Palme: "Los euromisiles son militarmente in¨²tiles"
En entrevista concedida al director de EL PA?S, el primer ministro sueco Olof Palme expres¨® sus puntos de vista sobre la actual situaci¨®n de las relaciones internacionales y sobre la pol¨¦mica interna desatada en Suecia por la pol¨ªtica socio-econ¨®mica de su gobierno. La entrevista tuvo lugar antes de la invasi¨®n norteamericana de Granada. Este es un resumen de sus declaracionesSobre los euromisiles. Mi convencimiento ha sido siempre que los cohetes son militarmente in¨²tiles. Si se usaran en una guerra ser¨ªa el fin de la civilizaci¨®n. Por eso mismo es preciso tratar de llegar a un acuerdo: reducir el n¨²mero de cohetes, reducir su capacidad e importancia, e intentar llegar a un equilibrio. Las proposiciones de ambas superpotencias tienen un car¨¢cter propagand¨ªstico. Lo que es preciso realmente hacer es no desplegar los cohetes Pershing y de crucero y reducir el n¨²mero de SS-20 sovi¨¦ticos.
Sobre la desnuclearizaci¨®n del norte de Europa. Por nuestra propia seguridad, queremos apartar de nuestras fronteras las armas nucleares, desnuclearizar efectivamente todo el norte de Europa. Noruega, y Dinamarca no tienen armas nucleares, pero su desnuclearizaci¨®n es relativa. La NATO tiene el derecho de desplegarlas en esos pa¨ªses en casos de urgente necesidad, y previo acuerdo de los Gobiernos nacionales respectivos. Por otro lado, es evidente que la desnuclearizaci¨®n de esta regi¨®n no se puede hacer sin la colaboraci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que tiene acumulados en ella gran cantidad de cohetes y armas nucleares. Por eso los sovi¨¦ticos siempre han rechazado una proposici¨®n semejante. Pero por algunas declaraciones de la ¨²ltima ¨¦poca de Breznev y por ciertas actitudes de Andropov podemos suponer que en cierta medida est¨¢n preparados para crear esta zona desnuclearizada, al menos en lo que a armas de alcance medio se refiere. Naturalmente, ello tendr¨ªa que incluir el mar B¨¢ltico y la desaparici¨®n de submarinos con armas nucleares en los puertos sovi¨¦ticos del mismo.
Sobre el corredor desnuclearizado en Europa Central. Hay unas 6.000 armas nucleares de peque?a potencia instaladas en Europa occidental. Se trata de peque?os cohetes cuyo uso podr¨ªa desencadenar una mayor conflagraci¨®n. Mi propuesta sigue siendo que exista una zona de 150 kil¨®metros a cada lado de las fronteras que separan las dos Europas libres de armas nucleares de corto alcance. Ello aumentar¨ªa enormemente la seguridad del continente y evitar¨ªa la concentraci¨®n de riesgos que. existen sobre ¨¦ste.
Sobre Centroam¨¦rica. La militarizaci¨®n del conflicto es cada d¨ªa mayor, y no puedo ser optimista respecto al futuro de Nicaragua. Nosotros 1emos impulsado la negociaci¨®n a trav¨¦s del grupo de Contadora, y todav¨ªa esperamos que algo pueda surgir de estos esfuerzos. La responsabilidad de los americanos es clara: los Estados Unidos cometen frecuentes errores en los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Tercer Mundo, El principal de ellos es suponer que tensiones y conflictos basados en desigualdades sociales, y que es preciso enfrentar desde la necesidad de una profunda reforma interna de esos pa¨ªses, son simplemente conflictos Este-Oeste. Por supuesto pueden llegar a serlo, pero no es necesario que lo sean si las grandes potenc¨ªas no se empe?an en esa bipolarizaci¨®n.
La Internacional Socialista siempre ha mantenido una posici¨®n muy clara sobre la cuesti¨®n de Nicaragua. Apoyamos la revoluci¨®n a condici¨®n de que se mantenga una sociedad pluralista y un sistema de econom¨ªa mixto. Yo creo que estas posiciones de la Internacional Socialista han influido notablemente en Nicaragua en el sentido adecuado. Pero no es posible entender la posici¨®n de la junta sandinista si no se atiende a la presi¨®n a la que se ha visto sometida. S¨ª uno presiona sobre un pa¨ªs desde el exterior, est¨¢ autom¨¢ticamente provocando la represi¨®n intema. Un r¨¦gimen que se siente atacado por enemigos de fuera tiende a defenderse tambi¨¦n con la represi¨®n en el interior. Esto ha sido siempre as¨ª.
Sobre la guerra Ir¨¢n-Irak. Tampoco puedo ser optimista. Es un foco de m¨¢xima tensi¨®n que podr¨ªa provocar una guerra m¨¢s generalizada. La entrega de aviones franceses al ejercito ¨ªraqu¨ª -los Super ?tendard- ha llevado a una situaci¨®n explosiva. Yo sigo en contacto con las partes en conflicto, y me gustar¨ªa una soluci¨®n negociada que no prevep en un corto plazo.
Sobre la situaci¨®n econ¨®mica interior. Las cosas van mejor de lo que esper¨¢bamos. Hemos mejorado en las cifras de desempleo y tambi¨¦n hemos logrado ¨¦xitos en la lucha contra la inflaci¨®n. La protesta de la derecha con motivo de los fondos salariales colectivos de inversi¨®n no responde a un an¨¢lisis riguroso de la realidad sueca. En este a?o de gobierno, los socialdem¨®cratas hemos hecho que aumenten los beneficios de las compa?¨ªas, mientras que el nivel de vida de los trabajadores ha descendido. ?sta, era una pol¨ªtica necesaria para regenerar la econom¨ªa, pero a largo plazo resulta inaceptable. Lo que queremos es que haya una participaci¨®n efectiva de los trabajadores en los beneficios de las empresas y en los niveles de gesti¨®n de las mismas. Pero hay que reconocer que esta idea de que los empleados y trabajadores tienen tambi¨¦n derecho -y no s¨®lo el capital- a una parte de la riqueza que ellos contribuyen a generar no gana terreno socialmente en nuestro pa¨ªs. Todo ello hace que la propuesta presentada al Parlamento sobre los fondos colectivos sea muy cautelosa, y su puesta en pr¨¢ctica tendr¨¢ una influencia limitada en la econom¨ªa. La oposici¨®n pol¨ªtica, sin embargo, atribuye al proyecto de ley unas intenciones y unas caracter¨ªsticas que no posee. No vamos a crear en ning¨²n sentido un. Estado como los del este de Europa. La derecha lo sabe, pero ha tomado la cuesti¨®n de los fondos como un pretexto para la movilizaci¨®n pol¨ªtica. Est¨¢n gastando en ello enormes cantidades de dinero y conduciendo al pa¨ªs a una polarizaci¨®n que lamento. Pero las elecciones de dentro de dos a?os no se van a dirimir por esa cuesti¨®n, sino en torno a nuestra pol¨ªtica de empleo y nuestra capacidad para combatir la inflaci¨®n; en tomo, en definitiva, a las cuestiones generales de la econom¨ªa. En ambos puntos se?alados, inflaci¨®n y puestos de trabajo, estamos mejorando, y yo estoy seguro de que nuestra pol¨ªtica, en ellos nos volver¨¢ a dar la victoria en 1985. Mientras tanto, la derecha se ha dedicado a crear la idea de que los fondos son el diablo. La gente no sabe bien todav¨ªa en qu¨¦ consisten, piensan que los fondos se pueden hacer con la mayor¨ªa del capital de las empresas, y eso no es as¨ª, porqu¨¦ la ley lo proh¨ªbe. De ah¨ª las cifras de las encuestas que indican tanta oposici¨®n al tema de los fondos y la capacidad de movilizaci¨®n de la derecha en la manifestaci¨®n del 4 de octubre pasado. Pero ahora que el proyecto de ley est¨¢ en el Parlamento, la opini¨®n p¨²blica va a obtener una gran cantidad de informaci¨®n sobre este tema, y estoy seguro de que cuando eso ocurra cambiar¨¢ el significado de los sondeos.
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