El gobernador Paul Scoon, de Granada
Sir Paul Scoon, gobernador de la infeliz isla de Granada -dice el autor de este trabajo, con humor y literatura-, es un zafiro de la Corona brit¨¢nica, m¨¢s occidental que los occidentales mismos, un modelo de la educaci¨®n de la Gran Madre Blanca, que podr¨ªa ser un personaje de Graham Greene.Como siempre, el astuto irland¨¦s Conor Cruise O'Brien publicaba un art¨ªculo en la p¨¢gina siete de su querido The Observer el domingo 6 de noviembre. Este 0'Brien, viejo -amigo y compa?ero ligeramente desleal de Dag Hammarskjoeld en el perdido Congo, es un irland¨¦s redimido, listo, buen p¨¢jaro y tan sagaz que puso al IRA en su sitio y se britaniz¨® a cambio de The Observer. Es un irland¨¦s qu¨¦ tiene el alma blanca, as¨ª es que no sorprende verlo, en esa misma p¨¢gina, junto a la fotografia de un negro con el alma m¨¢s blanca todav¨ªa. Sir Paul Scoon, gobernador de la infeliz Granada -porque hay una Granada m¨¢s feliz, espero por ende, encarnaci¨®n de su graciosa majestad en un perdido para¨ªso de calipsos, jugos de pi?a, cubanos y palmeras.
Los Scoon de Notting Hill Gate
Yo recuerdo haber visto muchos Scoon in pectore en Notting Hill Gate. Andaban por all¨ª mozos y mozas del Caribe, l¨¢nguidos y hermosos West Indians que de cuando en cuando le daban a sus bidones musicales un ritmo del carajo, tocados con gorretes de panteras negras y con la idea fija de dar le?a a diestro y siniestro al llegar el carnaval. Pero de pronto uno ve¨ªa a otros caribe?os, casi siempre con gafas de concha, jovencitos y ya bien embutidos en ternos de se?orito, trajes de chaqueta baratos, pero aparentes, de esos que venden en las tiendas de Tottenham Court Road esquina a Oxford Street o en los almacenes, todav¨ªa m¨¢s pat¨¦ticos, que bordean Liverpool Street Station. Camisas blancas y una corbata humildemente correcta, adem¨¢s de un reloj, a ser posible digital, y una cartera de documentos como se?al de conquista. Esos no quer¨ªan ser negros golfos y tamborileros, sino mere British, empleados de banca, polic¨ªas, funcionarios, tal vez contables en una compa?¨ªa de seguros. Hab¨ªan dejado atr¨¢s islas en camiseta de colores y pies descalzos, playas en las que cantaba Belafonte junto a t¨ªas inmensas, un poco de hambre, algo de vud¨² y bastante ron.Paul Scoon fue uno de esos, un poco como Conor Cruise O'Brien, en otra divisi¨®n. Dice The Observer qu¨¦ estudi¨® en la Universidad de Londres, pero s¨®lo en el nivel que otorga los external degrees. Era maestro y a poco consigui¨® llegar a Marlborough House como subdirector de la Commonwealth Foundation.
Mientras tanto, Granada llegaba a su fant¨¢stica independencia de la mano de un ilustre y gracios¨ªsimo brib¨®n llamado Eric Gairy, y Maurice Bishop, disc¨ªpulo de Paul Scoon, afilaba el machete. Dicen -y estoy seguro de que esto no les sorprender¨¢- que el ingl¨¦s de paul Scoon es fr¨ªo y correcto y que no sabe, o pretende no saber, la encantadora jerga criolla de su pueblo, un afro-spanglish irredento, testimonio de blancas ferocidades olvidadas por buena educaci¨®n.
Un zafiro de la corona
Scoon no lleva una doble vida, ni se le conoce devaneo alguno con ninguna de esas mulatas que parecen surgidas del mism¨ªsimo coraz¨®n de Brahma. No creo que nadie pueda imaginar mejor carrera para que su graciosa majestad nombre a un individuo gobernador de una isla.Lo que pasa es que ya no hace falta ni siquiera Graham Greene para despejar la selva. La despejan los marines, esos pobres muchachos, y dejan la verdad en cueros vivos en menos de un periquete.
Scoon les llam¨®, dicen, asustado ante la hidra marxista, y ahora, perdonado por la Gran Madre Blanca, que permanece en oraci¨®n bajo la remota llovizna, ordena la reconstrucci¨®n de la minidemocracia perdida, con la precisi¨®n del buen empleado que llevaba ya en el coraz¨®n cuando sus paisanos se pegaban con los guardias en Notting Hill Gate.
Scoon es un excelso producto ,de la civilizaci¨®n occidental m¨¢s occidental que hay, manumitido de los grilletes con una beca y una camisa limpia. Scoon es un zafiro de la Corona.
Felipe Mellizo es periodista y escritor.
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