Orwell y los cabalistas
Tanto los pron¨®sticos catastrofistas de Orwell en 1984 como las predicciones de los cabalistas han sido superados por la capacidad destructiva del ser humano. Ante el comienzo del a?o que el escritor ingl¨¦s eligi¨® para presentar una humanidad dominada por el totalitarismo, el autor del art¨ªculo recuerda que la misma realidad actual supera ya a lo previsto, y cita como ejemplos al clima de guerra permanente entre las dos grandes potencias, a la infinidad de guerras locales, al rearme interminable, al riesgo de conflicto termonuclear que destruya el planeta y a los horrores que han de soportar los precios pol¨ªticos. "Las tendencias naturales de nuestra civilizaci¨®n" afirma, "en cualquiera de sus diferentes formas pol¨ªticas y sociales, resultan m¨¢s insoportables que las predicciones m¨¢s l¨®bregas".
Uno se acerca a 1984 con prevenci¨®n. ?Y si se cumplen las predicciones de George Orwell? Lo curioso es que a lo largo de los casi 40 a?os en que el libro del escritor ingl¨¦s nos ha agobiado con horrores, los horrores que de por s¨ª la humanidad ha acumulado superan la angustiada imaginaci¨®n de Orwell.No s¨®lo existe una guerra permanente entre las dos potencias al permitir que sus econom¨ªas sean absorbidas por el rearme interminable, deteriorando la vida del hombre en Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sino que se agrega el riesgo de un conflicto nuclear que destruya la civilizaci¨®n entera. Orwell mismo no pudo imaginar tanto.
El destino de Winston Smith
Adem¨¢s, ninguna persona m¨¢s o menos informada podr¨ªa enumerar las diferentes guerras locales que en este momento tienen lugar en el planeta Tierra. Menos a¨²n discernir las causas. El destino de Winston Smith, el personaje de 1984, es terrible -la descripci¨®n de su soledad, su necesidad de amar-; la rebeli¨®n, prisi¨®n, interrogatorio y sometimiento posterior, im¨¢genes de un infierno.
Sin embargo, no se acercan a los horrores que sobrellevan los presos pol¨ªticos en El Salvador, decapitados delante de sus familiares, o los presos pol¨ªticos en Sur¨¢frica, o lo que ha sido el genocidio en Camboya, o los datos sobre mortalidad infantil en el Tercer Mundo, que surgen de los pulcros informes de las Naciones Unidas.
Los s¨ªmbolos llevan consigo un pes¨® abrumador y todos esperamos que ocurra en 1984 lo que George Orwell pronostic¨® en 1984. A pesar que desde hace tantos a?os estamos viviendo algo mucho m¨¢s doloroso, totalitario, angustioso y ya nada debiera sorprendemos.
De todos modos, la civilizaci¨®n judeo-cristiana tiene otro motivo de preocupaci¨®n. Lo que puede convertirse en demasiada carga para el conmovido coraz¨®n del hombre.
El a?o de la destrucci¨®n
El a?o nuevo jud¨ªo comenz¨® en septiembre. Es el 5744. Hasta fines de septiembre pr¨®ximo, 5744 y 1984 se corresponden. Y como el alfabeto hebreo permite que cada cifra pueda ser representada por letras, los cabalistas jud¨ªos insisten en afirmar que 5744 se lee tashmad (destrucci¨®n).
Aunque nunca precisaron a qu¨¦ destrucci¨®n se refieren, los estudiosos de la c¨¢bala admiten que podr¨ªa tratarse del pueblo jud¨ªo, aunque no descartan una perspectiva m¨¢s amplia. Antes de que el a?o 5744 comenzara, el 7 de septiembre de 1983, el ministro de Educaci¨®n de Israel present¨® una propuesta para modificar el orden de las letras en el alfabeto para que el fat¨ªdico n¨²mero se leyera de otro modo. Un religioso ortodoxo y hombre moderado, el ministro Zevelun Hammer, no pudo superar la angustia que el pron¨®stico le provocara.
Finalmente, su propuesta fue rechazada y hoy en d¨ªa miles de jud¨ªos religiosos viven con la ansiedad que producen los s¨ªmbolos legados por los cabalistas.
Aqu¨ª tambi¨¦n, como en el caso de 1984, lo ya vivido por el pueblo jud¨ªo indica que si hay destrucci¨®n, la del Estado de Israel comenz¨® hace siete a?os, cuando Menajem Beguin asumi¨® la jefatura del Gobierno de la naci¨®n jud¨ªa.
Fueron destruidas las posibilidades de paz en el Pr¨®ximo Oriente, miles de vidas inocentes, la tradici¨®n moral del pueblo jud¨ªo, el futuro de los j¨®venes israel¨ªes sometidos a una m¨¢quina militar totalitaria. Fueron destruidos los sue?os de quienes fundaron el Estado de Israel.
Capacidad homicida
En su 1984 Orwell describi¨® una sociedad totalitaria en permanente estado de guerra y violencia, sin imaginar cu¨¢ntas democracias responden hoy a su descripci¨®n. Cuando los cabalistas jud¨ªos leyeron destrucci¨®n en la cifra 5744, dif¨ªcilmente imaginaron que habr¨ªa de llegar el d¨ªa, despu¨¦s de tantas persecuciones y cr¨ªmenes cometidos a manos de otros, que esa destrucci¨®n podr¨ªa ser realizada por los mismos jud¨ªos.
Todos los pron¨®sticos, incluso los de George Orwell y los cabalistas, no alcanzan a imaginar la capacidad homicida y destructiva del ser humano. Las tendencias naturales de nuestra civilizaci¨®n, en cualquiera de sus diferentes formas pol¨ªticas y sociales, resultan m¨¢s insoportables que las predicciones m¨¢s l¨®bregas.
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