El 'bonnergate' o la 'Rep¨²blica comprada'
El esc¨¢ndalo Flick conmueve los cimientos pol¨ªticos de la RFA
Podr¨ªa ser una novela policiaca, con muertos que se llevan el secreto a la tumba, secretarias compradas, amantes dispuestas a defender el buen nombre del querido, un traficante internacional de armas, una boticaria de Bonn y hasta el sha de Persia en sus vacaciones de invierno en Saint Moritz.En San Agust¨ªn, un pueblo situado entre Bonn y Colonia, reside una orden religiosa, La Sociedad del Verbo Divino, que, adem¨¢s de extender la nueva, se dedicaba a repartir certificados de donativos, que luego serv¨ªan para evadir impuestos. El truco era muy sencillo y lo puso al descubierto una boticaria de Bonn que entreg¨® a los buenos padres una limosna de 1.000 marcos y recibi¨® a cambio un certificado de haber dado 5.000, que luego sirven a la hora de deducir la deuda fiscal. Los inspectores fiscales descubrieron el sistema de lavar dinero, consistente en entregar a una organizaci¨®n ben¨¦fica una cantidad, que luego regresaba lavada, tras un recorrido por las cuentas en Liechtenstein o Suiza y reducida en una parte, que quedaba en manos de los padres para su trabajo de misionar. El padre Schroeder, hoy desterrado en una parroquia perdida de Suiza, lleg¨® a fundar incluso una empresa denominada Soverdia, a la que el consorcio Flick pagaba anualmente un mill¨®n de marcos en donativos, hasta un total de 10 millones (580 millones de pesetas, al cambio actual). Flick es en la RFA el sin¨®nimo del capitalismo. El viejo Flick, ya fallecido, fue condenado en Nuremberg, en un proceso que llev¨® su nombre, por cr¨ªmenes de guerra, delitos contra la humanidad y explotaci¨®n de mano de obra extranjera. La lista de consejos de administraci¨®n de Flick ser¨ªa tan larga como los t¨ªtulos nobiliarios de la duquesa de Alba y las conexiones financieras del consorcio se asemejan a un rancio ¨¢rbol geneal¨®gico, que abarca desde la Dinamita Nobel a la Kaimler Benz, la fabricante de los autos Mercedes, y la Krauss-Maffei, productora de los tanques Leopard.
Mercedes con media luna
En las Navidades de 1974, el sha de Persia pasa sus vacaciones de invierno en Saint Moritz. Era la ¨¦poca del auge de los petrod¨®lares, que flu¨ªan con el oro negro en los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico. Meses antes, el emirato de Kuwait hab¨ªa comprado el 14% de las acciones de la Daimler Benz y el sha sinti¨® apetito por la empresa, despu¨¦s de haber comprado una parte de la legendaria siderurgia Krupp. El consorcio Flick ten¨ªa el paquete mayoritario de la Dainiler Benz y entr¨® en negociaciones con el sha. Se hablaba de miles de millones de marcos (centenares de miles de millones de pesetas), y la Rep¨²blica se conmovi¨®.
Algunos caricaturistas llegaron a pintar los Mercedes sin la c¨¦lebre estrella, que hab¨ªa quedado sustituida por la media luna del Islam. El primer banco alem¨¢n, el Deutsche Bank, se interes¨® por el negocio y le quit¨® la pieza al sha de Persia. Flick vendi¨® un paquete del 29% de las acciones por casi 112.000 millones de pesetas y se qued¨® con un 10% de las acciones.
El problema entonces fue c¨®mo evitar el pago de centenares de millones de marcos, que correspond¨ªan al fisco por la transacci¨®n. A base de reinversiones se evit¨® pagar los impuestos, pero qued¨® una parte importante sin invertir, para la que habla que conseguir el reconocimiento de utilidad p¨²blica. Eran 800 millones de marcos, que supon¨ªan unos 450 millones de impuestos (unos 26.000 millones de pesetas). Se pusieron en marcha los mecanismos de contacto con los pol¨ªticos y al fin se consigui¨® la exenci¨®n fiscal, que hoy puede acabar con el ministro Lambsdorff en el banquillo de los acusados, junto con su antecesor Hans Friderichs, hoy presidente ejecutivo del Dresdner Bank, el segundo banco del Norte y Westfalia; HorstIudwig Riemer, y Eberhard von Brauchitsch, socio comandatario de Flick, el hijo del legendario fundador del consorcio.
Por falta de pruebas se libraron los socialdem¨®cratas ex ministros de Hacienda Hans Matthoefer y Manfred Lahnstein.
La 'caja negra' de Flick
Los nombres de los implicados aparecieron en las listas de Diehl, el jefe de contabilidad del consorcio, que, a su vez, hab¨ªa surgido en los papeles de los padres del Verbo Divino. Como el ovillo que se desenmadeja, fueron apareciendo nombres implicados en los pagos. Al registrar la oficina de Diehl, apareci¨® la llave de una caja fuerte de un banco de D?sseldorf, donde estaba la lista de la caja negra del consorcio Flick, las listas de pagos a pol¨ªticos para "fomentar la econom¨ªa social de mercado" o, como creen los fiscales de Bonn, para conseguir influir las decisiones sobre exenciones fiscales de cientos de millones.
Toda la elite dirigente
En las listas de Diehl aparecen casi todos los pol¨ªticos de la elite dirigente de la RFA. S¨®lo contra un m¨ªnimo de tres se ha abierto el acta de acusaci¨®n por estar implicados en un caso depresunto so borno, pero el tufo de la corrupci¨®n llega a todos los partidos, que durante a?os se financiaron con dinero evadido al fisco. Los intentos de los acusados de echarle la culpa al muerto no parecen haber tenido resultado. Dos de los tesoreros de los partidos, Heinz Herbert Karry, de los liberales (FDP), y Alfred Nau (SPD), ya est¨¢n muertos. Karry cay¨® v¨ªctima de las balas en un atentado terrorista todav¨ªa no esclarecido. El abogado de Lambsdorff intent¨® explicar que su defendido entregaba todo el dinero a Karry, pero nadie sab¨ªa que el tesorero muerto ten¨ªa un amante, que ahora ha salido a relucir para desmentir las posibles implicaciones del pol¨ªtico asesinado.
El bonnergate se ha puesto en marcha y la acusaci¨®n contra Lambsdorff y los otros no es m¨¢s que lo m¨¢s visible de todo un sistema corrupto de financiaci¨®n de los partidos.
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