Previsible derrota del partido del presidente Bela¨²nde Terry en las municipales peruanas
ENVIADO ESPECIAL Las elecciones municipales peruanas se desarrollaban en la tarde del domingo (madrugada en Espa?a) con normalidad tras una noche de sangrientos atentados en Lima y en los departamentos andinos en los que opera la guerrilla mao¨ªsta del Partido Comunista de Per¨², conocida internacionalmente como Sendero Luminoso. Se da por cierta una estrepitosa derrota en todo el pa¨ªs -y particularmente en Lima- de Acci¨®n Popular, el partido en el poder, y su peque?o aliado legislativo, el Partido Popular Cristiano. El APRA y, tras ¨¦l, la Izquierda Unida, aparecen como claros ganadores en lo que no pasa de ser una prueba de lo que ser¨¢n las elecciones presidenciales de 1985.
Lima, tras una noche de perros, amaneci¨® ocupada por el Ej¨¦rcito y la Guardia Civil, dado el reto de Sendero Luminoso, que intenta a toda costa boicotear las elecciones y amenaz¨® con acciones espectaculares en todo el pa¨ªs. De los siete millones y medio de electores, dos millones votan en Lima y su puerto de El Callao, y el despliegue de tropas en la capital es aparatoso. En las colas frente a los colegios, los soldados registraban hasta los bolsillos de los votantes y estaba terminantemente prohibido portar bolsas, carteras o paquetes que puedan ocultar armas o dinamita.
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Enfrentamientos entre la polic¨ªa peruana y los 'senderistas' en la jornada electoral
En la tarde del s¨¢bado, la Guardia Civil persigui¨® a tiros a presuntos senderistas por los altos cerros que cercan Lima, capturando con vida a ocho de ellos. Con botes de leche llenos de gasolina preparaban gigantescas hoces y martillos que hubieran iluminado la capital en la oscuridad. Por la noche, senderistas encapuchados con medias y desde varios autom¨®viles arrojaron cartuchos de dinamita contra las sedes lime?as de Acci¨®n Popular y Partido Popular Cristiano, ametrallando a la custodia policial. Murieron tres guardias civiles y otros dos resultaron con heridas graves. El penal lime?o de San Jorge y la banca Wiese tambi¨¦n fueron atacados con dinamita sin que se produjeran v¨ªctimas.
Huelga general en Ayacucho
El -Ej¨¦rcito se concentra en las subestaciones de energ¨ªa el¨¦ctrica para evitar a Lima una noche de terror y a oscuras en el d¨ªa de las elecciones municipales.
En Ayacucho, Sendero ha ordenado la huelga general y han sido cancelados todos los vuelos a la ciudad andina. Sendero ya se encarga de aislar por carretera al departamento impidiendo desde hace d¨ªas el paso de los autobuses. El comando pol¨ªtico-militar que gobierna el departamento en estado de emergencia acaba de informar de la muerte de 15 campesinos el s¨¢bado (hombres, mujeres y ni?os) a manos de presuntos senderistas.
Estas elecciones son un doble pulso entre el terrorismo de Sendero y la fr¨¢gil democracia peruana, y entre la derechista Acci¨®n Popular del presidente Fernando Bela¨²nde Terry y las fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas a su izquierda. Los social-nacionalistas del APRA y el conglomerado Izquierda Unida. Se da por descontado el triunfo en Lima del candidato aprista Alfredo Barnechea, un periodista de 31 a?os, y del fortalecimiento en todo el pa¨ªs de la coalici¨®n Izquierda Unida.
Se querr¨ªa interpretar esta votaci¨®n como un anticipo del presumible desastre electoral que sufrir¨¢ la derecha peruana de Bela¨²nde Terry en las elecciones presidenciales de comienzos de 1985. Bela¨²nde y su Acci¨®n Popular, sabi¨¦ndose perdedores, destacan que ahora lo importante es que se celebren estos comicios, venciendo al terrorismo de ultraizquierda y al fantasma del golpe de Estado militar. Desde el APRA, y a¨²n m¨¢s desde Izquierda Unida, se rechaza que Acci¨®n Popular sea la ¨²nica garante de la democracia y se reprocha a Bela¨²nde el desgobierno y la miseria del pa¨ªs que no ha querido o sabido resolver.
Calcuta del Pac¨ªfico
Mientras Lima -esa Calcuta del Pac¨ªfico- se apresta a votar, las radios emiten peri¨®dicamente instrucciones sobre con qu¨¦ dedo han de votar los analfabetos, y se ruega a los votantes con instrucci¨®n que presten su ayuda a todos los cientos de miles que apenas pueden descifrar los s¨ªmbolos de los partidos en liza. El Ej¨¦rcito patrullaba obsesivamente las calles y se tem¨ªa el domingo otra noche lime?a de terror.
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