Los atropellos de Tr¨¢fico

Por Tr¨¢fico, el sistema legal democr¨¢tico es, todav¨ªa hoy, un fantasma o tal vez un espejismo quijotesco derribado ante el inc¨¦lumne mausoleo de leyes y disposiciones de la noche de los tiempos.Tr¨¢fico ofrece normativa ancestral a precios de hoy. As¨ª puede justificarse que, transcurrido un d¨ªa de la fecha de caducidad del carn¨¦ de conducir, el contribuyente, que adem¨¢s es de lujo por trabajar y disponer de alg¨²n s¨¢bado para resolver sus asuntos, se encuentra con la gracia de tener que pagar 4.000 pesetas de sanci¨®n.

Es inaudito e inaceptable; primero, la no existencia de un plazo de renovaci¨®n a partir de la fecha de caducidad, como corresponde a una Administraci¨®n racional; segundo, que el procedimiento administrativo ni existe en Tr¨¢fico, porque se trata de dos cuestiones d¨ªferentes el pago de la sanci¨®n, que supondr¨ªa un expendiente sancionador con derecho a recurso, y la entrega del documento, que por descontado la Jefatura se niega a renovar si no pagas la multa. Y tercero, que estando al frente de la D irecci¨®n General de Tr¨¢fico un hombre del talante pol¨ªtico del se?or Palac¨ªn, rompe los esquemas de cualquiera que todav¨ªa no se haya modificado semejante barbaridad y siga, seg¨²n sabemos por la Prensa, en tr¨¢mite la elaboraci¨®n de la nueva disposici¨®n legal de Tr¨¢fico. /

Madrid.