Kevin Magee acab¨® tocando el tambor
Magee acab¨® tocando el bombo. Magee rompi¨® la tradici¨®n y redonde¨® su espectacular llegada a las filas del CAI Zaragoza, nuevo campe¨®n de la Copa del Rey, mal que les pese a los dos grandes. Real Madrid y Barcelona han ca¨ªdo en circunstancias diferentes sobre la cancha aragonesa. El Barcelona no ha podido sumar un t¨ªtulo m¨¢s en lo que ya parec¨ªa su portentosa carrera en este torneo, no supo resistir los ¨²ltimos minutos y evidenci¨® en exceso la ausencia de un Epi superespectacular, pues s¨®lo hizo 23 puntos. Serra perdi¨® la batalla por conservadurismo y el CAI Zaragoza realiz¨® un encuentro serio, con los; nervios muy atenazados, con capacidad para no perder de vista a su enemigo en el marcador. Zaragoza se aficion¨® ayer al baloncesto.Todos los pron¨®sticos favorec¨ªan al conjunto azulgrana. Ante el Real Madrid, super Epi y sus compa?eros hab¨ªan ofrecido 20 minutos arrolladores, que s¨®lo la mucha experiencia del cuadro madridista supo aliviar. Era esta una cualidad que no se le supon¨ªa al CAI Zaragoza, menos avezado en batallas finales. Sin embargo, una buena pareja de americanos puede ser suficiente para. contagiar a todo un equipo. Magee y Allen resistieron el duro marcaje de Starks y Davis. En esa batalla por los re botes, el CAI supo jugar hasta el final. Serra no estaba dispuesto a que Magee realizara una. exhibici¨®n en Zaragoza, pero no pudo evitar que saliera a hombros. Lo reservaba todo para Epi, un ma?o afincado en Barcelona. Starks y Davis debieron recibir detalladas indicaciones de que la zona azulgrana no pod¨ªa ser apta para un paso f¨¢cil de sus compatriotas. Starks y Davis se pegaron sobre la l¨ªnea y sujetaron a sus rivales de forma furiosa. Era una de las previsiones del encuentro: todo se pod¨ªa decidir sobre los tableros. Serra contaba, como ventaja adicional, con la gran capacidad ofensiva de Sibilio y Epi. Era el planteamiento del partido. La resultante l¨®gica fue una espectacular lucha entre cuatro negros por cada bal¨®n a¨¦reo Para el CAI Zaragoza la ¨²nica posibilidad de intentar igualar la contienda era no dejarse machacar por Epi y Sibilio.
Durante los primeros cinco minutos la esperanza de una contienda igualada no se quebr¨®. Los equipos resolvieron sus ataques con parecida eficacia. Epi, sin embargo, no resultaba tan contundente como en el encuentro anterior, realmente dificil de repetir incluso en un jugador de su val¨ªa. Todos los jugadores del CAI le miraban de reojo, marcaban a su par pero ten¨ªan la doble obligaci¨®n de no perder de vista al mejor alero de Europa. Era una sobrecarga de esfuerzo digna de menci¨®n. Indio D¨ªaz lo ten¨ªa m¨¢s claro porque le vio a medio metro de distancia durante muchos minutos, pero pudo pararle. As¨ª y hasta mediada la primera mitad, la diferencia se estabiliz¨® a favor del Barcelona, pero por una ventaja nunca superior a los tres puntos. S¨®lo a falta de cuatro minutos, cuando Arcega II y L¨®pez Rodr¨ªguez dieron descanso a Bosch e Indio D¨ªaz, el marcador se distendi¨® y el, Barcelona pudo incluso alcanzar el descanso con su m¨¢xima ventaja (38-47). Sin embargo, nunca lograr¨ªa escapar m¨¢s all¨¢ de los 10 puntos.
A falta de 14 minutos para el final, a Serra s¨®lo le pod¨ªa preocupar que su equipo se estuviera cargando de personales. Sus jugadores intentaban el alejamiento final ,a partir de los 10 puntos, el despegue definitivo que permitiera a la ruidosa y colorista hinchada azulgrana entonar c¨¢nticos de victoria. Es bonito jugar as¨ª y llevarse una Copa del Rey. Por eso, tom¨® la precauci¨®n de reservar a Starks unos minutos. Fue su pecado: sali¨® De la Cruz en su lugar y los hinchas azulgranas empezaban a quedarse boquiabiertos. Serra ten¨ªa la boca cerrada, salvo para gritar, y daba patadas al parqu¨¦.,
Hab¨ªa sucedido simplemente -que, al faltar un negro de la categor¨ªa de Starks, la contienda se hab¨ªa desnivelado porque Sibilio y Epi estaban siendo sujetados en lo posible. El C?I tom¨® carrerilla, con Indio D¨ªaz y un destacado L¨®pez Rodr¨ªguez para imprimir velocidad, y en apenas dos minutos puso el marcador en un 56-58 dif¨ªcilmente imaginable. Magee recuper¨® su protagonismo, dej¨® la lucha sorda por unos momentos y, en una jugada de tres puntos, puso por vez primera un 61-60 que era el inicio del camino para la victoria. A partir de ese momento, ocho minutos y medio para el final, el conjunto azulgrana dio muestras de estar vencido, porque fue incapaz de poner las cosas en su sitio con 61-66 a su favor.
Serra podr¨¢ culpar a los colegiados de la derrota, podr¨¢ incluso demostrar que al Barcelona le quitaron un punto en el marcador electr¨®nico en los ¨²ltimos instantes, y cierto es que las decisiones arb¨ªtrales colaboraron para que se fraguara una feliz fiesta final en Zaragoza, pero era un hecho calculable. Los ¨¢rbitros pecaron de cierto caserismo, que todo el mundo esperaba, hasta el propio Serra. Sin embargo, no decidieron. El Barcelona hab¨ªa demostrado 24 horas antes que le falta redondear sus actuaciones. No siempre es posible llegar a falta de cinco minutos con el marcador resuelto.
En el partido de consolaci¨®n, el Real Madrid derrot¨® al Joventut por 88-84.
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