El ¨²nico camino, la refoma agraria integral
Para el secretario general del Partido Comunista de Andaluc¨ªa, el anteproyecto de ley de reforma agraria del Gobierno andaluz es oportunista y electoralista, y no cumple ni mucho menos con las exigencias de una reforma agraria integral que los comunistas preconizan.
Tras la crisis energ¨¦tica, la segunda gran crisis mundial estar¨¢ determinada por el tema agr¨ªcola. Se perfeccionan, pues, las estrategias a fin de controlar este sector en el mayor n¨²mero posible de pa¨ªses y, consecuentemente, para establecer al par el dominio pol¨ªtico. Los norteamericanos lo saben muy bien: es la dependencia clave a conseguir, ya que resulta mucho menos espectacular que la utilizaci¨®n de bombas y misiles.La cuesti¨®n de la dependencia internacional, nuestra petici¨®n de entrada en la CEE y la necesidad, en Andaluc¨ªa, de transformar condiciones de existencia, marcan las l¨ªneas fundamentales de esta actualidad. En Andaluc¨ªa, el nombre que recibe la alternativa real, basada en un cambio de estructuras agr¨ªcolas y comerciales, del sistema de inversi¨®n, del mercado de trabajo y de la ordenaci¨®n administrativa (comarcalizaci¨®n), no es otro que el de la reforma agraria integral. Nombre y contenido que el PCA est¨¢ divulgando y defendiendo desde hace bastante tiempo en el Parlamento y en la calle.
Se levanta una bandera
El PSOE no ha tenido nunca programa de reforma agraria. En el discurso de investidura de Escuredo, hace m¨¢s de un a?o, la alusi¨®n al tema era vergonzante y vers¨¢til. Pero de pronto, en la serran¨ªa de Ronda, Escuredo promete una ley sobre la reforma agraria.
?Qu¨¦ mosca le hab¨ªa picado de pronto a Don Rafael? ?Por qu¨¦ precisamente en este momento y no antes o despu¨¦s? Y aqu¨ª yo creo leg¨ªtimo intentar una explicaci¨®n pol¨ªtica: Escuredo da este campanazo despu¨¦s de que el PCA sube al 15% en las elecciones municipales y cuando se abre una perspectiva de recuperaci¨®n pol¨ªtica y social del PCA y el PCE a trav¨¦s de marcar objetivos claros y convocar al pueblo en su conquista. Escuredo anuncia igualmente este proyecto antes de que terminen de organizarse grandes movilizaciones andaluzas contra su pol¨ªtica alicorta y a favor de alternativas claras y ciertas al subdesarrollo y la miseria.
El d¨ªa 5 de septiembre, en efecto, se pone en camino la marcha convocada por CC OO del Campo en defensa de la Reforma Agraria Integral (RAI). Es decir, se organiza no una movilizaci¨®n rel¨¢mpago contra la falta de fondos para el empleo comunitario, sino a favor de una soluci¨®n estructural, compleja de explicar y entender. No obstante, el pueblo andaluz responde en un grado que recuerda el imborrable 28-F de 1980.
Simult¨¢neamente, los juristas del PSOE trabajan largo y tendido, al calor de sus despachos, en el proyecto anunciado que, seg¨²n Escuredo, se va a "concertar" con las distintas fuerzas, aunque, en principio, s¨®lo,son informados los se?ores de la CEOE, que se muestran confiados y hasta satisfechos tras la entrevista con el presidente de la Junta.
Para el d¨ªa en que, tambi¨¦n con "aires de grandeza hist¨®rica", Escuredo presenta en Carmona su proyecto, el debate es un hervor en toda Andaluc¨ªa, al calor de la marcha por la RAI y en base a las expectativas creadas. La cuesti¨®n de la reforma agraria, que est¨¢ desde hace largo tiempo en la sangre y en la cabeza de los andaluces, despierta con fuerza de ocasi¨®n hist¨®rica que no podemos perder de nuevo. Pero (?ay!) el proyecto de Escuredo no es eso, no es eso. Apenas es una reformilla, un conjunto de medidas sobre productividad y desarrollo agrario que, en su extremo m¨¢s excepcional, alcanzan a rozar uno de los temas de fondo: la estructura de la propiedad de la tierra.
Sin modificaciones
La ley de Escuredo no modifica, sino que aglutina y articula las leyes existentes: una preconstitucional, de 1973 (ley de Reforma y Desarrollo Agrario) y otra centrista, de 1980 (ley de Fincas Manifiestamente Mejorables). Con una caracter¨ªstica com¨²n: que no son antilatifundistas y que no se corresponden con las coordenadas de una reforma agraria integral ("global", como le gusta decir a Escuredo), la cual, en el sector agrario, no habr¨ªa de basar la expropiaci¨®n s¨®lo en el castigo a los malos terratenientes, sino tambi¨¦n en el inter¨¦s social de una comunidad aut¨®noma subdesarrollada. Habida cuenta de que el cambio de la estructura de la propiedad sigue siendo imprescindible en Andaluc¨ªa. La audacia del Gobierno Escuredo se limita a recoger algo de la m¨²sica, pero desafinando, de la RAI, sin contemplar el fondo participativo y transformador de la letra. Por ejemplo, se establece una aplicaci¨®n comarcal, se crea un impuesto sobre la falta de productividad y se habla del Instituto Andaluz de la Reforma Agraria (IARA). Junto a la esperanza deste?ida de ciertos rasgos de audacia, las carencias descomunales. Y entre ellas, una de conjunto: la sustituci¨®n de la filosof¨ªa del inter¨¦s social y la transformaci¨®n econ¨®mica por el tema de la productividad y el respeto a las estructuras.
No se recogen los diversos temas que integrar¨ªan un cambio real: control de la comercializaci¨®n, alternativa progresista al mercado de trabajo (y no la sustituci¨®n que se ofrece del empleo comunitario), fiscalidad progresiva propia, ordenaci¨®n eficiente de cultivos, reforma del sistema de inversi¨®n del excedente agrario (que hoy emigra de Andaluc¨ªa y del sector de origen), etc¨¦tera.
El problema de la participaci¨®n es otro de los tendones de Aquiles de la ley. La aplicaci¨®n comarcal centralizada y burocratizada es inviable. Hay que constituir, por tanto, juntas comarcales, democr¨¢ticamente elegidas, con participaci¨®n de la Administraci¨®n y de todos los sectores afectados.
El tema de la financiaci¨®n se presenta igualmente en el aire, y los m¨¢s optimistas no cifran en m¨¢s all¨¢ de 10.000 millones la cantidad disponible en 1984, cantidad que apenas dar¨ªa para unos cuantos parches de urgencia, sin ninguna relevancia con respecto al conjunto desastroso de la econom¨ªa andaluza.
Conclusiones pol¨ªticas
En fin, que el tema no va a tener su final y punto redondo en el debate parlamentario, que constituir¨¢ una simple aduana de paso a una segunda fase, quiz¨¢ m¨¢s aguda, en la lucha por conquistar una reforma agraria real (integral), adecuada a los problemas y circunstancias que vivimos.
Escuredo ha ofertado reiteradas veces una pol¨ªtica de concertaci¨®n y, en concreto, negociar la ley de reforma agraria, pero sus olvidos son tan sonados que no los puede, ocultar ni una pol¨ªtica de imagen perfectamente calculada. La ley es centrista, ya que intenta fundir los opuestos agua y aceite de, por un lado, los intereses latifundistas y monopolistas, con los intereses, de otra parte, campesinos y obreros. Y es preciso anunciarle al presidente que esa ley requiere un pacto de progreso. Andaluc¨ªa, en definitiva, requiere un pacto de progreso. El subdesarrollo y la dependencia, con ¨ªndices num¨¦ricos que no admiten dudas, demandan una aut¨¦ntica pol¨ªtica de transformaciones. Y en este tajo, con fuerza imparable, vamos a seguir traba jando muchos andaluces.
es el secretario general del Partido Comunista de Andaluc¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.