John Huston ha rodado en M¨¦xico la versi¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de Malcohn Lowry 'Bajo el volc¨¢n'
El proyecto de la pel¨ªcula ha tentado durante a?os a grandes directores y guionistas
John Huston ha terminado de rodar su pel¨ªcula n¨²mero 37, Bajo el volc¨¢n, basada en la novela de Malcolm Lowry del mismo t¨ªtulo, que se estrenar¨¢ la pr¨®xima primavera en el Festival de Cannes. Figuran en los papeles principales los actores Albert Finney, Jacqueline Bisset y Anthony Andrews. Rodada enteramente en M¨¦xico, donde Huston reside desde hace ya muchos a?os, el filme est¨¢ ahora en per¨ªodo de posproducci¨®n. Hac¨ªa ya d¨¦cadas que la novela de Lowry rondaba la industria del cine en varios proyectos. Se hab¨ªa convertido en un t¨®pico sobre el que revoloteaban los nuevos productores y todos ellos aseguraban tener el gui¨®n definitivo que iba a poner en im¨¢genes Bajo el volc¨¢n.
Algo habr¨ªa de cierto si hay que creer a John Huston cuando explica que a lo largo de su carrera han pasado por sus manos m¨¢s de 150 versiones de Bajo el volc¨¢n. Cabe la posibilidad, incluso, de que el mismo Malcolm Lowry intentara vender la suya propia, o una historia parecida, a alg¨²n productor durante la d¨¦cada de los treinta, cuando vivi¨® en Hollywood e intent¨®, sin ¨¦xito, entrar a trabajar como guionista para los grandes estudios. Dennis Potter, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Guillermo Cabrera Infante y Ronald Harewood se cuentan entre los escritores que se sintieron firmemente tentados. Alguno de ellos, como Cabrera Infante, avanz¨® profundamente en el proyecto y lleg¨® a terminarlo. Joseph Losey, Jules Dassin y Luis Bu?uel est¨¢n entre los directores que tambi¨¦n lo intentaron.Bu?uel explica en sus memorias que no se atrevi¨® a dar im¨¢genes a una historia que sucede pr¨¢cticamente en el interior del personaje. El mismo tortuoso camino del libro original, del que Lowry escribi¨® innumerables versiones antes de d¨¢rselo a su editor, parece haber marcado la senda de la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Bajo el volc¨¢n.
Quien al fin ha conseguido sintetizar en la sequedad de un gui¨®n la desbordante simbolog¨ªa del mundo interior del ¨²ltimo d¨ªa en la vida de Geoffrey Firmin, el ex c¨®nsul brit¨¢nico de Cuernavaca, ha sido Guy Gallo, un joven estudiante de literatura de Harvard en busca de su primer trabajo profesional, quien, por casualidad, incluy¨® un proyecto de gui¨®n sobre la novela de Lowry en un paquete destinado a Robert Fitzgerald, el productor otra pel¨ªcula de Huston, Sangre sabia.
Fitzgerald se lo pas¨¦ a John Huston, quien, tras hojearlo, invit¨® a Gallo a su casa mexicana de Puerto Vallarta. Cuatro meses despu¨¦s, el texto definitivo estaba terminado. Gallo no acababa de cre¨¦rselo. El otro productor, el alem¨¢n Wieland Schulz-Keil, se estaba haciendo al mismo tiempo con los derechos cinematogr¨¢ficos de la novela. Trescientos cincuenta mil d¨®lares cobr¨® la viuda de Lowry. Todo parec¨ªa estar a punto: con un nombre como Huston y una de las obras m¨¢s famosas de la literatura contempor¨¢nea, la financiaci¨®n no ten¨ªa que plantear demasiados problemas. Pero no fue as¨ª. Schulz-Keil se recorri¨® uno por uno los grandes estudios de Hollywod s¨®lo para descubrir que el nombre de Huston era maldito y que a los ejecutivos de la industria el tema les parec¨ªa demasiado deprimente para tener ¨¦xito en taquilla.
El m¨ªtico Figueroa
Curiosamente, casi al mismo tiempo el American Film Institute estaba ofreciendo a Huston un homenaje retrospectivo en consideraci¨®n a sus m¨¦ritos como una de las figuras m¨¢s importantes de la historia del cine. Tuvo que ser el Gobierno mexicano el que pusiera el primer mill¨®n y medio de d¨®lares para que Universal y Fox a?adieran el resto hasta completar los escasos cuatro millones de presupuesto, una ridiculez comparada con las cifras que se manejan hoy en d¨ªa en Hollywood.Huston se rode¨® de sus amigos mexicanos, sacando de su retiro al m¨ªtico director de fotograf¨ªa Gabriel Figueroa, uno de los preferidos de John Ford y Luis Bu?uel, y pidiendo al Indio Fern¨¢ndez que volviera a trabajar para ¨¦l. Tanto ellos como los tres actores principales -Albert Finney como Firmin, Jacqueline Bisset en el papel de su mujer y Anthony Andrews como su hermanastro Hugh- aceptaron cobrar por debajo de sus honorarios habituales. Finney, sobre quien recae la mayor parte del trabajo -pr¨¢cticamente est¨¢ en todos los planos-, aspira con esta interpretaci¨®n a situarse entre la elite de los Olivier, Guinness y Guielgud, compensando as¨ª su m¨¢s reciente trabado junto al director norteamericano, Annie, que el actor ingl¨¦s define como, simplemente, "negocio".
A pesar de que Huston es famoso entre los actores por lo lac¨®nico de sus instrucciones -se dice que incluso se niega a hablar con ellos de trabajo, limit¨¢ndose, durante el rodaje, a indicar d¨®nde empieza la toma y d¨®nde se sit¨²a el personaje-, en Bajo el volc¨¢n ha hecho una excepci¨®n. "Esta vez s¨ª que he hablado con Albert del personaje y del libro", dice. "Ambos estamos de acuerdo en que no se trata del drama de un alcoh¨®lico, sino de la heroica b¨²squeda de un individuo sensible de las claves de su pertenencia a este mundo". Y acaba diciendo Huston: "?No se tomar¨ªa Dios una copa si echara una mirada a lo que ha creado?".
La imagen de la muerte, que est¨¢ presente en todas y cada una de las escenas del filme, situado precisamente durante el d¨ªa de los muertos en M¨¦xico, parece marcar esta ¨²ltima fase de la carrera de John Huston. A sus 77 a?os, Bajo el volc¨¢n ser¨¢ su pel¨ªcula n¨²mero 37 , y puede muy bien ser la ¨²ltima. Muy delgado, sentado sobre una silla m¨¢s alta que las dem¨¢s, ha procurado durante el rodaje esconder las toses que delatan su lucha contra un enfisema pulmonar que amenaza con acabar con ¨¦l.
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