Tom¨¢s Campuzano se llev¨® la cornada

Bien presentado, con trap¨ªo y astifino sal¨ªa el primer y ¨²nico toro que iba a tocarle en suerte a Tom¨¢s Campuzano. Flojo y perdiendo las manos en ocasiones hab¨ªa estado por el ruedo, de un lado para otro, con pasito trot¨®n; no era toro de fiar y Campuzano lo sab¨ªa, aun as¨ª aguantaba el diestro sevilano de Gerena. Buenos fueron los ayudados por alto con los que comenz¨® esta corta faena de muleta, luego ya vinieron los avisos de peligro; dos derechazos daba el diestro cuando en el tercero el toro le recortaba el viaje y le buscaba las piernas. Lo mismo repiti¨® cuando el diestro cambi¨¦ de mano. Tan solo dos naturales soport¨® el toro, al tercero el derrote fue seco y certero. El pit¨®n derecho hab¨ªa penetrado en el muslo izquierdo del torero. Por eternos segundos agarrado al cuerno se aguantaba Campuzano en un intento desesperado de soltarse de ¨¦l, pero para cuando el toro lo dej¨®, la cornada era ya profunda.

Un mano a mano

En un mano a mano entre Espartaco y El Bayas qued¨® convertida la corrida. No lo tuvo muy f¨¢cil el de Espartinas cuando le toc¨® Ediar a un bonito colorado y cuajado toro de Alejandro Garc¨ªa. R¨¢pido y con peligro se revolv¨ªa por el pit¨®n derecho y Espartaco bas¨® toda su faena sobre la mano izquierda.En el quinto, que era un Algarra intolerablemente inv¨¢lido, vio Espartaco c¨®mo se le tumbaba, al comienzo de la faena de muleta, en el mism¨ªsimo platillo. El diestro, con la muleta meti¨¦ndosela en la cara y el subalterno por detr¨¢s del toro, tirando del rabo, era una escena esperp¨¦ntica que dur¨® m¨¢s tiempo de lo deseado. Al final cuando se levant¨® no pudo hacer el diestro m¨¢s que entrar a matar. De pena.

Poco pudo hacer El Bayas, ante su incomodo primero que entraba a la muleta con la cara alta. En el quinto, que era un blanco manso, bien presentado, astifino y que lleg¨® con peligro a la muleta lo tore¨® bien en los medios cuando con cuatro ayudados por alto comenzaba lo que acabar¨ªa en oreja. Alej¨¢ndose y d¨¢ndole respiro le tend¨ªa la muleta para instrumentar dos buenos derechazos. Cumplidor y f¨¢cil tambi¨¦n se le vio en tres naturales en donde el toro se le iba quedando tan corto, que lleg¨® a ponerle los pitones en la cara. Tras este susto El Bayas se fue en corto y por derecho logrando la mejor estocada que llevamos vista hasta ahora en esta feria.

En el sexto que era un inv¨¢lido manso que de salida salt¨® al callej¨®n y despu¨¦s mostrar¨ªa querencia a tablas, nada le hizo el diestro; el toro no se prestaba y El Bayas no anda muy sobrado de recursos.