Cine negro europeo

Como base para un debate en La clave sobre la guerra fr¨ªa, que ha inspirado directamente, aparte de varias emitidas por TVE, docenas y docenas de pel¨ªculas, entre ellas algunas tan interesantes como El tel¨®n de acero, Tel¨¦fono rojo, volamos hacia Mosc¨², Siete ' d¨ªas de mayo, Fugitivos del terror rojo, Correo diplom¨¢tico y Un, dos, tres, se ha elegido a la famosa El tercer hombre.

Este notable filme fue realizado en 1948 por Carol Reed, y tiene como escenario la devastada y dividida Viena de la posguerra, pero s¨®lo muy por los pelos puede decirse de ¨¦l que aborda el tema espec¨ªfico de la guerra fr¨ªa, ya que va ostensiblemente por otro lado, hacia las proximidades de una novela negra de estirpe intelectual y a la europea, como corresponde al talante e historial literario de su autor, Graham Greene. Es un filme negro con trastienda ¨¦tica y filos¨®fica, bordada alrededor de una trepidante e intensa acci¨®n al mismo tiempo policial y psicol¨®gica, pero en el que la guerra fr¨ªa propiamente dicha es solo un trasfondo y no una dimensi¨®n argumental primaria.

El filme, en su tiempo, que fue el del apogeo en los Estados Unidos del cine negro, obtuvo una enorme repercusi¨®n y supuso el punto mas alto de la carrera de Carol Reed, director nunca malo pero tampoco de talla excepcional, que hizo filmes s¨®lidos, bien hechos, como El ¨ªdolo ca¨ªdo, El tormento y el ¨¦xtasis, Nuestro hombre en La Habana, Oliver y Trapecio, pero siempre superficiales, engolados y, desde luego, inferiores a El tercer hombre, donde la ret¨®rica del director brit¨¢nico encontr¨® un tema al que se ajust¨® con hondura, sin crear zonas de vac¨ªo en el interior del relato.

El filme tiene altura, discurre sobre un ritmo de graduaci¨®n ascendente casi perfecto, posee una visualidad tenebrista realmente magn¨ªfica y, aunque molestan a estas alturas algunos de sus encuadres algo retorcidos, rebuscados y forzados, su l¨ªnea de inter¨¦s crece a velocidad vertiginosa desde el instante en que, mediado la compleja historia, aparece Orson Welles, en la inolvidable secuencia nocturna del gato que acaricia sus pies.

Desde entonces, es decir desde que el espectador sabe que el misterioso Harry Lime existe, en famoso tu a tu entre Orson Welles y Joseph Cotten en la noria gigante de El Prater, el filme no hace sino ganar inter¨¦s, hasta desembocar en la brillant¨ªs¨ªma -todo un ejercicio de virtuoso en la combinaci¨®n de luces, sombras, im¨¢genes y sonidos- secuencia de la persecuci¨®n a Harry Lime por el laberinto de las alcantarillas de Viena, rematada por el plano fijo de Joseph Cotten esperando el paso de Alida Valli en la avenida del cementerio, un final de pel¨ªcula que sigue siendo ejemplo magistral de plano-secuencia, con ritmo sobre la banda sonora de Anton Karas.

El tercer hombre se emite hoy a las 20.30 por la segunda cadena.