Por una reforma agraria que nunca existi¨®
De nuevo, la reforma agraria se ha convertido en una cuesti¨®n de actualidad. Al menos en Andaluc¨ªa, todo el mundo habla, se inquieta y pregunta por ella, particularmente en estos d¨ªas, cuando por fin la Junta parece que va a hacer p¨²blico su anunciado proyecto. El autor de este art¨ªculo expone que existen al menos cinco grandes concepciones de reforma agraria, para concluir que la proyecta da por el Gobierno andaluz no satisface las pretensiones del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).
Cuando hace unos meses el presidente de la Junta de Andalucia, Rafael Escuredo, anunci¨® en Ronda que iba a promover la reforma agraria, algunos pensamos que se hab¨ªa tomado unos vinos de m¨¢s y que no hablaba en serio. Sin embargo, con el tiempo, el anuncio ha ido tomando cuerpo, y aqu¨ª estamos esperando el parto, en medio de una gran expectaci¨®n, pero tambi¨¦n de una gran confusi¨®n. Porque, veamos, ?de qu¨¦ reforma agraria se est¨¢ hablando?Por lo menos existen cinco grandes versiones de lo que puede entenderse por reforma agraria.
Para los terratenientes, para los grandes empresarios agrarios, que han hablado con Escuredo y con quien se muestran de acuerdo, es necesaria una reforma agraria que modernice la agricultura andaluza.
El Gobierno central guarda silencio y s¨®lo hace referencia a la necesidad de reconvertir la agricultura, sin que sepamos muy bien lo que quiere decir con eso.
El Gobierno andaluz habla de reforma agraria concertada, lo que nos resulta sorprendente y dif¨ªcil de imaginar en la pr¨¢ctica.
En medio de todo esto, el PCE retorna el lema de la reforma agraria, que hab¨ªa abandonado durante a?os, y lo convierte en caballo de batalla para su intento de recuperaci¨®n pol¨ªtica en Andaluc¨ªa, defendiendo un proyecto de reforma agraria integral tan ambicioso como inconcreto.
Finalmente, nosotros, el Sindicato de Obreros del Campo (SOC), que nunca hemos renunciado a una reforma agraria andaluza, defendemos que ¨¦sta debe permitir avanzar hacia la propiedad p¨²blica de la tierra y hacia una utilizaci¨®n de los recursos agrarios andaluces que permita acabar de una vez por todas con el paro en el campo.
Pues bien, en medio de todo esto, el concepto de reforma agraria aparece tan desvirtuado que apenas sirve para entendernos. ?De qu¨¦ estamos hablando? Parece claro inicialmente que una reforma agraria con la que se muestran tan favorables los grandes propietarios no debe ser tal. Pero adem¨¢s, por lo que se ha ido filtrando del proyecto de la Junta, sabemos que todo va a consistir principalmente en la aplicaci¨®n de una ley franquista de 1973 (ley de Reforma y Desarrollo Agrario) y de otra que UCD en 1979 reactualiz¨® (ley de Fincas Manifiestamente Mejorables). No habr¨¢ pr¨¢cticamente expropiaciones. Sobre todo se potenciar¨¢n los arrendamientos.
Confusi¨®n demag¨®gica
Por otra parte est¨¢ el tema del Estatuto andaluz, el cual, se diga lo que se diga, no tiene competencia para hacer nada que se parezca a una reforma agraria; de ah¨ª la paradoja de tener que recurrir a leyes franquistas m¨¢s o menos muertas o desempolvadas, promulgadas hace a?os desde Madrid.
Cuando, para intentar aclararnos, hemos preguntado qu¨¦ pasar¨¢ con las fincas de miles de hect¨¢reas en absoluto abandonadas, sino bien cultivadas, con criterios rentabilistas, como El Torbiscal o El Castillo de la Monclova, se nos responde que nada. Y si insistimos en las expropiaciones, como en el reciente seminario de la Universidad Men¨¦ndez Pelayo sobre la reforma agraria, se nos recuerda que el derecho de propiedad es inviolable seg¨²n la Constituci¨®n.
Entonces, ?para qu¨¦ armar tanto revuelo?, ?por qu¨¦ no dejamos tranquila a la reforma agraria, puesto que ¨¦sta no va a existir, sino m¨¢s bien un conjunto de medidas de reconversi¨®n y modernizaci¨®n, algunas de las cuales probablemente ser¨¢n positivas, pero que no podr¨¢n llenar el vac¨ªo de una reforma agraria que nunca existi¨®?
Creemos que algunos de los actuales responsables pol¨ªticos andaluces han ca¨ªdo en la trampa de prometer algo que no conoc¨ªan bien, pero cuyo anuncio les resultaba enormemente rentable y tentador. De lo contrario, habr¨ªa que pensar que han pretendido enga?amos, lo que, a estas alturas, resulta m¨¢s dif¨ªcil y mucho menos serio.
Por todo ello, conviene que pongamos las cosas en su sitio: aqu¨ª no va a haber ninguna reforma agraria real y verdadera. Por lo dem¨¢s, tampoco lo esper¨¢bamos. Los jornaleros no estamos acostumbrados a ese tipo de regalos. Pero lo que si nos interesa vivamente es el alcance de las medidas anunciadas, porque lo que s¨ª desear¨ªamos es que esta oportunidad se aprovechase para poner las bases de un proceso de reforma agraria, de un modelo de agricultura andaluza que permita a una buena parte de los andaluces trabajar y vivir dignamente en su tierra.
En su reciente congreso, el SOC ha comprendido que la reforma agraria hoy y en este pa¨ªs no puede ser fruto de un acto puntual y revolucionario, sino que debe entenderse como un largo proceso de transformaciones econ¨®micas y sociales.
La titularidad no es tan importante como el usufructo
Nosotros decimos que la titularidad de la tierra no es tan importante como el usufructo que de ella se obtiene, siempre que se avance hacia la propiedad p¨²blica de la tierra, prestando especial atenci¨®n a las cooperativas de explotaci¨®n en com¨²n y potenciando la viabilidad de las actuales explotaciones familiares.
No creemos que puedan expropiarse ahora todas las grandes fincas, pero s¨ª deseamos tener abierta la posibilidad de que, con la debida presi¨®n social, voluntad pol¨ªtica y capacidad financiera, vaya desapareciendo paulatinamente la abusiva concentraci¨®n de la propiedad de la tierra que se da en Andaluc¨ªa, que los montes se vayan desprivatizando y se repueblen, que se contemplen planes comarcales de ordenaci¨®n agraria y agroindustrial, que se saneen y racionalicen las estructuras comerciales monopolizadoras, que se favorezca la creaci¨®n de cooperativas de compras de materias primas, y servicios t¨¦cnicos para la agricultura, etc¨¦tera.
Por tanto, porque somos un sindicato realista que busca caminos de avance y no vende utop¨ªas, denunciamos la confusi¨®n demag¨®gica que se ¨¦st¨¢ realizando con la reforma agraria, y anunciamos que juzgaremos las medidas que presente el Gobierno andaluz para ver si sirven para mejorar las condiciones de vida de los jornaleros, mejoran las de los peque?os agricultores y defienden el patrimonio material de Andaluc¨ªa, nuestros recursos naturales.
Precisamente, el mejor indicador para valorar si las medidas anunciadas constituyen o no un paso positivo en el proceso de reforma agraria nos vendr¨¢ dado por la eliminaci¨®n del actual sistema del empleo comunitario; no por cualquier otro sustitutivo, sino porque resulte innecesario en los pr¨®ximos a?os.
es secretario general del SOC.
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