William Golding afirma ante los acad¨¦micos suecos que la lengua inglesa se est¨¢ devaluando "por exceso de uso"
El ingl¨¦s William Golding, Premio Nobel de Literatura 1983, estima que la lengua inglesa se deval¨²a por el exceso de uso en el mundo. Entre las causas, el escritor cita, "la masiva utilizaci¨®n en los mundos de la publicidad, la navegaci¨®n, las ciencias, los negocios y las conferencias".
William Golding, Premio Nobel de Literatura 1983, e n su discurso ante los acad¨¦micos suecos, denunci¨® ayer la devaluaci¨®n de la lengua inglesa "por su masiva utilizaci¨®n en el mundo" ya que, en muchos casos, con ella se comunican los mundos publicitarios, de navegaci¨®n, de las ciencias, los negocios y en las conferencias internacionales.Esta "denuncia" la realiz¨® en la Academia Sueca donde, tradicionalmente, el d¨ªa anterior a la entrega de los Nobel, gj1ardonado con el de Literatura se dirige a los acad¨¦micos suecos.
Hoy por la tarde, a las 16.30 hora sueca, cuando ya es noche cerrada en Estocolmo, la sala de conciertos (Konserhuset) abrir¨¢ sus puertas para recibir a una nutrida concurrencia de acad¨¦micos, diplom¨¢ticos y autoridades y dar cumplimiento puntual a la versi¨®n n¨²mero 82 de la ceremonia de entrega de los Premios Nobel 1983. Como todos los a?os, la familia real se situar¨¢ a la derecha del escenario, los laureados a la izquierda, mientras los invitados lo har¨¢n de acuerdo a una distribuci¨®n preestablecida.
Simult¨¢neamente, en Oslo, Danuta Walesa, en representaci¨®n de su marido, el l¨ªder del sindicato Solidaridad, de Polonia, Lech Walesa, recibir¨¢, en una ceremonia menos espectacular pero pol¨¦mica, sin duda, el Premio Nobel de la Paz.Ruptura de la tradici¨®n
En Estocolmo la ceremonia de entrega de los premios Nobel recobrar¨¢ este a?o la solemnidad que perdiera el a?o pasado, cuando la presencia caribe?a de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez y sus admiradores, irrumpi¨® desbordante por encima de la inalterable formalidad escandinava. Algo qued¨®, sin embargo, de esa ruptura, y este a?o la exigencia del frac s¨®lo regir¨¢ para la cena y el baile que, a 500 coronas per c¨¢pita -9.500 pesetas-, tendr¨¢ lugar por la noche en el Sal¨®n Azul del ayuntamiento.
Sin el carisma personal ni literario del colombiano, Golding resulta menos atractivo para el p¨²blico, que comienza ahora a familiarizarse con sus obras. El propio Golding pareci¨® reconocer esta realidad en su discurso de ayer ante la Academia sueca."Estoy entre los escritores m¨¢s viejos de cuantos han recibido el Premio Nobel, y eso puede permitirme alguna pizca de frivolidad", manifest¨®. "No me interpreten mal", agreg¨®, pero yo no tengo conmigo chicas danzarinas ni tampoco canto o hago magia". Algunos interpretaron la referencia a las bailarinas como una alusi¨®n al cuerpo de baile colombiano que viaj¨® el a?o pasado a Estocolmo para animar la fiesta a Garc¨ªa M¨¢rquez que tuvo lugar en la Casa del Pueblo.Golding se refiri¨® en su discurso a la necesidad que tiene el mundo de una mayor humanidad y m¨¢s amor y reivindic¨® el valor de la palabra, h¨¢bilmente manejada, como una poderosa herramienta que puede cambiar nuestro mundo a¨²n en esta ¨¦poca de sat¨¦lites y ordenadores. Dijo que ser¨ªa irresponsable por su parte hablar en la ocasi¨®n contra las armas nucleares, pero que tambi¨¦n lo ser¨ªa ignorarlas en momentos tan cr¨ªticos para la humanidad como los actuales.
Volvi¨® a reiterar que hay un malentendido respecto a su obra y que todos los cr¨ªticos hurgan para buscat en ella los signos de la desesperanza. "Yo no me siento pesimista", dijo, "sino, por el contrario, esperanzado, cuando compruebo la dimensi¨®n espiritual de conocimiento que de alguna manera la ciencia est¨¢ ignorando".
Babelia
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