada tercera v¨ªa. No era un g¨¦nero, pero s¨ª un estilo, no fue una soluci¨®n, pero s¨ª una propuesta que salvara la honorabilidad de los autores. Jos¨¦ Luis Dibildos, guionista y productor, fue quien la foment¨®, prolongando as¨ª una filmograf¨ªa en la que abundan las comedias conservadoras pero rara vez ofensivas: desde el inicio de su carrera, Dibildos se empe?¨® en que la risa no estaba re?ida con el m¨ªnimo respeto debido al p¨²blico. En los primeros a?os setenta, la comedia hab¨ªa degenerado al astrac¨¢n, y ¨¦ste a la tomadura de pelo: a¨²n padecemos esa miseria.
Una falsa pol¨¦mica
La tercera v¨ªa era el centro de una falsa pol¨¦mica establecida entre el rentable cine de consumo y el minoritario cine de autor, del que sobresal¨ªa Carlos Saura, constante innovador, fiel a s¨ª mismo. Como tal discusi¨®n, la tercera v¨ªa no ten¨ªa sentido puesto que ni la censura aflojaba sus tuercas (Espa?olas en Par¨ªs fue mutilada en el gui¨®n) ni el p¨²blico se apuntaba a ver cine que no se promocionara con la fuerza de las multinacionales, pero propuso unos cuantos t¨ªtulos de inter¨¦s (Los nuevos espa?oles, algo m¨¢s tarde) que animaron a otros cineastas (Jos¨¦ Luis Garci, entre ellos), que acabaron recuperando la comedia como g¨¦nero inteligente. Hoy no hay m¨¢s v¨ªa que la de la calidad.Espa?olas en Par¨ªs triunf¨® en los cines espa?oles y menos en Francia, donde incluso se produjeron algunas protestas de las aut¨¦nticas bonnes espa?olas que no se vieron reflejadas en la comedia melodram¨¢tica que se propon¨ªa en la pantalla. Ten¨ªan raz¨®n: la pel¨ªcula no es un documental, pero se equivocaban al exigir a nuestro cine que hablara en t¨¦rminos di¨¢fanos. Aqu¨ª segu¨ªamos viviendo de la oscuridad y el temor.
Espa?olas en Par¨ªs se emite hoy a las 20.30 en el segundo programa.
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