Josep Vicent Marqu¨¦s
Soci¨®logo, ecologista y a ratos locutor radiof¨®nico
Josep-Vicent Marqu¨¦s, valenciano, de 39 a?os, responde a un dise?o de soci¨®logo cada vez m¨¢s frecuente, que aplica su ciencia a las peque?as cosas de la vida cotidiana y compagina el empe?o acad¨¦mico con su intervenci¨®n en el ecologismo, la marginaci¨®n social y la vida pol¨ªtica. En su caso hay que agregar la permanente presencia de sus escritos en la Prensa y, muy recientemente, su incorporaci¨®n a tareas radiof¨®nicas como colaborador que apostilla con rayos de raz¨®n la oscura realidad. Su participaci¨®n en el programa de Radio Nacional de Espa?a-Radio 1 D¨ªa a d¨ªa, paso a paso, producido desde Valencia, dio notoriedad a su trabajo, realizado anteriormente desde publicaciones como El Viejo Topo, donde present¨® con sorpresa su reflexi¨®n sobre la alienaci¨®n del var¨®n.
"La radio", afirma, "es un medio terrible para una persona que se ha pasado desde los 18 a?os dando charlas a p¨²blicos muy heterog¨¦neos. Me considero una persona capaz de contestar cualquier interpelaci¨®n pintoresca, pero no estoy acostumbrado a hablar con un p¨²blico al que no veo". Los minutos radiof¨®nicos reservados a su participaci¨®n se ci?eron a efectuar una glosa y cr¨ªtica de la vida cotidiana para descubrir la dificultad de gozar directamente de las cosas: "Me plante¨¦ en principio hacer las cosas de Mars¨¦ o de Vicent, o, en otro sentido m¨¢s denso, lo que hace Verd¨². Intent¨¦ transmitir el desconcierto y la manipulaci¨®n que se dan en el ocio empleando formulas m¨¢s o menos divertidas".Desde una reflexi¨®n sobre la familia patriarcal a partir de la jugosa sand¨ªa, o de la condici¨®n de Rodriguez a ra¨ªz de la aparici¨®n de una maleta flotando sobre el mar, fue desgranando programa a programa temas cercanos a los que buscan el descanso. De esta experiencia destaca algunos aspectos sobre la teor¨ªa de los medios: "La gente, cuando te ha le¨ªdo, recuerda lo que has escrito. En el otro extremo, en la televisi¨®n, jam¨¢s te dicen 'muy bueno lo que dijiste', sino 'estuviste muy bien'. La impresi¨®n que tengo sobre la radio es que se trata de una situaci¨®n intermedia. A veces se quedan m¨¢s con tu voz que con lo que dices. He descubierto lo dif¨ªcil que es hablar en un medio que est¨¢ pendiente de la palabra. En una conferencia me puedo permitir el lujo de no prestar atenci¨®n a los problemas de dicci¨®n, porque si lo haces, rigidificas excesivamente el acto, y porque confias que tu misma cara, tus gestos, suplan eso".
Autor de ensayos premiados -Pais perplex y No es natural (Per una sociolog¨ªa de la vida quotidiana)-, candidato independiente al Senado en 1979 por Valencia y profesor de Sociolog¨ªa en su Universidad Literaria durante 18 a?os, excepto uno de depuraci¨®n pol¨ªtica, Marqu¨¦s revisa con distancia su macrogeneraci¨®n: "Tengo la impresi¨®n de que no generaci¨®n, la de los progres que tienen entre 25 y 40 a?os, excepto los m¨¢s adelantados, que son ministros, utiliz¨® mucho las grandes palabras y se olvid¨¦ de la vida cotidiana. ?ste no fue n¨² caso. Personalmente, no tengo una sensaci¨®n de rupura del discurso, quiz¨¢ porque cuando hablaba en aquellos t¨¦rminos ya estaba pensando en su conexi¨®n con la vida cotidiana. Por eso he podido bajar a trabajar en este terreno sin abjurar de determinadas convicciones dogm¨¢ticas".
Tiene la maleta preparada para reflexionar en la universidad de Oxford este a?o sobre la teor¨ªa general de opresiones espec¨ªficas, sobre la identidad de la marginaci¨®n social de los ni?os, los locos y las mujeres. A su vuelta publicar¨¢ su tesis doctoral sobre la alienaci¨®n del var¨®n, que someter¨¢ a revisi¨®n, en su b¨²squeda de este marco general sociol¨®gico. Deja su primer libro de cuentos, de publicaci¨®n inmediata. "No es un exilio", confiesa. "Pertenezco a una generaci¨®n de soci¨®logos autodidactos, anterior a la creaci¨®n de secciones de sociolog¨ªa, y nunca sal¨ª de mi casa, porque 'el que se va a Sevilla pierde su silla' y por no querer abandonar la realidad pol¨ªtica valenciana. Voy a resolver una asignatura pendiente, aunque en realidad no tengo que examinarme de nada. Tampoco busco una homologaci¨®n".
Marqu¨¦s piensa que hubiera sido muy c¨®modo que las feministas desnudaran al hombre de su alienaci¨®n, pero hubo quien advirti¨® de esta err¨®nea pretensi¨®n: "Si fuerais hombres, no dejar¨ªais que las mujeres os liberasen". Y lleg¨® la pregunta decisiva: "?Por qu¨¦ vosotros, varones progresistas, que no perd¨¦is ocasi¨®n de solidarizaros con las mujeres, lo m¨¢s que hac¨¦is es defenderos, y no analizar vuestra situaci¨®n para tomar partido contra el patriarcado?". De todo ello escribi¨® en el libro ?Qu¨¦ hace el poder en tu cama?
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