Bancarrota en Israel
ISRAEL HA pasado a formar parte del grupo de pa¨ªses oficialmente declarados en estado de crisis. Una vez disipadas las enga?osas ilusiones de la convivencia con la inflaci¨®n, las dificultades financieras de su econom¨ªa se han mostrado en todo su dramatismo. Desde 1976, a?o en que tuvo acceso al poder la actual coalici¨®n gubernamental, la moneda israel¨ª, el sh¨¦kel, comenz¨® a sufrir una fuerte y continua depreciaci¨®n respecto al d¨®lar. Las autoridades y la propia sociedad civil se resistieron a aceptar el corolario de empobrecimiento y sacrificios que esta depreciaci¨®n implicaba. Durante los primeros a?os de ese per¨ªodo, la inflaci¨®n se mantuvo en niveles altos, del orden del 20%-30%. En 1982 y 1983 el dique se ha roto y las alzas de precios han conducido a la econom¨ªa israel¨ª al caos. El ¨ªndice del coste de vida lleg¨® en. 1982 a tasas de incremento anual de un 130%; las estimaciones para este a?o situaban el aumento de la inflaci¨®n en un 550%. No obstante, el consumo privado, descontados los efectos de las alzas de precios, ha tenido un . incremento real producido por las alzas salariales y el d¨¦ficit del sector p¨²blico. El incremento de los salarios por encima de los precios y el d¨¦ficit del sector p¨²blico sobre el sector exterior han puesto en marcha sus consabidos efectos: paralizaci¨®n del crecimiento de las exportaciones, aumento de las importaciones y creciente necesidad de acudir al endeudamiento exterior para financiar el d¨¦ficit. Las ayudas y donaciones norteamericanas y las emisiones de bonos del Estado de Israel no han sido suficientes. Ha sido preciso acudir al cr¨¦dito bancario para tapar los agujeros. La deuda exterior, que ascend¨ªa a 21.000 millones de d¨®lares el pasado mes de junio, se situaba ya en octubre en torno a los 24.000 millones de d¨®lares. Cada habitante del Estado de Israel debe as¨ª actualmente al exterior unos 5.400 d¨®lares.
En estas circunstancias, no constituye ninguna sorpresa que la dimisi¨®n de Beguin y el legado econ¨®mico de su herencia hayan coincidido, en los inicios del nuevo Gobierno presidido por Shamir, con una huida de la moneda nacional y una estampida hacia el d¨®lar. La circunstancia de que el mercado de cambio de moneda en Israel sea relativamente libre ha facilitado que los ciudadanos, despu¨¦s de vender sus acciones en bolsa, hayan podido convertir su dinero en d¨®lares. La recompra de acciones por parte de las propias sociedades, especialmente los bancos, no ha conseguido detener la avalancha. El resultado final ha sido un desplome de las cotizaciones y el cierre de la bolsa de Tel Aviv. Al verse obligados los bancos a endeudarse con otros bancos extranjeros para hacer frente a los pagos por ventanilla en d¨®lares, el mercado de cambios ha acabado tambi¨¦n en una. suspensi¨®n moment¨¢nea.
As¨ª pues, el Estado de Israel, enfrentado con un momento de transici¨®n pol¨ªtica y con una guerra latente en torno a sus fronteras, tiene que arrostrar, adem¨¢s, el desafio de una cat¨¢strofe financiera. Se calcula que la aventura de L¨ªbano le cost¨® a Israel unos 1.000 millones de d¨®lares, mientras que los asentamientos en la orilla oeste ascendieron a otros 500 millones de d¨®lares. Estas cantidades, pese a resultar muy importantes para un pa¨ªs peque?o, no explican del todo los d¨¦ficit de casi 5.000 millones de d¨®lares de 1982 y 1983 en el rengl¨®n de la cuenta corriente de su balanza de pagos. Es decir, ni siquiera la guerra es capaz de justificar las dimensiones de la bancarrota.
El diagn¨®stico del Fondo Momentario Internacional sobre el estado de la econom¨ªa de Israel destacaba la urgente necesidad de reducir el gasto p¨²blico, devaluar la moneda y aceptar fuertes medidas de austeridad, diferidas una y otra vez por el Gobierno de Beguin. La realidad, sin embargo, ha demostrado que ning¨²n pa¨ªs puede vivir indefinidal ente en la ilusi¨®n de la inflaci¨®n. En Israel, al igual que en muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, el d¨¦ficit continuado del sector p¨²blico, la indiciaci¨®n de rentas y salarios y el d¨¦ficit exterior no pueden sino conducir a la larga a una situaci¨®n financiera insostenible. Ni siquiera el poderoso Estados Unidos tiene a su alcance remedios instant¨¢neos y eficaces para aliviar la situaci¨®n de Israel, fiel aliado en su estrategia pol¨ªtica y militar. El intento semisecreto de vincular el sh¨¦kel al d¨®lar norteamericano no ha prosperado. Probablemente la disciplina monetaria, que hubiera implicado una fuerte contracci¨®n en el crecimiento de la cantidad del dinero, habr¨ªa sido un eficaz procedimiento para contener el gasto p¨²blico y limitar las.alzas salariales. Pero el ministro de Hacienda, promotor del proyecto, se vio obligado a presentar su dimisi¨®n. Con su desaparici¨®n se esfum¨® tambi¨¦n una posibilidad razonable de ordenar el caos financiero israel¨ª. Inmediatamente despu¨¦s del fallido intento israel¨ª, un pa¨ªs con una econom¨ªa tan din¨¢mica como es Hong Kong ha decidido, sin embargo, ligar su moneda al d¨®lar para prevenir cualquier desorden financiero. En cualquier caso, Israel se encuentra en una situaci¨®n econ¨®mica descoyuntada y con la necesidad de realizar grandes sacrificios en el frente cotidiano y prosaico de la administraci¨®n de sus recursos. Su crisis no tiene otra salida que la aceptaci¨®n por la poblaci¨®n del esfuerzo cotidiano de vivir en paz y de acuerdo con sus posibilidades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Fondos cohesi¨®n
- Opini¨®n
- Importaciones
- Exportaciones
- Precios
- Pol¨ªtica financiera
- Fondos estructurales
- Israel
- Comercio internacional
- Indicadores econ¨®micos
- Planes desarrollo
- Comercio exterior
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Pol¨ªtica exterior
- Oriente pr¨®ximo
- Econom¨ªa europea
- Comercio
- Asia
- Gobierno
- Administraci¨®n Estado
- Organizaciones internacionales
- Econom¨ªa
- Relaciones exteriores
- Finanzas