La sala teatral madrile?a El Gayo Vallecano desaparecer¨¢ el pr¨®ximo 9 de enero
El teatro Gayo Vallecano, que desde hace cinco a?os es el foco cultural del barrio madrile?o de Vallecas, presenta estos d¨ªas su ¨²ltimo montaje, ya que la falta de apoyos econ¨®micos oficiales obligar¨¢ a cerrar sus puertas el pr¨®ximo 9 de enero. La cartelera madrile?a registra esta semana la recuperaci¨®n del cine Fuencarral para la escena, cuando la tendencia de las ¨²ltimas temporadas es la sustituci¨®n de los escenarios por las pantallas cinematogr¨¢ficas. Tambi¨¦n la Sala Cadarso, con una gran tradici¨®n en el teatro independiente y ahora en una nueva etapa dirigida por Manuel Canseco, puede desaparecer como local p¨²blico.
Hacer teatro en este pa¨ªs, hoy, s¨ª que es llorar. Hay algo muy terrible en esas portadas de edificio otrora resplandecientes, y esa mudez que ahora las preside; como si la vida hubiera pasado por delante sin detener su atenci¨®n. En Madrid, la sala El Gayo Vallecano va a quedarse sin amparo cultural y si alguien no lo remedia va a cerrar el 9 de enero. La sala Cadarso tambi¨¦n, porque los due?os quieren utilizar el local, pero va a tratar de recuperar el Lara, cerrado en la actualidad. En otro orden de cosas -de obras, ya que son m¨¢s comerciales, aunque siempre con dignidad-, el Marquina, que estren¨® recientemente Amadeus y Agnus Dei, no ha abierto todav¨ªa la temporada. Una buena noticia, para acabar: el viejo Fuencarral, que ha sido cine desde los sesenta vuelve a ser teatro.Para Juan Margallo, alma del Gayo Vallecano, ¨¦ste es un momento amargo. Si las cosas no mejoran, si nadie en las instancias oficiales hace algo por ayudar, El Gayo Vallecano, que es el teatro popular que mejor ha entendido las necesidades de un barrio como Vallecas, va a cerrar sus puertas a partir del 9 de enero. Falta dinero para estos hombres y mujeres que tratan de comunicarse con sus vecinos a trav¨¦s del viejo arte del teatro.
"Con lo que sacamos no podemos cubrir jam¨¢s los gastos", dice Margallo. Porque el teatro vende las entradas a precios populares. Y la gente acude, y aprende a amar ese arte, y a respetar el nombre de autores como Garc¨ªa Lorca.
"He estado hablando con Juan Barranco, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid, pero tengo pocas esperanzas. Necesitamos 24 millones, podemos ajustarnos hasta 18 ¨® 20. Ram¨®n Herrero, concejal de Cultura, nos ha ofrecido dos millones. Y eso es imposible". Ellos plantean un amplio programa que no incluye s¨®lo las representaciones, con ser mucho. Dar¨ªan cursillos de creatividad para ni?os, de expresi¨®n corporal, de interpretaci¨®n para adultos, de improvisaci¨®n del m¨¦todo, de fotografia, de cer¨¢mica, de m¨²sica... Y todo eso en Vallecas.
Un local menos
Lo de Cadarso no es tan desesperado. Es cuesti¨®n de dejar el local a sus propietarios, de la Secci¨®n de Ense?anza del Hogar del Empleado, que, de acuerdo con el Ministerio de Educaci¨®n, lo necesitan para obras culturales propias. Ahora est¨¢n en negociaciones para conseguir el Lara. Si lo obtienen, es un punto importante. Pero siempre queda la precariedad en que vive ese teatro que pretende no adaptarse a las demandas comerciales, seguir fiel a sus criterios de pureza. Investigar, formar parte de la vanguardia.Por otra parte, el empresario Justo Alonso recupera el Fuencarral, hasta ahora cine, situado en el llamado Peque?o Broadway, que fue inaugurado en los a?os veinte con variedades, zarzuelas y revista, que el 31 de marzo de 1939, bajo un comit¨¦ sindicalista, daba el mismo espect¨¢culo que dio el 1 de abril del mismo a?o, cuando el comit¨¦ se disolvi¨® y lo tomaron en sus manos los vencedores, con un Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n admirativo entre el p¨²blico.
El empresario Justo Alonso estrena el pr¨®ximo s¨¢bado en el Fuencarral el vodevil ingl¨¦s S¨¢lvese quien pueda, con Juan Jos¨¦ Meri¨¦ndez como director, porla compa?¨ªa de Pedro Osinaga y Fernando Guill¨¦n.
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