Reclamaciones en Par¨ªs
Resulta claro que el asunto que hab¨ªa que abordar con prioridad el pasado d¨ªa 20 en el El¨ªseo, entre Felipe Gonz¨¢lez y Mitterrand, era la adhesi¨®n espa?ola a la Comunidad Econ¨®mica Europea. Tras el fracaso de la cumbre europea, acogido con consternaci¨®n en Madrid y con irritaci¨®n por parte de los dirigentes pol¨ªticos, se impon¨ªa una clarificaci¨®n. ( ... )Francia est¨¢ considerada, m¨¢s all¨¢ de los Pirineos, como la principal responsable de las demoras en el proceso de adhesi¨®n, y hace mucho tiempo que la Prensa espa?ola no hab¨ªa sido tan un¨¢nime y tan cr¨ªtica con respecto al Gobierno franc¨¦s. El Pa¨ªs, el mejor y m¨¢s moderado de los peri¨®dicos espa?oles, ha emitido juicios particularmente severos sobre la pol¨ªtica de Mitterrand. ( ... )
Espa?a ha conseguido un ¨¦xito en Bruselas. Los diez han aceptado que pueda producirse su adhesi¨®n al Euratom sin ratificar previamente el tratado de no proliferaci¨®n nuclear. Queda el apartado agr¨ªcola, como el m¨¢s arduo en una negociaci¨®n ya dificil y compleja.
El acuerdo sobre frutas y hortalizas, firmado el pasado mes de octubre en Luxemburgo, imaginado en principio como un obst¨¢culo menos en el camino de la adhesi¨®n espa?ola, ha sido mal recibido en Madrid, donde se teme un mayor proteccionismo comunitario durante el per¨ªodo anterior a la adhesi¨®n. Felipe Gonz¨¢lez har¨¢ valer, sin duda, ante Mitterrand que una actitud menos r¨ªgida de Francia sobre la cuesti¨®n agr¨ªcola crear¨ªa un clima m¨¢s favorable a las actividades de las industrias francesas allende los Pirineos.
Estas buenas intenciones se ver¨¢n puestas a prueba con respecto
a otra cuesti¨®n sangrante en el contencioso, bilateral: la opini¨®n espa?ola se exaspera al ver que el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s sirve de santua rio a los comandos terroristas de ETA. Los dirigentes espa?oles estiman que la salvaguardia de la joven democracia espa?ola, toda v¨ªa fr¨¢gil y realmente amenazada por el c¨¢ncer vasco, deber¨ªa ser tenida en cuenta por Par¨ªs antes que cualquier otro tipo de consideraciones. Parece claro que Mitterrand presta cada vez una mayor atenci¨®n a este problema; pero las operaciones llevadas a cabo por comandos, m¨¢s o menos oficiales, de polic¨ªas espa?oles en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s -donde se aprecia cada vez una mayor tensi¨®n- no contribuyen en modo alguno a distender la atm¨®sfera de las relaciones Madrid-Par¨ªs.
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