Crisis en las relaciones de Espa?a con la Agencia Espacial Europea por falta de rentabilidad cient¨ªfica e industrial
Las relaciones de Espa?a con la Agencia Espacial Europea (ESA), de la que es miembro desde su fundaci¨®n, atraviesan un momento particularmente delicado, derivado tanto del hecho de que en nuestro pa¨ªs -caso ¨²nico entre los 11 estados miembros de ESA- los organismos relacionados con la investigaci¨®n espacial dependen del Ministerio de Defensa, como de la escasez de los presupuestos con que est¨¢n dotados, por lo que el programa espacial espa?ol es casi inexistente. Uno de los m¨¢s ambiciosos proyectos en los que ha intervenido Espa?a como miembro de ESA, aunque con una participaci¨®n peque?a, es el laboratorio espacial europeo Spacelab, que pr¨®ximamente ser¨¢ lanzado al espacio a bordo del transbordador norteamexicano Columbia, en la primera misi¨®n conjunta espacial entre Europa y Estados Unidos.
El aprovechamiento cient¨ªfico y comercial del espacio es un tema que interesa y preocupa en la actualidad a todos los pa¨ªses desarrollados. Espa?a, sin embargo, apenas cuenta con presupuesto para desarrollar investigaci¨®n propia, tiene dificultades para pagar la cuota de la Agencia Espacial Europea, carece de planes a corto y medio plazo y est¨¢ casi totalmente desconectada de cient¨ªficos e industrias. En consecuencia, el programa espacial espa?ol puede considerarse pr¨¢cticamente inexistente, seg¨²n ha podido constatar EL PAIS en diversos medios, mientras que las relaciones con ESA son consideradas absolutamente insatisfactorias.Las actividades espaciales dependen en Espa?a de la Comisi¨®n Nacional de Investigaci¨®n del Espacio (CONIE), un organismo creado en 1963, con dependencia directa del Ministerio del Aire, en el que los cargos directivos coinciden con los del patronato del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aerospacial (INTA). En la reorganizaci¨®n producida en 1977, en que los tres ministerios militares se fundieron en uno solo, la CONIE mantuvo su car¨¢cter de organismo aut¨®nomo dentro del ¨¢mbito militar, adscrito al Ministerio de Defensa a trav¨¦s del Cuartel General del Aire. Los altos cargos de la CONIE han sido, desde su creaci¨®n, ocupados por militares, la mayor parte de los cuales se encuentran en la actualidad en la reserva. Tambi¨¦n es militar el director general del INTA.
El primer presidente de la CONIE, el general de divisi¨®n Luis de Azc¨¢rraga, que en la actualidad cuenta 73 a?os de edad, ha sido desde su creaci¨®n el jefe de la delegaci¨®n espa?ola en ESA, cargo que sigue ocupando en la actualidad, siendo el jefe de delegaci¨®n m¨¢s antiguo y de mayor edad. Actualmente ocupa el cargo de presidente de la CONIE el teniente general Rafael L¨®pez S¨¢ez Rodrigo, que sustituy¨® al fallecido teniente general Carlos Franco Iribarnegaray, que fue el ¨²ltimo ministro del Ej¨¦rcito del Aire. El cargo de vicepresidente de la CONIE y subdelegado en la ESA lo ocupa el general de divisi¨®n Segismundo Sanz Ar¨¢nguez. Tanto L¨®pez S¨¢ez Rodrigo como Sanz Ar¨¢nguez fueron nombrados por el Consejo de Ministros del primer Gobierno socialista a propuesta del ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra, en diciembre de 1982.
Fines exclusivamente pac¨ªficos
La composici¨®n de la delegaci¨®n de Espa?a en la Agencia Espacial ha provocado malestar en medios oficiales de la propia agencia, creada con fines "exclusivamente pac¨ªficos", seg¨²n consta en su convenci¨®n. Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs miembro de la ESA cuya delegaci¨®n est¨¢ encabezada y formada casi exclusivamente por militares (las relaciones diplom¨¢ticas corren a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores, que suele tomar parte muy poco activa). El resto de los pa¨ªses mantienen sus actividades espaciales encuadradas en ministerios u organismos aut¨®nomos civiles, y en sus delegaciones figuran primordialmente cient¨ªficos, representantes de la industria y diplom¨¢ticos.La Agencia Espacial Europea es un organismo creado en 1975 con la intenci¨®n de poner en marcha un programa europeo espacial. Ha desarrollado un cohete lanzador, el Ariane, el laboratorio espacial europeo Spacelab, por encargo de la NASA, y mantiene diversos programas cient¨ªficos de meteorolog¨ªa, comunicaciones, exploraci¨®n del espacio lejano, etc¨¦tera.
Durante 1983 Espa?a debe pagar a ESA 2.123 millones de pesetas, cifra superior a la prevista, debido a la depreciaci¨®n de la peseta La totalidad del presupuesto dedicado a actividades espaciales (INTA-CONIE), congelado desde hace varios a?os, no pasa de los 1.700 millones de pesetas, lo que hace que la CONIE haya tenido que solicitar un cr¨¦dito suplementario de m¨¢s de 300 millones de pesetas para hacer frente a sus obligaciones con ESA. La cuota de Espa?a en ESA en 1984 superar¨¢ los 3.000 millones de pesetas.
Esta situaci¨®n y la falta de operatividad de la CONIE, seg¨²n los medios cient¨ªficos consultados, han llevado a pensar en la posibilidad de que Espa?a llegue a retirarse de ESA, opci¨®n que otros medios consideran descabellada. La propia delegaci¨®n espa?ola plante¨® antes del ¨²ltimo lanzamiento del cohete Ariane en el pasado mes de junio, la posibilidad de retirarse de este programa de ESA, en el que participa solamente con un 2,5% si se produc¨ªa un nuevo fracaso del lanzador europeo.
Un regalo de 600 millones de pesetas
Al ser ESA un organismo supracional sin ¨¢nimo de lucro, una de sus misiones es conseguir que los Estados miembros, obtengan un beneficio igual a sus inversiones en las actividades de la agencia. El retorno industrial -por cada unidad de cuenta (unidad monetaria de la EISA, equivalente en la actualidad a 100 pesetas) invertida debe retomar al pa¨ªs en contratos industriales una unidad de cuenta- nunca deber¨ªa ser inferior a uno.Seg¨²n el gr¨¢fico adjunto, obtenido de la memoria anual de ESA de 1982, Espa?a fue el pa¨ªs con menor retorno industrial en 1982 (no llega al 0,80) de los 11 pa¨ªses miembros de la ESA, retorno que fue todav¨ªa menor en 1981. Parte de la cuota y del importe d¨¦ la participaci¨®n de Espa?a en los programas de ESA (unos 600 millones de pesetas en los ¨²ltimos tres a?os), as¨ª, han pasado directamente a financiar la investigaci¨®n y el desarrollo tecnol¨®gico de otros pa¨ªses, concretamente Francia y Alemania Occidental, que son los que tienen un mayor retorno industrial.
En el aspecto cient¨ªfico, los medios consultados se?alan que la participaci¨®n espa?ola en los programas de ESA, salvo contadas excepciones, nunca ha abarcado tecnolog¨ªas de punta.
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