El drama de los parados
Asist¨ª a la concentraci¨®n contra la ola de atracos. ?Bien! Mi aplauso y solidaridad a los concentrados. Pero mi aplauso y solidaridad me impone que formule una pregunta: ?qui¨¦n se solidariza con el drama de los parados, que en gran n¨²mero est¨¢n abocados al suicidio o al delito?Me consta que muchos de los concentrados hoy est¨¢n en ¨®ptimas condiciones de crear empleo. En cambio, prefieren, en franca insolidaridad, atesorar riquezas, en cuyo rededor se aglutinan, y en su defensa exigen mayor dedicaci¨®n policial. Bastante hacen los servidores de la ley, que con demasiada frecuencia pierden generosamente su vida por defender riquezas ajenas. Se dir¨¢ que para eso est¨¢n. Cierto, tan cierto como que esta sociedad insolidaria no merece
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El drama de los parados
Viene de la p¨¢gina 13 que en su defensa se vierta la m¨¢s m¨ªnima gota de sangre generosa.
No puede exigirse la defensa de intereses privados, en gran mayor¨ªa obtenidos por medios ?l¨ªcitos, mientras se ignore el drama de los parados.
Antes de exigir hay que dar. Lo dem¨¢s es pura demagogia. /
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