Fracaso relativo y ausencia de incidentes en el intento de los pacifistas de bloquear dos ministerios en Bonn
Las acciones organizadas por los pacifistas en Bonn para ayer -bloquear los ministerios de Defensa y de Cooperaci¨®n Econ¨®mica- tuvieron escaso eco, y no llegaron a producirse los temidos enfrentamientos violentos. Algo menos de 3.000 manifestantes intentaron bloquear el Ministerio de Defensa, que estaba protegido por un enorme despliegue policial, y 800 personas realizaron una acci¨®n similar ante el Ministerio de Cooperaci¨®n Econ¨®mica.
El ministro de Defensa, el democristiano Manfred Woerner -de la Uni¨®n Cristiana Democr¨¢tica (CDU)-, calific¨® de fracaso la acci¨®n de los pacifistas, que rechazaron esta valoraci¨®n y afirmaron que las manifestaciones "fueron un gran ¨¦xito". Hoy se espera el momento culminante de la larga semana pacifista en la Rep¨²blica Federal de Alemania: en Bonn se calculan 300.000 manifestantes, y entre Stuttgart y Neu Ulm, donde ser¨¢n estacionados los Pershing 2, se pretende formar una cadena humana de 108 kil¨®metros.En la valoraci¨®n de las manifestaciones de ayer, el ministro de Defensa se aproxim¨® m¨¢s a la realidad al calificar de fracaso los intentos de los manifestantes de bloquear el ministerio. Los organizadores contaban con 5.000 manifestantes, pero apenas acudieron 3.000, de los que muchos llegaron cuando ya los funcionarios y militares hac¨ªa tiempo que hab¨ªan entrado al trabajo. Si las manifestaciones previstas para hoy, s¨¢bado, fracasan, el grito de j¨²bilo del Gobierno federal llegar¨ªa hasta el otro lado del Atl¨¢ntico.
La polic¨ªa hab¨ªa rodeado la zona y no permit¨ªa el acceso ni a los militares uniformados. El ministerio hab¨ªa dispuesto que el personal se concentrase en diversos puntos para desde all¨ª ser trasladados en autobuses dentro del recinto ministerial. Con la entrada al trabajo dos o tres horas antes de lo habitual, el ministerio consigui¨® enga?ar a los ingenuos manifestantes, que llegaron en oleadas cuando ya era tarde.
Fuera, en la calle, los manifestantes organizaban sentadas, que eran disueltas con m¨¢s o menos suavidad por la polic¨ªa, y a veces una muerte colectiva, con todos tendidos en el suelo. La actuaci¨®n policial fue comprensiva, aunque no falt¨® un polic¨ªa que se lanz¨® tras un manifestante con su moto y le zaricadille¨® hasta tirarle al suelo. Otros empujaban con odio a los manifestantes, que se dejaban transportar o arrastrar por los polic¨ªas y canturriaban: "No somos violentos, no somos violentos". En la entrada principal del ministerio hab¨ªa una paloma de la paz sobre el suelo construida con papeles pegados, y con velas estaba trazado el anagrama pacifista. Algunos grupos cantaban: "We shall overcome" ("Venceremos, alg¨²n d¨ªa venceremos" y actuaban int¨¦rpretes con guitarras, banjo y hasta un viol¨ªn. Hacia las once de la ma?ana hubo un aplauso entre los manifestantes. El motivo fue la aparici¨®n por all¨ª, renqueante y con aspecto cansado, del premio Nobel de Literatura Heinrich B?ll.
Ante el Ministerio de Cooperaci¨®n Econ¨®mica, unas 800 personas trataron de inpedir a los funcionarios el acceso al trabajo. A las nueve de la ma?ana ya s¨®lo quedaba un grupo simb¨®lico con pancartas contra la intervenci¨®n norteamericana en Centroam¨¦rica, algunas de las cuales dec¨ªan en espa?ol: "No pasar¨¢n".
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