Ense?anza religiosa
Desde el a?o 1919 viv¨ª y trabaj¨¦ en distintos pa¨ªses de Centroam¨¦rica, m¨¢s en M¨¦xico; en este tiempo comprob¨¦ que en estos pa¨ªses, enormemente religiosos, la democracia se practicaba en toda relaci¨®n entre personas y al mismo tiempo con relaci¨®n al Estado.En los muchos a?os que resid¨ª all¨ª nunca autoridad alguna ni persona p¨²blica o civil me preguntaron qu¨¦ religi¨®n. profesaba; all¨ª nunca comprob¨¦ que la ense?anza religiosa de cualquier ¨ªndole recibiera aportaci¨®n alguna del Estado. Aquel que deseaba la ense?anza religiosa la encomendaba a la Iglesia o la pagaba en un colegio particular af¨ªn, los cuales eran de pago y caros.
A mi llegada a Espa?a ya recib¨ª presiones por no ir a la iglesia, y yo jam¨¢s pregunt¨¦ a nadie por qu¨¦ causa la visitaba. Siempre cre¨ª que estas cosas eran de competencia personal e ¨ªntima, y no deb¨ªa influir para nada en las relaciones humanas ni en la vida de cada uno.
Actualmente, en los Presupuestos del Estado hay una partida para la Iglesia, as¨ª como para sus colegios; por tanto, una parte de los impuestos que pago est¨¢ destinada a estos casos.
Esto no es libertad de cultos; la libertad de cultos es que cada uno pague a la religi¨®n que profesa, libremente, y si quiere que sus hijos tengan colegio donde se ense?e religi¨®n (cualquiera que sea) debe llevarlo a un colegio donde se practique la religi¨®n que quiera.
En lo que tengo de vida (ya muchos a?os), si alguna vez mand¨¦ trabajar a alg¨²n sacerdote, tengan la seguridad que le pagu¨¦ todo su trabajo, y esta es la verdadera democracia y la verdadera religi¨®n.
Hace varios siglos que a los pueblos se les ofrece al cielo en el otro mundo, pero los pueblos de hoy ya quieren que se les d¨¦ en la tierra y en vida (as¨ª ven que se les da a los que econ¨®micamente pueden pagarlo), pues, en la historia, aquel que quiso el cielo en vida hubo de pagarlo./
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.