Jueces estadounidenses prometen reducir la condena a los violadores que se sometan a castraci¨®n qu¨ªmica
La castraci¨®n, qu¨ªmica o incluso f¨ªsica, ha sido propuesta recientemente a hombres convictos de delitos de violaci¨®n por numerosos Jueces americanos, a cambio de una reducci¨®n dr¨¢stica de la condena que les corresponder¨ªa. Este intento, calificado por muchos de una vuelta a la ley del tali¨®n, ha levantado en Estados Unidos severas cr¨ªticas, tanto entre las v¨ªctimas de los violadores como en los ¨¢mbitos m¨¦dico y judicial.Hace unos 15 a?os que empez¨® a ofrecerse a los autores de abusos sexuales tratamientos de quimioterapia, que ¨¦stos, en muchos casos, aceptaban. Sin embargo, en los pasados meses de febrero y agosto, en California y en Texas, respectivamente, dos magistrados causaron sensaci¨®n al ir mucho m¨¢s lejos: ofrecieron a los acusados la posibilidad de someterse a una castraci¨®n qu¨ªmica acompa?ada de una peque?a pena de prisi¨®n o de ser condenados a una pena m¨¢xima de prisi¨®n que llegaba a los 99 a?os de encarcelamiento para un convicto con antecedentes por el mismo delito.
Estas propuestas provocaron en su momento una gran pol¨¦mica, debido sobre todo a que los efectos de la droga utilizada para matar el apetito sexual en los violadores, llamada depo-provera, desaparecen en cuanto se suspende el tratamiento, por lo que no se puede hablar de castraci¨®n qu¨ªmica permanente.
El pasado mes de noviembre, un juez del Estado de Carolina del Sur fue mucho m¨¢s all¨¢, al proponer a tres violadores -Roscoe Brown, Mark Vaughn y Michael Braxton- la elecci¨®n entre la cadena perpetua o una condena de cinco a?os de libertad vigilada acompa?ada de castraci¨®n, sin especificar de qu¨¦ tipo de castraci¨®n se trataba. Aunque posteriormente el juez dio marcha atr¨¢s y afirm¨® que se refer¨ªa a la castraci¨®n qu¨ªmica, las dudas que sus propuestas suscitaron provocaron un gran debate.
Mientras el hombre de la calle parece pensar que la reducci¨®n de pena es demasiado grande, aunque vaya acompa?ada de tratamiento m¨¦dico, los crimin¨®logos se inquietan ante el precedente que supone una condena tan ligera para un delito tipificado como grave.
En cuanto a las feministas, dudan sobre todo de los efectos del medicamento utilizado y de sus posibilidades curativas. Subrayan que la violaci¨®n es, ante todo, un acto de violencia, y que el medicamento no podr¨¢ suprimir la agresividad.
"Este medicamento trata los s¨ªntomas, no la causa", ha declarado un responsable de la Asociaci¨®n de Abogados Americanos, quien ha a?adido que existe la posibilidad de que las personas tratadas con este medicamento puedan dar un paso m¨¢s y convertirse en asesinos como medio de descargar su agresividad.
Curiosamente, el doctor Fred Berlin, codirector del centro Johns Hopk¨ªns, de Baltimore, el centro m¨¦dico encargado de tratar a estos condenados, reconoci¨® que esta droga no tiene efecto alguno sobre los impulsos violentos de sus pacientes. Un violador, ha explicado, act¨²a porque no tiene ning¨²n respeto por los dem¨¢s, y no existe ning¨²n medicamento que pueda imbuirle este respeto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.