Justificada paranoia
Tras el retiro de sus ¨²ltimos a?os, regresa Peckinpah al cine intentando mostrar a la industria sus buenas cualidades como realizador, sin olvidar sus preocupaciones m¨¢s constantes. Adaptando la novela de Luldlum The osterman weekend, que dio tambi¨¦n t¨ªtulo original a la pel¨ªcula, recrea parte de Perros de paja en el forcejeo mortal de los protagonistas frente a su agresor, pero da un paso m¨¢s en la significaci¨®n de esa violencia: ya no es producto de unos delincuentes aislados, sino de la propia organizaci¨®n social. El poder establecido es quien genera el control, la sumisi¨®n y muerte de los ciudadanos.La an¨¦cdota es pretendidamente confusa, de tal forma que el espectador se sorprenda a cada nuevo giro de la acci¨®n, sin recibir un maniqueo esquema de buenos y malos. La maldad, obvia, est¨¢ en el sistema, cada d¨ªa m¨¢s sofisticado y peligroso: frente a ¨¦l poco pueden hacer los ciudadanos enga?ados y vigilados hasta en sus m¨¢s ¨ªntimas actividades. Los v¨ªdeos y televisores controlados a distancia no dejan hueco a la libertad. Y eso le cicurre al m¨¢s famoso y arriesgado entrevistador de televisi¨®n, convencido por la CIA para que controle a sus amigos, presuntos agentes del KGB. La informaci¨®n que le dan es indiscutible y ¨¦l se presta a colaborar. Sin embargo...
Clave: Omega
Director: Sam Peckinpah. Gui¨®n: Alan Sharp, sobre la novela de Robert Ludlum. Fotograf¨ªa: John Coquillon. M¨²sica: Lalo Schifrin. Int¨¦rpretes: Riager Hauer, John Hurt, Burt Lancaster, Dennis Hopper, Craig T. Nelson. Aventuras. Norteamericana, 1983. Locales de estreno: Roxy B, Narv¨¢ez, Canciller, Cervantes, Lido.
Realizada con un ritmo trepidante, propio del mejor cine de Peckinpah, pero quiz¨¢ sin humor suficiente, salvo en los ¨²ltimos momentos, Clave: Omega es un juego de apariencias y realidades, un ajedrez enloquecido cuyas piezas cambian seg¨²n una l¨®gica que se oculta en el filme, como realmente se nos oculta en la vida real, pero que tiene, en ¨²ltima instancia, una raz¨®n terrible. Nadie, en todo caso, escapa a sus reglas.
Rutger Hauer en el personaje del entrevistador y John Hurt en el misterioso miembro de la CIA que organiza el enredo realizan un excelente trabajo. Burt Lancaster muestra una vez m¨¢s su solvencia y seguridad en un papel menor, aunque trascedente: la suya es una colaboraci¨®n especial y no deber¨ªa figurar en la publicidad espa?ola en el primer lugar del reparto.
Babelia
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