"Queremos impedir que crezca el peligro de una guerra limitada a Europa"
Jo Leinen es un abogado de 35 a?os, afiliado al Partido Socialdem¨®crata (SPD) y miembro de la presidencia de la Federaci¨®n de Iniciativas C¨ªvicas en Defensa del Medio Ambiente, organizaci¨®n madre de la lucha ecologista y pacifista en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA). Leinen se ha convertido en uno de los portavoces del movimiento pacifista alem¨¢n y lleg¨® a plantear la posibilidad de "hacer ingobernable el pa¨ªs" si se ignora la protesta pacifista. En una entrevista concedida a EL PA?S, Jo Leinen analiza la situaci¨®n y perspectivas del movimiento pacifista en la RFA.
El abogado Leinen fue secretario para cuestiones internacionales de los j¨®venes socialistas (JJ SS) y, a diferencia de la mayor¨ªa de los ecologistas, no se integr¨® en el partido de los verdes y continu¨® en el SPD.Leinen encarna el prototipo del nuevo profesional del pacifismo de la RFA, aunque ¨¦l niega categ¨®ricamente que sea un pacifista t¨ªpico y mantiene la necesidad de una defensa militar. Los nuevos profesionales del pacifismo dan entrevistas a la Prensa y cadenas de televisi¨®n extranjeras y se desenvuelven ya ante las c¨¢maras con la soltura de los viejos pol¨ªticos.
Tras la declaraci¨®n, ayer en Bonn, del ministro federal de Defensa de que el bloqueo del Ministerio hab¨ªa sido "un fracaso", Leinen replica, con una cierta dosis de optimismo t¨¢ctico, que "no fracasamos". "La acci¨®n", explica, "result¨® un ¨¦xito completo, porque: Primero, no hubo violencia y se acab¨® toda la charlataner¨ªa de los d¨ªas pasados sobre la violencia, que result¨® ser pura propaganda. El jefe superior de Polic¨ªa de Bonn quiso crear un clima contra las manifestaciones y no le sali¨® bien. Segundo, el bloqueo puso de manifiesto la seriedad de la situaci¨®n actual. Por primera vez se bloque¨® un ministerio, lo que es algo m¨¢s que una acci¨®n simb¨®lica. Tercero, el bloqueo demostr¨® que la pol¨ªtica del Gobierno s¨®lo se puede realizar bajo la protecci¨®n masiva de la polic¨ªa. El estacionamiento de los misiles se imponen contra la voluntad de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y s¨®lo se consigue por la fuerza".
Pregunta. Se acusa al movimiento pacifista de ser el caballo de Troya o la quinta columna sovi¨¦tica. ?Favorece el movimiento pacifista objetivamente, quiz¨¢ no en sus intenciones, pero s¨ª de hecho, los intereses de Mosc¨²?
Respuesta. No. Queremos el desarme en el Este y el Oeste y as¨ª lo hemos dicho siempre. La ¨²nica posibilidad del movimiento pacifista es ejercer presi¨®n sobre el propio Gobierno y la propia alianza militar, con la esperanza de que en las negociaciones de desarme, como las de Ginebra, se hagan propuestas serias, que tengan en cuenta las necesidades de seguridad en el Este y el Oeste. Hasta ahora, el mov¨ªmiento pacifista no ha podido influir en las decisiones de las dos grandes potencias y, por tanto, no se nos puede acusar de hacer fracasar las negociaciones de Ginebra, que fracasan porque los dos grandes no pueden ponerse de acuerdo, y yo creo que tampoco quieren lograrlo.
P. ?No hay en el pacifismo una gran dosis de romanticismo y de ilusiones falsas, al pensar que va a conseguir impedir ¨¦l estacionamiento de los misiles?
R. Tenemos la esperanza de que con nuestra existencia aumente la presi¨®n pol¨ªtica para que pare la espiral de los armamentos. Puede ocurrir que no tengamos ¨¦xito en diciembre, pero el impulso, la fuerza de ese movimiento bastar¨¢ para frenar nuevos planes armamentistas.
'El pacifismo intentar¨¢ existir como movimiento pol¨ªtico'
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s del 22 de octubre?, ?se producir¨¢ una frustraci¨®n general? Hay algunos, que afirman que podr¨ªa darse un fen¨®meno como a fines de los a?os sesenta cuando, tras el fracaso del movimiento estudiantil, se organizaron grupos terroristas.
R. No hay ning¨²n indicio de que grupos pol¨ªticos peque?os aprovechen esa situaci¨®n para actuar con m¨¦todos terroristas. La gran masa del movimiento pacifista, que abarca desde los democristianos hasta la izquierda, intentar¨¢ existir como movimiento pol¨ªtico en el futuro. Esto quiere decir que habr¨¢ muchas discusiones y manifestaciones para conseguir que contin¨²e vivo entre la poblaci¨®n el debate sobre la pol¨ªtica de defensa y segaridad y no dejarlo, como ocurri¨® en el pasado, en manos de los expertos militares y del Gobierno. La democratizaci¨®n de la pol¨ªtica de defensa y seguridad dar¨¢ lugar a propuestas diferentes a las que produce de forma aut¨®noma el aparato militar.
P. Las primeras acciones de fines de verano fueron id¨ªlicas y pac¨ªficas. ?No corre el movimiento pacifista el riesgo de ser devorado e integrado en el aparato?
R. Existe el peligro de que acciones de desobediencia civil y de resistencia caigan bajo la represi¨®n policial y se produzca una escalada policiaca contra manifestantes que lleve a la p¨¦rdida de la simpat¨ªa de la poblaci¨®n. Por eso nuestro inter¨¦s, en este primer escal¨®n de bloqueos y acciones de desobediencia civil, era organizarlo de forma que consigui¨¦ramos la simpat¨ªa de amplias capas de la opini¨®n p¨²blica y evitar que todo repercutiese como un bumer¨¢n contra nosotros, evitar una campa?a difamatoria que nos acusara de ca¨®ticos y violentos. Creo que hasta el momento lo hemos conseguido.
P. ?D¨®nde est¨¢ la frontera de la no violencia? El Gobierno dice que el bloqueo de un ministerio ya es violencia.
R. Estamos en pleno enfrentamiento ideol¨®gico en este pa¨ªs sobre si las acciones ilegales per se significan violencia. Esto le gustar¨ªa al Gobierno. Nosotros tenemos una postura m¨¢s diferenciada entre la violencia f¨ªsica o la pura actitud pasiva de negaci¨®n. Sostenemos el punto de vista, que parece imponerse, de que sentarse ante un cuartel, un dep¨®sito at¨®mico o en la calle no es violencia y tampoco transgresi¨®n de la ley, porque el medio empleado en relaci¨®n con el fin -llamar la atenci¨®n sobre el peligro de guerra- no es condenable.
'El movimiento se prolongar¨¢ a lo largo de los a?os ochenta'
P. En los a?os cincuenta hubo tambi¨¦n un movimiento pacifista que fracas¨®. Vino el rearme y la Rep¨²blica Federal de Alemania entr¨® en la OTAN. ?Ocurrir¨¢ lo mismo con el pacifismo de los a?os ochenta?
R. Hay diferencias esenciales. La m¨¢s grande es que el movimiento pacifista actual est¨¢ sostenido por miles de grupos de base e independientes y no viene desde arriba, desde la presidencia de los partidos o sindicatos. Por eso nadie puede tomar la decisi¨®n de poner fin al movimiento pacifista, como ocurri¨® con el movimiento antiat¨®mico. Adem¨¢s, la escalada de armamentos es tan peligrosa que necesitamos el movimiento pacifista, m¨¢s all¨¢ de la controversia sobre los Pershing 2, para los nuevos planes de armamento. Estoy convencido de que el movimiento pacifista se prolongar¨¢ a lo largo de los a?os ochenta.
P. En Estados Unidos y en Francia se acusa a los alemanes de no estar dispuestos a defenderse y de que, llegado el caso, preferir¨ªan rendirse. ?Contribuye a esto el movimiento pacifista?
R. No. Lo que ocurre es que no estamos dispuestos al suicidio. Tras toda esta- discusi¨®n, hemos ca¨ªdo en la cuenta de que la teor¨ªa de la OTAN de la respuesta flexible y el estacionamiento de puevas armas at¨®micas en Europa, la amenaza con el suicidio, no resulta una pol¨ªtica defensiva digna de cr¨¦dito. Esa doctrina de la respuesta flexible de la OTAN sirve a los intereses de Estados Unidos, pero no a los intereses de las personas que viven en Centroeuropa y de los dos Estados alemanes. No queremos quedar indefensos, no somos pacifistas en el sentido de que rechazamos por principio la defensa. Queremos impedir que por medio de nuevos sistemas de armas y nuevas estrategias militares crezca el peligro de una guerra limitada a Eurcipa y nosotros seamos los primeros en ser aniquilados.
P. ?Cree usted que el movimiento pacifista pone en marcha de nuevo el tema de la neutralizaci¨®n de Alemania para conseguir una reunificaci¨®n?
R. Aqu¨ª flota con seguridad un elemento que no se da en el movimiento pacifista de otros pa¨ªses: la b¨²squeda de una identidad de nuestro pueblo y nuestro Estado. Identidad respecto a nosotros mismos -a consecuencia de la posguerra- Tambi¨¦n una b¨²squeda de identidad respecto a nuestro gran aliado, Estados Unidos. Y creo que en la Rep¨²blica Federal de Alemania est¨¢ en marcha una discusi¨®n sobire la soberan¨ªa de este pa¨ªs con la intenci¨®n de conseguir una pol¨ªtica m¨¢s independiente tambi¨¦n en cuestiones pol¨ªticas y militares, y no s¨®lo econ¨®micas, como ocurri¨®' en el pasado.
'Conservaremos nuestra independencia frente al SPD' P. ?Qu¨¦ papel representa el Partido Socialdem¨®crata (SPD) en el movimiento pacifista? Hace dos a?os no particip¨® en la gran manifestaci¨®n, y el canciller Schmidt habl¨® ante el Bundestag de "esas figuras oscuras".. Altora Willy Brandt es uno de los oradores en el mitin. ?No ocurre que el SPD quiere instrumentalizar el pacifismo para su pol¨ªtica de oposici¨®n?
R. No veo ese peligro. El movimiento pacifista es tan grande, tan independiente y tan libre, que ning¨²n partido, ni siquiera el enorme SPD, est¨¢ en condiciones de integrarlo y asimilarlo. Siempre hemos sostenido que puede entrar en el movimiento pacifista cualquiera que diga no a las nuevas armas. El SPD sufri¨® una transformaci¨®n de una postura favorable a una de rechazo de las nuevas armas at¨®micas. Yo creo que es una muestra de la madurez pol¨ªtica del movimiento pacifista dejar hablar en nuestra manifestaci¨®n al presidente del SPD, que, adem¨¢s, es Premio Nobel de la Paz y presidente de la Internacional Socialista. Yo creo que conservaremos nuestra independencia, tambi¨¦n ante el Partido Social-dem¨®crata.
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