Ojo por ojo
Un cierto sentido vindicativo y cuadrangular de la justicia, y no la superstici¨®n, fue lo que indujo a no pocos vizca¨ªnos a buscar la suerte all¨ª donde mayor hab¨ªa sido la calamidad. De sobra sab¨ªan quienes as¨ª actuaban que nada de veleidosa tiene la diosa Fortuna, hija, seg¨²n Hes¨ªodo, del Oc¨¦ano y de Tetis, y que si en una mano sostiene el cuerno de la abundancia, empu?a firmemente con la otra el tim¨®n, emblema del destino ya escrito.Eligieron bien el n¨²mero. Para empezar, el 56.074 finaliza en cuatro, cifra representativa de la justicia tel¨²rica: procede de dos conjunciones id¨¦nticas, 2 X 2 y 2 + 2, lo que la hace s¨ªmbolo de la equidad absoluta, del ojo por ojo y diente por diente. Pero es que, adem¨¢s, si se observa con atenci¨®n, el 56.074 es un n¨²mero sutilmente sim¨¦trico: el silencioso c¨ªrculo del cero intermedio separa, como el fiel de una balanza, dos agrupaciones que suman, cada una de ellas, once. Y desde que, la v¨ªspera, Sarabia marc¨® el und¨¦cimo tanto contra la selecci¨®n de Malta, estaba cantado cu¨¢l era ayer el n¨²mero de la suerte para los bilba¨ªnos.
La administraci¨®n n¨²mero 8 de Bilbao, o sea, donde Azcarreta, es, junto con el Puente Colgante y el Athl¨¦tic, uno de los m¨¢s caracter¨ªsticos signos de identificaci¨®n de la villa. Desde primeros de septiembre, los a?os que no hay inundaciones, y desde cuando se puede, el resto, miles de bilba¨ªnos acuden donde Azcarreta, en el p¨®rtico mismo del Casco Viejo, en busca de la suerte de fin jde a?o.
El 5 de octubre levant¨® la persiana do?a Matilde, viuda de Azcarreta, una vez que se hubieron retirado las aguas, y en motroy¨®n acudieron damnificados y supervivientes en general. Sab¨ªan lo que se hac¨ªan porque nada es casual en el orden pitag¨®rico y, ¨¢costumbrados a conocer el mar tan s¨®lo por sus tempestades, los bilba¨ªnos no ignoraban que es la Fortuna una deidad n¨¢utica que sigue al dios de la lluvia como el d¨ªa a la noche.
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