El Gobierno acepta que los certificados de regulaci¨®n monetaria del Banco de Espa?a son deuda p¨²blica del Estado
La Administraci¨®n, y con ella el Banco de Espa?a, ha aceptado que la mayor parte de los certificados de regulaci¨®n monetaria (CRM) que ha venido colocando el banco emisor desde 1980 no es otra cosa que una f¨®rmula de deuda p¨²blica. De esta consideraci¨®n se derivar¨¢ una ampliaci¨®n de los plazos de amortizaci¨®n, de tres meses a un a?o, y una reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s que se est¨¢n pagando por estos instrumentos. Los responsables de Econom¨ªa y del Banco de Espa?a definen esta operaci¨®n como consolidaci¨®n del mercado de CRM y de pagar¨¦s del Tesoro, aunque otros expertos prefieren hablar de renegociaci¨®n de una parte sustancial de la deuda p¨²blica interior a corto plazo.La ortodoxia financiera exige que un tomador de dinero tenga que pagar un precio por ¨¦ste, que se fijar en funci¨®n de la garant¨ªa del prestatario. El Estado es el que menor riesgo representa, y, por tanto, el precio tiene que ser sensiblemente inferior al del resto de instituciones que acuden al mercado. La realidad de 1983 muestra lo contrario. Los pagar¨¦s de empresas han salido con tipos de remuneraci¨®n inferiores a los alcanzados por los t¨ªtulos emitidos por el Tesoro. Adem¨¢s, los CRM -que no son otra cosa que pagar¨¦s a tres; meses- han tenido un precio medio cuatro puntos por encima. Los; costes financieros de estas emisiones son, en opini¨®n de la Administraci¨®n, inadmisibles.
Para ello se va a aprovechar la consolidaci¨®n de los CRM y, aparte de ampliar su plazo de amortizaci¨®n de tres meses a un a?o, se forzar¨¢ a que la banca y las cajas de ahorro acepten una reducci¨®n sustancial de su precio, tratando de: colocarlo, a lo largo de 1984, en los; niveles m¨¢s bajos del mercado. La. filosof¨ªa que inspira a Econom¨ªa se resume en una frase: "la Administraci¨®n ha ayudado al sistema financiero cuando ¨¦ste ha tenido problemas (bancos en crisis); ahora le toca al sistema financiero ayudar a la Administraci¨®n".
En los ¨²ltimos meses se ha producido un fen¨®meno curioso de aceptaci¨®n de razonamientos que hasta ahora eran negados por todos los implicados, Desde hace tres a?os, algunos especialistas no han dudado en afirtriar queel crecimiento de CRM en circulaci¨®n no representaba otra cosa que la incapacidad de la Administraci¨®n espa?ola para obterter en el mercado los recursos necesanos para financiar su d¨¦ficit. Este aumento se deb¨ªa a los nriayores gastos que realizaba el Esitado, y a los cuantiosos apoyos del Banco de Espaf¨ªa al sector financiero para sanear bancos en crisis.
Cambio de actitud
Esta posici¨®n era, criticada tanto por el Banco de Espa?a, que justificaba las emisiones de CRM como instrumento exclusivo de la pol¨ªtica monetaria, como por la banca privada, que afirmaba que contribu¨ªa con el 50% de los costes derivados del saneamiento de bancos en crisis.La situaci¨®n ha variado de forma radical. El ministro de Econom¨ªa y Hacienda se?al¨® que a partir de enero pr¨®ximo se dejar¨¢n de emitir CRM y que la obtenci¨®n de recursos a corto plazo se realizar¨¢ mediante pagar¨¦s del Tesoro, cuyo coste correr¨¢ a cargo de la Administraci¨®n. Miguel Boyer hizo p¨²blicas en el Congreso las elevadas ayudas concedidas por el Banco de Espa?a a los bancos en crisis. Ahora hay 1,6 billones de pesetas en CRM, y las ayudas a bancos se cifran en un bill¨®n.
Durante 1983 el coste medio de los CRM ha sido del 20%, lo que ha permitido que rnuchas de las instituciones financieras privadas obtuvieran una cifra considerable de sus resultados de explotaci¨®n, a partir de estos CRM. Es curioso constatar que muchos de los bancos en crisis que recibieron pr¨¦stiamos al 8% de interes, e incluso a inter¨¦s nulo, equilibran sus cuentas de p¨¦rdidas y ganancias mediante el mecanismo de volver a prestar al Banco de Espa?a laS cantidades por ¨¦l adelantadas, con un diferencial del 10% o superior.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Gesti¨®n empresarial
- II Legislatura Espa?a
- Deuda p¨²blica
- Consejo administraci¨®n
- Finanzas Estado
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Gobierno de Espa?a
- Financiaci¨®n d¨¦ficit
- PSOE
- Legislaturas pol¨ªticas
- D¨¦ficit p¨²blico
- Gobierno
- Partidos pol¨ªticos
- Empresas
- Finanzas p¨²blicas
- Administraci¨®n Estado
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Banco de Espa?a
- Espa?a
- Bancos
- Banca
- Finanzas