Clima de histeria en Berl¨ªn Oeste ante el RFA-Turqu¨ªa
Un clima de histeria inusitado se ha creado en Berl¨ªn Oeste ante el partido de la Eurocopa de selecciones nacionales RFA-Turquia, que se juega hoy, dentro del Grupo VI. En Budapest, se disputa el Hungr¨ªa-Dinamarca, del III. Ayer mismo, con motivo del enfrentamiento entre los equipos Sub-21, numerosos polic¨ªas vigilaban las bocas del Metro y alrededores del Estadio Ol¨ªmpico, pese al escaso n¨²mero de asistentes. Esta noche, en el encuentro grande, se temen enfrentamientos xen¨®fobos entre neonazis y turcos; 6.000 polic¨ªas han sido movilizados para controlar a los 40.000 espectadores que se esperan.
Te¨®ricamente, el partido carece de importancia. La selecci¨®n de la RFA est¨¢ casi clasificada para la fase final, en Francia, y Turqu¨ªa ya no tiene ninguna posibilidad. Precisamente, el triunfo de Turquia, por 1-0 contra Irlanda del Norte abri¨® las puertas de la fase final a los alemanes. La diferencia entre la RFA y Turqu¨ªa es sobre la pradera futbol¨ªstica casi tan grande como en la renta per c¨¢pita. El ¨²ltimo encuentro entre las dos selecciones en Turqu¨ªa concluy¨® con un 0-3 favorable a los alemanes.Todo esto son los presupuestos para un partido de tr¨¢mite con unas gradas semivac¨ªas, porque adem¨¢s se televisar¨¢ en directo. El clima de xenofobia reinante en la RFA y Berl¨ªn Oeste, los llamamientos de grupos neonazis contra los turcos y el hecho de que Berl¨ªn Oeste sea una de las mayores ciudades turcas, con 160.000 habitantes de esa nacionalidad, han convertido el partido de hoy en un polvor¨ªn, donde se teme que estalle el odio racial y la xenofobia.
Desde hace semanas, en los estadios de la Bundesliga se convoca a los hinchas para que se desplacen a Berl¨ªn Oeste. Los t¨¦rminos de la convocatoria indican que los neonazis est¨¢n detr¨¢s.
La acci¨®n de estos grupos lleva el lema Kreuzberg tiene que arder. Kreuzberg es un barrio tradlicional berlin¨¦s, al lado del muro, que separa la ciudad,partida, donde viven 40.000 de los 160.000 turcos berlineses. El barrio, al que por la masiva presencia turca se le llama ir¨®nicamente "la peque?a Anatolia", est¨¢ lleno de locales turcos. All¨ª, en Kreuzberg, creci¨® precisamente Illas Tufekci, un joven turco de 23 a?os que hoy jugar¨¢ de delantero centro con la selecci¨®n turca. Tufekci lleg¨® a Kreuzberg cuando ten¨ªa 11 a?os, con sus padres, emigrantes turcos, y empezo a dar patadas a la pelota por los barrios berlineses. Lo hac¨ªa bien el turco, peque?o y driblador, lo que le elev¨® a la clase m¨¢s alta del f¨²tbol de la RFA, la Bundesliga. Tufekci jug¨® con el Hertha berlin¨¦s, el Stuttgart y, finalmente, con el Schalke. Pero se vio obligado a marcharse.
El retorno a Turqu¨ªa fue dram¨¢tico. Su novia, una joven alemana, rubia y de buena familia, no soport¨® la separaci¨®n y se ahorc¨®. Ahora Tufekci regresa a Berl¨ªn en me dio del clima enrarecido que rodea al partido de hoy.
La polic¨ªa ha tomado medidas excepcionales: 6.000 policias, m¨¢s de uno por cada siete espectadores, se encargar¨¢n de controlar y registrar a los espectadores del Estadio Ol¨ªmpico.
La polic¨ªa ha puesto en marcha un mecanismo de separaci¨®n total de los hinchas turcos y alemanes. La de fronteras tiene orden de controlar las autopistas de acceso a la RFA en direcci¨®n a Berl¨ªn Oeste para registrar todo lo que huela a sospechoso. Los controles liar¨¢n que no ocurra nada, pero el clima previo es de histeria.
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