La identidad en el clasicismo de las arquitecturas n¨®rdicas
La galer¨ªa de arquitectura del Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo (MOPU), situada en el Paseo de la Castellana, 67 (arquer¨ªas de los Nuevos Ministerios), de Madrid, ha iniciado la temporada con la exposici¨®n Clasicismo n¨®rdico 1910-1930, donde se presentan una selecci¨®n de dibujos, planos y fotograf¨ªas de las obras de arquitectos de los cuatro pa¨ªses n¨®rdicos, como Funnar Asplund, Alvar Aalto, Carl Bergsten, Aage Rafri, Arne Jacobsen, Hakon Ahlberg y otros. Junto con la exposici¨®n, que estar¨¢ abierta al p¨²blico, hasta el 7 de noviembre, se celebra un ciclo de conferencias, donde intervendr¨¢ ma?ana, d¨ªa 3, Demetri Porphyrios. En este art¨ªculo se ofrece una visi¨®n cr¨ªtica de la exposici¨®n, en el contexto de la arquitectura moderna.
Decididamente, parece ser que la Direcci¨®n General de Arquitectura asume la responsabilidad de dotar a sus actuaciones de contenidos culturales, y para ello est¨¢ desarrollando una pol¨ªtica que pueda reconducir y colocar al noble arte de la arquitectura en el lugar que a lo largo de la historia de la cultura le ha correspondido. Por lo que empezamos a ver, se puede desprender que uno de sus empe?os consiste en la difusi¨®n de las l¨ªneas del pensamiento arquitect¨®nico actual, en la intenci¨®n de incrustarlas en el proceso cultural en el que est¨¢ comprometido el pa¨ªs, e intentar sacarlas del restringid¨ªsimo ¨¢mbito donde se producen, que en definitiva no es otro que los peque?os cen¨¢culos inevitablemente buscados por la soledad de aquellos arquitectos que no renuncian a su condici¨®n de intelectuales.Ser¨ªa de desear que ello desembocara en la inserci¨®n de la disciplina arquitect¨®nica en la actividad cultural cotidiana, exponi¨¦ndola a la pol¨¦mica y cr¨ªtica a la que cualquier otra manifestaci¨®n de esta naturaleza est¨¢ sometida y de las que la arquitectura, por razones que uno no llega a explicarse, se ha evadido a pesar de la enorme trascendencia cultural, social y econ¨®mica que tiene en cuanto que conforma nada menos que el espacio f¨ªsico del territorio, el de la ciudad.
La exposici¨®n, montada con gran delicadeza y sensibilidad, muestra una selecci¨®n de magn¨ªficos dibujos originales, as¨ª como algunos dise?os y peque?as fotograf¨ªas que, expuestas junto a los dibujos, referencian la obra construida realzando la importancia de los primeros, a la vez que permite valorarlos e interpretarlos en su aut¨¦ntica naturaleza, es decir, como herramienta de expresi¨®n del arquitecto. En cuanto al contenido, queremos s¨®lo enunciar unos breves comentarios o reflexiones acerca de sus aspectos m¨¢s obvios. As¨ª, sorprende ver c¨®mo estas arquitecturas que se desarrollan desde situaciones que no tienen intenci¨®n de asumir un protagonismo cultural activo (pi¨¦nsese: en la efervescencia de Alemania, Austria, Holanda y Chicago), sin embargo, se producen con una clara intenci¨®n de buscar su propia identidad y expresi¨®n. Intento que fragua en la aparici¨®n de un c¨®digo-estilo com¨²n con enorme personalidad y que hoy se entiende, se valora y admira como una aut¨¦ntica aportaci¨®n de una de las culturas entonces consideradas como perif¨¦ricas.
Pero tambi¨¦n es verdad que, aunque desde la periferia resulta evidente la atenci¨®n que estos arquitectos prestan a las corrientes que se desarrollan coet¨¢neamente, y como este clasicismo n¨®rdico puede perfectamente encuadrarse como una de las l¨ªneas de las que se nutrir¨¢ posteriormente el movimiento moderno. Frampton se refiere a ella como "la l¨ªnea alemana del clasicismo rom¨¢ntico, que originada por Durand entr¨® en la cultura prusiana v¨ªa Friederich Gilly y Karl Friederech Schinkel".
Roma y Palladio
Pero este premoderno n¨®rdico o protorracionalismo, utilizando el t¨¦rmino de Eduardo Persico, tiene tambi¨¦n una referencia clara -evidentemente rom¨¢ntica- en la arquitectura de la Roma cl¨¢sica y, c¨®mo no, en Palladio. Ambas conforman dos familias morfol¨®gicas perfectamente identificables: una, materializada en la preocupaci¨®n espacial por el problema de la inserci¨®n y macla del c¨ªrculo (b¨®veda o c¨²pula) en una geometr¨ªa b¨¢sicamente octogonal; y la otra en una inflexible utilizaci¨®n de la racionalidad como m¨¦todo para dibujar plantas y alzados del edificio, dando lugar a una volumetr¨ªa y espacialidad de una pureza y nitidez extremas.
Y, finalmente, habr¨ªa que hacer menci¨®n a la riqueza de la gram¨¢tica formal que alcanzan, gram¨¢tica que viene determinada por la gran preocupaci¨®n por el problema de la evoluci¨®n y creaci¨®n de la forma como tema principal de la arquitectura, despreocup¨¢ndose parcialmente de la investigaci¨®n tipol¨®gica, en evidente contradicci¨®n a la condici¨®n de clasicismo que da t¨ªtulo a la exposici¨®n.
es arquitecto.
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