El fiscal pide 16 a?os de c¨¢rcel para el confidente Gamb¨ªn acusado de fabricar los explosivos que incendiaron el Scala

El fiscal solicit¨® ayer que se impusieran un total de 16 a?os de prisi¨®n a Joaqu¨ªn Gamb¨ªn Hern¨¢ndez por los supuestos delitos de fabricaci¨®n de explosivos y concurrencia a una manifestaci¨®n con armas, en relaci¨®n con el atentado contra el restaurante-sala de fiestas Scala, de Barcelona, en el que murieron cuatro trabajadores. Estos hechos fueron juzgados ayer en la secci¨®n tercera de lo penal de la Audiencia Provincial de Barcelona. El ministerio p¨²blico, adem¨¢s de acusar a Gamb¨ªn Hern¨¢ndez, contest¨® a las reiteradas acusaciones realizadas por la Confederaci¨®n Nacional de los Trabajadores (CNT) contra la Administraci¨®n de Justicia por su comportamiento en el caso Scala.

Pocos minutos antes de las cinco de la tarde de ayer, en medio de un gran despliegue policial, se inici¨® el juicio contra Joaqu¨ªn Gamb¨ªn Hern¨¢ndez. La vista oral dur¨® escasamente tres horas y, desde un punto de vistajur¨ªdico, se centr¨® en torno a la presunta participaci¨®n de Gamb¨ªn en la Fabricaci¨®n de explosivos y en su concurrencia a una manifestaci¨®n, convocada por la CNT, que desemboc¨® en el atentado contra la sala de fiestas Scala de Barcelona.Desde el centro de la sala, de pie, disfrazado mitad confidente policial, mitad Trotsky, con una gabardina marr¨®n ajada, un pantal¨®n azul marino, una perilla canosa, una calva incipiente y unas gafas met¨¢licas de montura redonda, Joaqu¨ªn Gamb¨ªn Hern¨¢ndez justific¨®, ante el tribunal que le juzgaba, su presencia en la. casa del anarquista Jos¨¦ Cuevas, en Barcelona, aquel 14 de enero de 1978, v¨ªspera del atentado.

Hab¨ªa llegado de Murcia, con otro compa?ero- Antonio Marfil, responsable de la organizaci¨®n libertaria en aquella lo calidad- con el encargo secreto emanado de la polic¨ªa de "vigilar y controlar" los grupos anarquistas en Barcelona. Era su primera misi¨®n. Quiz¨¢s por ello no perdi¨® ni un s¨®lo detalle de lo que acaec¨ªa en la casa mientras fabricaban los c¨®cteles molotov. En un momento de despiste sali¨® a la calle y desde una cabina telef¨®nica intent¨® localizar infructuosamente a su enlace, en la Direcci¨®n General de Seguridad. Puesto que continuaba siendo novato en las tareas de informador, sigui¨® con atenci¨®n el recorrido que hizo el macuto de los explosivos en la manifestaci¨®n de los libertarios. Ten¨ªa la esperanza de que en la marcha, desde el puerto hasta la plaza de Espa?a, podr¨ªa encontrar un polic¨ªa y hacerle un gesto y avisarle de que en la bolsa de los anarquistas estaban los explosivos. Al finalizar la manifestaci¨®n, los j¨®venes se marcharon con los c¨®cteles molotov hacia la Modelo. El se fue con las mujeres hasta un bar. Se enter¨® del desastre despu¨¦s, por la televisi¨®n, mientras com¨ªa. Entonces tuvo miedo. Se levant¨®, dijo que no quer¨ªa continuar m¨¢s all¨ª, con aquellos asesinos. Se fue y llam¨® de nuevo a la polic¨ªa. Esta vez s¨ª encontr¨® a su enlace.

La declaraci¨®n de Gamb¨ªn fue seguida en silencio por el numeroso p¨²blico que llenaba la sala, mientras desde el exterior llegaban los gritos de "libertad, libertad" de los primeros manifestantes anarquistas y entre el p¨²blico se disparaba el sonotone de un polic¨ªa de paisano. Gamb¨ªn se detuvo por un instante. Se llev¨® el dedo hasta la mejilla, lo introdujo en la oreja, lade¨® la cabeza y se rasc¨® con fruici¨®n Todo el cuerpo le tembl¨®. Des-' pu¨¦s se sent¨® en el banquillo de los acusados e imperturbable sigui¨® las incidencias del juicio y las declaraciones de sus ex compa?eros anarquistas -Jos¨¦ Cuevas, Arturo Palma y Francisco Javier Ca?adas-, que desmintieron la versi¨®n del confidente y aseguraron que no s¨®lo hab¨ªa confeccionado los c¨®cteles, sino que los hab¨ªa transportado en la manifestaci¨®n.

Jos¨¦ Cuevas fue invitado a abando nar la sala, despu¨¦s de que se negara a contestar a las preguntas del abogado defensor. El anarquista, que cumple condena de 17 a?os por este caso, insisti¨® vanamente en su intenci¨®n de hablar sobre los aspectos oscuros y no investigados del atentado. Cuevas quiso hacerse escuchar, por encima de las protestas y las recriminaciones de los magistrados. Abandon¨® la sala dejando una mirada de ira hacia Gamb¨ªn, una sonrisa hacia una muchacha del p¨²blico y unos comentarios en voz alta sobre la "justicia espa?ola".

Penas de 11 y 5 a?os

El fiscal, Alejandro del Toro, resumi¨® en poco menos de siete minutos sus acusaciones contra Joaqu¨ªn Gamb¨ªn Hern¨¢ndez, al que calific¨® de "delincuente peligroso". Sustent¨® la petici¨®n de 11 y 5 a?os de prisi¨®n, en las declaraciones que sus antiguos compa?eros hicieron dos d¨ªas despu¨¦s de ser detenidos y en las que explicaban la participaci¨®n de Gamb¨ªn en estos hechos. El fiscal apuntal¨® tambi¨¦n su acusaci¨®n en el atestado policial.El ministerio p¨²blico contest¨® a las acusaciones e hip¨®tesis de la "prestigiosa organizaci¨®n obrerista" y asegur¨® que la Administraci¨®n de Justicia no hab¨ªa hecho otra cosa que abordar el caso Scala con claridad y con todos los medios a su alcance. A?adi¨® que cualquier intento por analizar pol¨ªticamente el tema deb¨ªa de hacerse en lugares m¨¢s adecuados como el Parlamento o las C¨¢maras, pero no en los tribunales de Justicia, y recomend¨® a la CNT que "resistiera la tentaci¨®n de hacerse la m¨¢rtir por el caso Scala". "Nadie ha acusado a ninguna organizaci¨®n obrerista", recalc¨®. Respondi¨® tambi¨¦n a las afirmaciones de la Prensa, y asegur¨® que Gamb¨ªn no era "un inductor", en todo caso un coautor.