La pol¨ªtica centrista
El debate parlamentario sobre la LODE, ley org¨¢nica del Derecho a la Educaci¨®n, empieza a revelar que entre aliancistas y democristianos -es decir, entre Fraga y ?scar Alzaga- los papeles est¨¢n bien repartidos. Perfectamente repartidos. In conciliablemente repartidos, tal vez. A la hora de enfrentarse a la pol¨ªtica global del Gobierno, como en el reciente debate sobre el estado de la naci¨®n, los democristianos renunciaron a la cr¨ªtica en favor del l¨ªder AP. Y Fraga, en solitario, defraud¨® las expectativas con un ejercicio garbancero y catastrofista. Pero, cuando se trata de defender un modelo de educaci¨®n -es decir, un modelo de influencia sobre la sociedad-, los democristianos del PDP, coaligados a Fraga, encargan a su l¨ªder, Oscar Alzaga, la defensa de dos enmiendas a la totalidad, una de ellas con texto alternativo incorporado. Y plantean la llamada guerra-escolar con el argumento, discutible, de que ha sido el Gobierno el que la ha declarado. Fraga, en el debate sobre el estado de la naci¨®n, representaba a su Grupo parlamentario, el Popular. ?scar Alzaga, ante la LODE, representa intereses muy concretos. Y sobre los intereses concretos se forman los partidos pol¨ªticos.A la luz del juego de los intereses conservadores, el hemeop¨¢tico partido de ?scar Alzaga recoge posiblemente la herencia, ya muy disminuida, de la CEDA, mientras Fraga, por una serie ole carambolas sociol¨®gicas, ha a?adido a su mill¨®n de votos emocionales, votos estables, los restos m¨¢s confusos y confundidos de UCD. La prolongaci¨®n del pacto Fraga-Alzaga podr¨ªa consolidar una derecha fuerte, pero ocurre que ese pacto, hilvanado en una coalici¨®n electoral, no ofrece garant¨ªas de longevidad suficiente. Las diferencias entre Fraga y Alzaga son menores que las diferencias entre sus militantes respectivos. Incluso en el sector de los cat¨®licos m¨¢s acendrados, no puede compararse el dogmatismo del aliancista D¨ªaz Pini¨¦s al racionalisnio del democristiano Vega Escand¨®n. A lo cual debe a?adirse la lucha, cuerpo a cuerpo, que han entablado AP y PDP para absorber, cada uno en beneficio propio, a los militantes del centrismo volatilizado.(...)
, 13 de octubre
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