El aborto

El Congreso ha aprobado el proyecto de despenalizaci¨®n del aborto, como estaba previsto. Lo aprobar¨¢ el Senado. Ser¨¢ ley. Pero esto no va a ser el final de nada. En primer lugar, porque queda el Tribunal Constitucional. Pero, sobre todo, porque detr¨¢s del Estado y de sus instituciones est¨¢n la sociedad y unos valores morales que, antes que el Estado, le pertenecen a ella y de los que es natural depositaria y abanderada frente a quien los desconozca: el derecho a la vida est¨¢ por encima de todos los rodillos socialistas o no socialistas.El derecho a la vida es un patrimonio de la sociedad. Pero decir sociedad quiere decir cada ciudadano. Es cada espa?ol quien, en la intimidad de su conciencia, va a decidir si esta ley es, en un pa¨ªs de profundas ra¨ªces humanas como Espa?a, un triste episodio o algo irreversible. Ser¨¢n los espa?oles los que decidan si, cuando la ciencia afirma, cada vez con m¨¢s seguridad, que hay vida humana desde el primer momento de la concepci¨®n, convertiremos en definitiva la desprotecci¨®n jur¨ªdica de esa vida tan s¨®lo porque un partido, que se siente incapaz de cumplir su programa en los puntos vitales que afectan a la mayor parte de los espa?oles, quiere empe?arse en cumplirlo en lo que m¨¢s puede humillarles. Los tribunales del Estado no podr¨¢n condenar determinadas aberraciones humanas, pero existe otro tribunal, m¨¢s alto e inapelable, la conciencia. Y ante ¨¦l cualquier hombre, cualquier mujer, es simult¨¢neamente acusado, fiscal, juez y, llegado el caso, culpable condenado.

, 7 de octubre