El Nobel de Walesa
Desde que el a?o 1901 se otorgara a J. H. Dunant el primer Premio Nobel de la Paz hasta el ¨²ltimo, concedido a Lech Walesa en 1983, el quinteto o tribunal elegido por el Storthing noruego nos viene sorprendiendo por sus arbitrarias y politizadas decisiones a la hora de nominar la persona con mayor suma de m¨¦ritos entre los diversos candidatos propuestos.A los trabajadores nos ha llegado al alma que por primera vez se hayan acordado -decidido- por un representante sindical, pero disentimos del hombre elegido, por considerar que es una maniobra pol¨ªtica, ya que en este mundo lleno de injusticias sociales hay cientos o miles de hombres y mujeres que re¨²nen muchos m¨¢s m¨¦ritos que el agraciado con el preciado honor, concret¨¢ndonos ¨²nica y exclusivamente al ¨¢mbito sindical.
En este contexto hist¨®rico podr¨ªa enumerar, entre otros, los sindicalistas espa?oles en la ¨¦poca franquista, los actuales chilenos, argentinos, salvadore?os y otros muchos, y c¨®mo no, las sufridas madres de la plaza de Mayo argentinas, aunque ¨¦stas no sean sindicalistas. Todos estos soldados desconocidos del sindicalismo mundial podr¨ªan hablar largo de c¨¢rceles, persecuciones, p¨¦rdidas de vidas y hambre de sus familiares, "entras que el ya hoy premio Nobel de la Paz 1983 posee todo cuanto m¨¢s ans¨ªa un sindicalista: trabajo seguro, un buen hogar, escuela gratis para sus numerosos hijos y una alimentaci¨®n correcta y sana que se advierte con s¨®lo observar su lustroso aspecto.
Por este camino no me extra?ar¨ªa m¨¢s si alg¨²n a?o le fuese concedido el Premio Nobel de la Paz al propio Pinochet. /
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