Periodismo inmaduro
Tras los duros a?os de silencio a los que tan injustamente se vieron ustedes sometidos durante la tenebrosa ¨¦poca de la dictadura, tengo la impresi¨®n de que est¨¢n cayendo, como tantos colectivos y personas en este pa¨ªs, en los excesos infantiles de quien lo tiene todo despu¨¦s de no tener nada, y no sabe administrarlo. Siempre cre¨ª, en un exceso de ingenuidad, que un periodista era la persona encargada de trasladar las noticias a los ciudadanos y ofrecemos, de cuando en cuando, su opini¨®n a trav¨¦s de editoriales, de forma que no fuera posible confundirla con la propia noticia. ?ramos los lectores o los oyentes quienes nos encarg¨¢bamos de asimilar, encuadrar y juzgar el hecho noticiable, de tal suerte que un periodista no era protagonista de nada, sino un mero mediador entre la noticia y el receptor, ¨²nicas partes legitimadas para sentirse como tales. Pues bien, desde hace alg¨²n tiempo, y dejando entrever una inmadurez digna de mejores causas, el periodista ha decidido unilateralmente ser arte y parte en la contienda diaria de la informaci¨®n y ha pasado a detentar un protagonismo siempre injusto.El periodismo al que nos est¨¢n acostumbrando ustedes es un periodismo crispado, agresivo, manipulador y obsesionado por la espectacularidad. Nunca ha dudado nadie de que el ejercicio de la cr¨ªtica es un derecho inviolable y saludable al que jam¨¢s debemos renunciar. Es necesario, no obstante, saber compaginarlo con una actitud de responsabilidad que, si a todos los ciudadanos nos afecta, a ustedes lo hace con especial significaci¨®n por la trascendencia de su labor. La madurez consiste en hacer modesta la labor trascendente, y la suya lo es mucho por cuanto puede modificar, en corto espacio de tiempo, el estado de opini¨®n de todo un pa¨ªs. Parece que a ustedes se les ha subido el champa?a de la libertad a la cabeza.
Vivimos en un pa¨ªs conflictivo por naturaleza que atraviesa una de las peores crisis de su historia. Sabemos que les tenemos que agradecer no pocas cosas de un pasado reciente, pero, por favor, no nos pasen tantas facturas. Hagan un esfuerzo por no crispar a¨²n m¨¢s una sociedad llena de conflictos que no necesita su ayuda para crear m¨¢s, sino para resolver los que ya existen. /
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