Caballo de pica
Lo que pasa, mayormente, ya lo vengo viendo, es que aqu¨ª la brisca nacional la estamos jugando con dos barajas, y eso es un mareo, claro, y un jaleo. Cuando est¨¢bamos en la brisca sobredorada y purulenta, madrile?a, llega, coge, agarra, pilla y sale don Miquel Roca en plan caballo de pica, o sea una cosa europea, un naipe limpio de la Riviera, que es el sitio m¨¢s elegante y m¨¢s aburrido del mundo. "Discrepamos de este proyecto". Lo dijo tan fino que yo tuve que preguntar de qu¨¦ proyecto se trataba, y era la LODE. Yo no sab¨ªa que la LODE era un proyecto. Yo, por Maravall mayormente, cre¨ªa que la LODE era una realidad inminente, como Jaws/3/D, peli navide?o/infantil a la que me gustar¨ªa llevar alg¨²n ni?o de la mano. En cada pila de agua bendita hay un jaws dispuesto a morderle al primero que se santig¨¹e, o sea, don Manuel, que Espa?a no ha dejado de ser cat¨®lica, pero se lo piensa. Don Miquel Roca, como ustedes no ignoran, es portavoz de la Minor¨ªa Catalana en el Congreso. Yo, que vivo nacionalizado en el puente a¨¦reo, s¨¦ bien hasta qu¨¦ punto esa minor¨ªa es minor¨ªa y hasta qu¨¦ punto es catalana. Quieren hacer carrera en Madrid, y eso en la plaza de Saint Jaume no se lo perdonan. "No compartimos su filosof¨ªa, no es nuestra ley". Don Miquel Roca, como caballo de pica, hizo una buena l¨¢mina de naipe costazur, y eso hay que agradec¨¦rselo, porque romp¨ªa un poco la resobada baraja nacional que ya hemos glosado aqu¨ª: cada semana le toca a uno ser caudillo invicto por una semana hasta la semana siguiente. Font¨¢n, Alzaga, Fernandio Su¨¢rez y vuelta. Era un mus de mesa camilla, una cosa como galdosiana. Ahora va a entrar en juego mi muy querido y seren¨ªsimo don Jes¨²s Aguirre Duque de Alba, y a lo mejor tambi¨¦n le mete elegancia y caballer¨ªa a la cosa. Eso espero.Don Miquel Roca, por la periferia, a falta de otro mejor, se lo hace de Tirant lo Blanc. No da la talla ni el talle, pero ha mejorado su escuela de equitaci¨®n. "No compartimos su filosof¨ªa". Yo no sab¨ªa que la LODE fuese una filosofia, sino un proyecto sugestivo de aprendizaje en com¨²n. "No es nuestra ley". ?Qu¨¦ ley, cu¨¢l es su ley, un catolicismo tipo Banca Catalana? Quedaba escaso en figura de Tirant lo Blanc. Parec¨ªa el Vizconde demediado de Italo Calvino. Catalunya es algo m¨¢s, mucho m¨¢s. Pero ¨¦l paseaba gr¨ªmpola y gallardete en lo alto de su pica, al paso del caballo. "Si no se aceptan los m¨ªnimos que planteamos, votaremos en contra y estudiaremos la posibilidad de presentar recurso de inconstitucionalidad". Esto del recurso de inconstitucionalidad es una cosa que est¨¢ muy bien tra¨ªda. Ahora parece que la Constituci¨®n sirve -caso Fraga/Rumasa-, m¨¢s que para acatarla, para apelarla. Va a haber una derecha que va a estar todo el d¨ªa subi¨¦ndose al regazo de la Constituci¨®n, como los ni?os negros se suben a las rodillas de Abraham Lincoln, en Washington. Es pasarse. En esto que Monse?or Gabino D¨ªaz Merch¨¢n se re¨²ne en Madrid con el Comit¨¦ Ejecutivo de la Conferencia Episcopal para enmogollonarse contra la prohibici¨®n de rezar en los centros escolares p¨²blicos de Asturias durante el horario de clases. A lo mejor, si fuesen los centros escolares de La Mancha, a don Gabino le daba igual. O sea, que el mus de chisc¨®n y oro sobado que ven¨ªa siendo la timba madrile?a y galdosiana, vuelve donde sol¨ªa, con un cl¨¦rigo de comod¨ªn, cu¨¢ndo el se?or Roca Junyent, perif¨¦rico y caballeresco, hab¨ªa conseguido meterle a la cosa un perfil de juego de lanzas y caballo de picas que mejoraba mucho la l¨¢mina, aunque ven¨ªa a decir lo mismo: que el Estado viene obligado a ense?ar religi¨®n cat¨®lica y, encima, pagar por ello. "Si no se aceptan nuestros m¨ªnimos, votaremos contra la LODE". "?Y cu¨¢les son sus m¨ªnimos y qu¨¦ cosa es ¨¦sa?", se preguntaba la Corte de los Milagros. Madrid estaba en un grito y Tierno ech¨® un preg¨®n, por cohonestar. Caballero perfile?o, Roca se iba sobre un fondo clerical de siller¨ªa religiosa, provenzal y clasista. En la baraja cantinera hab¨ªa salido un caballo de pica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.