Diez a?os despu¨¦s de la muerte de Neruda, Santiago de Chile revive su poes¨ªa
El s¨¢bado pasado, por primera vez desde que muri¨® hace 10 a?os, el pueblo al que cant¨® a Pablo Neruda, se reuni¨® en un acto masivo, desafiando la represi¨®n y el miedo, para recordarlo con cantos, y con su poes¨ªa. Al comienzo del maratoniano espect¨¢culo de cuatro horas, en el Teatro Caupolic¨¢n, de Santiago, su viuda, Matilde Urrutia, pidi¨® para ¨¦l no un minuto de silencio, sino un minuto de ruido alegre.
Toda la noche se sinti¨® en el viejo teatro el ronco vozarr¨®n de Pablo Neruda, un poeta muerto hace 10 a?os. Sus versos, sin embargo, parec¨ªan redactados recientemente. Su alegre y decidida defensa del hombre sencillo, su dolida imprecaci¨®n contra quienes le arrebatan al pueblo su libertad y el encendido y elocuente mensaje de lucha y esperanza que emanaba de sus poemas se dir¨ªa que estaban hechos a la medida de un pueblo que protagoniza en estos d¨ªas una dif¨ªcil batalla contra una de las m¨¢s fuertes dictaduras militares del Cono Sur de Am¨¦rica Latina.Desfilaron
por el escenario -presidido por una figura de 12 metros de altura que representaba a Neruda caminando con un gran poncho rojo- decenas de cantantes y grupos musicales que entregaron su personal interpretaci¨®n de poemas nerudianos, varios conjuntos de baile que corporizaron sus versos, muchos actores que leyeron emocionados algunos de sus poemas.
M¨¢s de 10.000 personas abarrotaron un estadio cerrado con capacidad para 7.000 personas. En varias ocasiones, espont¨¢neamente, todos repet¨ªan a coro alg¨²n poema o se pon¨ªan de pie, estremecidos, cuando los parlantes transmit¨ªan la particular voz de Neruda, grabada, evocando los senderos de su rica vida. Afuera, en la fresca noche santiaguina, centenares de polic¨ªas armados vigilaban.
Adentro, cuatro locutores se turnaban durante los intermedios para leer los innumerables mensajes de adhesi¨®n de importantes personalidades de la cultura mundial (como el premio Nobel Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, el director de cine Federico Fellini o el poeta espa?ol Rafael Alberti), de chilenos exiliados, de desconocidos de todo el mundo.
Nunca ning¨²n poeta o artista chileno, vivo o muerto, hab¨ªa recibido un homenaje de esta magnitud, tan s¨®lo comparable en Chile a la concentraci¨®n realizada en el estadio Nacional en 1971, donde m¨¢s de 50.000 personas aclamaron a su poeta cuando se supo que la Academia Sueca de las Letras le hab¨ªa otorgado el Premio Nobel de literatura. Pero eran otros tiempos, y el propio presidente de Chile, Salvador Allende, amigo personal de Neruda, encabez¨® ese acto.
Despu¨¦s, tras el golpe de Pinochet que min¨® la ya deteriorada salud de Neruda y aceler¨® su muerte, ocurrida 12 d¨ªas despu¨¦s del derrocamiento del Gobierno popular, nunca se hab¨ªa podido rendir un testimonio multitudinario como el s¨¢bado.
Babelia
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