Schiffer / Salat
A nuestra gran derecha natural e indignada que prefiere la injusticia del dinero salvaje al desorden del porro, la prostituci¨®n, la mendicidad y el aborto (denunciados por Fraga como dones de la democracia) le estaba faltando un Schiller, frente al Goethe n¨²mero uno de su promoci¨®n de Goethes que es / fue el citado Fraga. De Schiller, ahora, va a hacer Ferrer Salat. Ya le hemos encontrado a este hombre un perfil, un sitio, un papel entre la derecha pol¨ªtica y la derecha fenicia, ya se va centrando como gal¨¢n y delf¨ªn, como trovador y gondolieri de una manera de comerciar que viene desde la G¨¦nova renacentista a su solapa de rentista. Fraga, s¨ª, ha sido por muchos a?os el Goethe de marisquer¨ªa que ha venido impartiendo doctrinas y acci¨®n, ruido y furia por la derecha, hasta que lo cogieron entre cuatro almirones y lo metieron en un armario con doble vuelta de llave, ay pap¨¢, pobre pap¨¢, mam¨¢ / derecha te ha encerrado en el armario y a m¨ª me da mucha pena. El otro d¨ªa a¨²n sali¨® del armario, como hace de vez en cuando, para denunciar la droga, la prostituci¨®n y todo lo que hemos dicho antes, hasta llegar al, recurso f¨¢cil de llamar "populismo" al socialismo, punto y hora en que un sumiller de su Moncloa por apartamentos le record¨® que ligar diez millones de votos no es ser populista, sino popular. Y ah¨ª se acab¨® la cuesti¨®n. Momento que esperaba Schiller / Salat, o sea el se?or Ferrer, para entrar en Madrid con doce de los suyos, m¨¢s "50.000 empresas en quiebra", como un rom¨¢ntico de la cat¨¢strofe, cubriendo con su Hernani de cifras el campo de batalla.Era por las amplitudes de Azca, y por all¨ª es que no se pod¨ªa ni pasar, que se pon¨ªa uno perdido, o sea. Fue donde yo me lo encontr¨¦, vest¨ªbulo del rascacielos Bancobao, lo cual que sal¨ªa yo de ver la antolog¨ªa de los pintores de la luz, ahora que el Schiller patronal nos ha llenado de sombra, y ¨¦l entraba a lo mismo, un, momento que me pongo la chaqueta, Carlos, que t¨² no eres para menos, no hay de qu¨¦, Paco, por favor, ni te molestes. Y no sab¨ªa ¨¦l que yo me estaba poniendo la chaqueta ante el nuevo Schiller contable de la derecha fenicio / nacional, o sea que le estaba viendo venir, aunque hab¨ªa dejado el caballo blanco atado a la puerta del rascacielos, como Schiller lo dejaba a la puerta del maestro Goethe. Goethe ha sido, efectivamente, el Fraga de los ¨²ltimos tiempos, un Goethe de queimada, m¨¢s sentencioso que oficioso, tanto en la plaza partida de las Cortes como en el Escuadr¨®n y otros restaurantes. La derecha, cierta derecha, lo que es es que han le¨ªdo poco, y no sab¨ªan que lo que necesitaban era un Schiller, un hombre menos fond¨®n de leer a Balmes (a quien jam¨¢s hubiera condescendido Goethe) y m¨¢s curtido de caballo blanco, puente a¨¦reo, romanticismo financiero que barre para adentro y populismos finos -aqu¨ª s¨ª que s¨ª- robados a los socialistas fuertes. Tenemos el gal¨¢n, el jinete, las mesnadas. El Schiller patronal anuncia que quiz¨¢ forme un partido pol¨ªtico. Con esto, a¨²n le ha dado otra vuelta a la llave del armario de Fraga, que est¨¢ dentro releyendo cosas de V¨¢zquez de Mella, por si sale alg¨²n mal trato verbal que aplicarle a presidente Gonz¨¢lez en el pr¨®ximo encuentro de Liga. 'Populismo", "porro", "prostituci¨®n", "separatisino" son ferralla verbal de un Goethe sesent¨®n del cuarentaflisinio. Ferrer / Schiller, sin bajarse del caballo / puente a¨¦reo, habla de empresarios aut¨®nomos, crisis de financiaci¨®n, puesta al d¨ªa en las t¨¦cnicas de vanguard¨ªa y cosas as¨ª de modernas. Tiene otro estilo, otro algo, qu¨¦ quieres que te diga. Entre Hernani y el mercado mundial, entre la CEOE y el mercado salvaje, la derecha / derecha ha encontrado por fin su l¨ªder, su Schiller. Y sin haber le¨ªdo a Schiller.
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