Autogolpe en Bangladesh
RESIDUO DE los residuos del imperio brit¨¢nico, Bangladesh es un pa¨ªs imposible. El golpe de Estado que el general Ershad se ha dado a s¨ª mismo tiene por objeto esencial borrar su propio proceso pol¨ªtico hacia una legalidad que hab¨ªa dise?ado y que ve peligrosa. La soluci¨®n cl¨¢sica de un tirano cuando el pa¨ªs se desmedula bajo su propio poder es tratar de parar el tiempo haciendo que su fuerza inmovilice la acci¨®n. La declaraci¨®n t¨®pica, desgastada ya en el mundo y siempre vuelta a utilizar, es la que ha hecho puntualmente el general bengal¨ª: abrir un plazo temporal -en este caso, dos a?os- para restablecer el orden y la econom¨ªa antes de volver a la normalidad, sin reconocer que el caos ha prosperado bajo su mando, medrado bajo su orden.El general Ershad no cre¨® por s¨ª mismo el caos: lo recogi¨® de la historia y fue incapaz de corregirlo. Pakist¨¢n naci¨® a la independencia en 1947 en contraposici¨®n a la propia independencia de la Uni¨®n India en la pen¨²ltima liquidaci¨®n del imperio brit¨¢nico, como un Estado-asilo en el que encontraran refugio los musulmanes del subcontinente indost¨¢nico. Era un disparate de pa¨ªs, partido en dos por el territorio indio: lo que hoy es Pakist¨¢n al oeste y Bangla Desh, entonces Pakist¨¢n oriental, al este. Bangladesh se independiz¨® de Pakist¨¢n por la violencia en 1971, con la ayuda interesada de la India. Su econom¨ªa est¨¢ encadenada: organizada para favorecer a la metr¨®polis brit¨¢nica, luego al centralismo indio, luego al Pakist¨¢n occidental -que era realmente hegem¨®nico-, est¨¢ configurada de manera dependiente y no propia; es en la actualidad la India la que recibe el mejor beneficio de esta dependencia, incluso comprando a precio irrisorio el gas natural de Bangladesh, pero desviando a su conveniencia las aguas del Ganges que riegan el delta sobre el que se extiende el pa¨ªs (con la presa de Farakka).
La superpoblaci¨®n lo devora todo. Se ha m¨¢s que duplicado desde la independencia, y de aqu¨ª a 25 a?os se duplicar¨¢ otra vez (en la actualidad puede ser de unos 100 millones). Es una poblaci¨®n rasgada por los enfrentamientos raciales y por el flujo continuo de musulmanes procedentes de la India (entre ellos los biharis, perseguidos, aislados, asesinados). Los generales se suceden en el poder mat¨¢ndose unos aptros, abriendo y cerrando c¨¢rceles, suspendiendo y creando constituciones que finalmente nunca se cumplen. La oposici¨®n civil no ceja: son m¨¢s duras el hambre y la miseria que las penas de muerte -que se cumplen-, las torturas y las prisiones.
Mohammed Hussein Ershad se hizo con el poder el 24 de marzo de 1982, tras una estela de asesinatos: el del general Ziaur Rahman en 1981 (que, a su vez, hab¨ªa eliminado a su predecesor), el de los 19 oficiales que se alzaron contra ¨¦l. El general Ershad intent¨® buscar la legalidad: nombr¨® presidente al que lo era del Tribunal Supremo, Choudury, y se qued¨® ¨¦l como administrador de la ley marcial; es decir, con el verdadero poder. Prometi¨® otra Constituci¨®n para sustituir la que abol¨ªa y unas elecciones para elegir la Asamblea que disolv¨ªa. La oposici¨®n vio trampas, y el tiempo no ha tra¨ªdo mejoras. No han cesado los disturbios: adem¨¢s de los raciales, los directamente pol¨ªticos (principal grupo de oposici¨®n, la Liga Awami, que dirije la hija del padre de la independencia, Mujibur Rahman, asesinado en 1975 por los militares), que acusan de ilegalidad la reforma llamada legal, basada en unas elecciones presidenciales que Ershad anunci¨® el mes pasado para noviembre del a?o pr¨®ximo. A la multiplicaci¨®n de los disturbios, en los que al menos ha habido seis muertes violentas, Ershad ha reaccionado tirando por la calle de en medio: ha depuesto al presidente que ¨¦l mismo hab¨ªa nombrado, para sucederle en el cargo y, si la oposici¨®n pone peros a la pr¨®xima contienda electoral, en las que el general espera tener todas las de ganar, lo m¨¢s probable es que no lleguen a celebrarse. Esto es as¨ª si antes algun militar ambicioso no promueve un nuevo golpe de Estado con la marca sangrienta que es propia de la historia bengal¨ª y abre un nuevo plazo en la b¨²squeda de una nuevalegalidad.
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