Marcel Diennet

"Me apasiona poder cuidar a todo el mundo, y como tengo demasiados pacientes y quiero darles un cuidado personal, he decidido recurrir al ordenador", afirma Marcel Diennet, especialista en problemas de obesidad, que de Par¨ªs ha saltado a Nueva York y Los ?ngeles con sus m¨¦todos originales para perder peso. Elegante, a punto de llegar a la cuarentena y seguro de s¨ª mismo, Diennet explica que el ordenador es un t¨¦lex moderno con muchas posibilidades, y que cualquiera puede ponerse en contacto con ¨¦l a trav¨¦s de un ordenador personal y la l¨ªnea telef¨®nica. El ordenador de Diennet le har¨¢ rellenar unos completos cuestionarios, que dibujar¨¢n para el m¨¦dico la silueta del paciente y ayudar¨¢n a que realice un diagn¨®stico r¨¢pido y muy adap tado a cada problema personal.

Este m¨¦dico franc¨¦s, que antes de dedicarse a los gordos estudi¨® los problemas del hambre en Biafra y Vietnam, explica que pens¨® en el ordenador cuando tuvo que atender la llamada de un jeque de Arabia Saud¨ª que no quer¨ªa desplazarse hasta Par¨ªs. Entonces se fue a Los ?ngeles y la empresa m¨¢s importante de ordenadores le dise?¨® los programas necesarios para poder atender a los clientes de todo el mundo sin molestias de largos desplazamientos. Con otra ventaja, porque, como dice Diennet, "crear cl¨ªnicas en otros pa¨ªses puede llevar a que se deforme mi tratamiento. Un ordenador no puede deformar mi m¨¦todo"."La obesidad es una enfermedad", asegura, "y lo dif¨ªcil es encontrar la causa. Yo he llegado a encontrar 29 causas distintas para la obesidad, aunque en un mismo paciente se pueden combinar dos o tres de ellas al mismo tiempo. En total existen m¨¢s de 2.000 combinaciones posibles, y al introducirlas en el ordenador he visto que dispongo de 2.049 diferentes tratamientos para combatir la obesidad".

Clientes espa?oles

Diennet considera causas los des¨®rdenes hormonales, como el hipotiroidismo, la insuficiencia hipotal¨¢mica, la insuficiencia hipofisaria, la pubertad, la ingesti¨®n de p¨ªldoras anticonceptivas o la mala circulaci¨®n. Su tratamiento se basa en p¨ªldoras elaboradas con polvo procedente de gl¨¢ndulas animales y suministradas en muy peque?as dosis, seg¨²n las reglas de la homeopat¨ªa. En algunos casos prescribe tambi¨¦n tratamientos locales, como el masaje con ciertas sustancias, y una dieta muy poco r¨ªgida. "A veces es preciso prescindir del alcohol, pero poco m¨¢s", asegura.Del ¨¦xito de sus m¨¦todos parecen dar fe sus clientes, entre los que se encuentran nada menos que 2.000 espa?oles. "Los hombres espa?oles se preocupan mucho m¨¢s que los franceses por su aspecto", afirma. "En Francia, a las mujeres no les importa que su hombre tenga tripa, y, sin embargo, los franceses no perdonan a las mujeres que descuiden su aspecto personal. La obesidad es un problema de salud, aunque en ciertos casos, como la celulitis en las mujeres, muchas veces no pase de ser un problema est¨¦tico, psicol¨®gico o de moda".

Diennet achaca la preocupaci¨®n de las francesas por la l¨ªnea a que "todos los modistas franceses son homosexuales y ven a la mujer estilizada como si fuera un chico. Los modistas italianos, por ejemplo, son m¨¢s normales, dise?an para una mujer normal". Piensa que los gordos son v¨ªctimas del racismo, a los que hay que ayudar, y est¨¢ preparando la versi¨®n espa?ola de un libro sobre la obesidad, que public¨® el a?o pasado en Francia, para que todos se puedan beneficiar de esa ayuda.