Orwell
Y los cultos ten¨ªan un tema de conversaci¨®n no bochornoso -ni astros, ni Magos, ni loter¨ªas-, sino Orwell, Orwell, sobre quien se hacen numerosas entrevistas en estos d¨ªas, cuando a m¨ª ni me gust¨® su Ebro ni me gusta. Prefiero a Huxley, como me ha propuesto, al fin, una fina entrevistadora, porque Huxley tiene la iron¨ªa inglesa, intelectual y de clase de no creerse m¨¢s que a medias lo que est¨¢ diciendo -The New Brave World-, mientras que Orwell, enteco y desmanteco, va de profeta por la vida.Se llamaba Eric Arthur Blair, cosa que escandalizar¨ªa mucho a los poetisos de provincias que no saben que Stendhal se llamaba Boyle, que Neruda se llamaba Ricardo Reyes, que Voltaire no se llamaba Voltaire y que Gabriela Mistral se llamaba Lucila Godoy. Me lo dijo el otra d¨ªa un taxista: "Yo, como Godoy, me la refanfinflan y me voy". Todo les parece una estafa, porque tiene una imagen gran¨ªtica del genio, gran¨ªtica y est¨¢tica, para mejor traicionarle con la lectura de otro genio. Orwell, que ten¨ªa pinta de granjero loco, colabor¨® en revistas londinenses, fue an¨²go de Koestier (de quien he soportado ¨²ltimamente un insoportable digest de toda su obra). 1984 es un a?o. O sea, el a?o en que se verifica que no le dio a la pelota ni una vez. I?m sorry. Cree que 1984, o sea que ya estamos, en cuanto pase la fiesta priv¨¦ de EL PAIS, ataca las equivocaciones de la finanza aglutinada, comunes a marxismo / fascismo. Por el contrario, marxismo, fascismo y capitalismo est¨¢n hoy de acuerdo en que lo que hay que hacer con el Estado, tan estatalista, es compr¨¢rselo, como los grandes bancos de la calle de Alcal¨¢ han querido comprarse una democracia en Espa?a. No s¨¦ a niveles c¨®smicos, pero en lo terrenal / local se qued¨® fuera de juego. Su libro, m¨¢s que una previsi¨®n cient¨ªfica, es una fantas¨ªa literaria. Finalmente, hace Granja de animales, tautolog¨ªa horrible (no hay granjas de t¨ªas buenas, un suponer), que es una fantas¨ªa, contra el estalinismo.
El estalinismo s¨ª era un enemigo concreto que denunciar. El futurismo, a Orwell, es que le sale fatal, oyes. Algunas frases suyas, ambiguas, se han interpretado en t¨¦rminos de nuestro tiempo, hablando, por ejemplo, del "equilibrio del terror", cosa que -que uno sepa- Orwell no escribi¨® jam¨¢s, entre otras razones porque lo de "equilibrio del terror" es un hallazgo estil¨ªstico americano, y Orwell, de estilista, nada / monada. Es una buena ma?a publicitaria situar un libro en una ¨¦poca venidera, pero cercana, porque as¨ª salta uno "fuera de sus calzoncillos", como dicen los yanquis, y sabe que se asegura una conmemoraci¨®n gratuita. Efectivamente, Orwell, que no era tonto, insisto, pese a su aspecto de granjero despistado, acierta en prever un mundo de ordenadores, pero eso, a partir del molinillo de caf¨¦, est¨¢ al alcance de cualquiera que reflexione. Anthony Burguess ha negado la calidad prof¨¦tica del libro de Orwell, y tiene toda la raz¨®n. 1984 es una par¨¢bola antiestatalista, y ya est¨¢ bien. Orwell crey¨® que el 84 estaba m¨¢s lejos. No sab¨ªa que est¨¢ aqu¨ª mismo. No contaba con Fraga, un suponer. La profec¨ªa le qued¨® pobre. Los profetas tienen que morir crucificados, pues, as¨ª, aunque sus profec¨ªas no se cumplan, la cruc¨ªfixi¨®n queda, que siempre es un detalle, y no le vas a andar discutiendo cosas y cifras a un muerto. El error de Orwell fue morir normal. El libro es un futurible / imposible que a m¨ª, hoy, no me dice nada. Prefiero los profetas de lo que est¨¢ pasando. Los profetas a posteriori, eso que hoy se dice "los analistas". Haro Tecglen, un suponer. La derecha escuchaba a OrweIl por si hab¨ªa algo que aprender de ¨¦l, y la izquierda por si hab¨ªa que matarle. Ha tenido uno que esperar a 1984 (hasta la literatura tiene sus compensaciones) para decir que Orwell no le gusta, que se equivoc¨® por anticipado y que su moral de granjero no nos iba a llevar a ninguna parte, salvo al huerto familiar, que ya hab¨ªa descubierto Voltaire. No m¨¢s entrevistas sobre Orwell, please.
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