Del 'western' a Miami

Bud Spencer y Terence Hill se hicieron famosos con una serie de westerns en los que se parodiaba el g¨¦nero desde una perspectiva de comic modesto. Cuando el fil¨®n se agot¨®, se pusieron uniforme de polic¨ªas y se trasladaron a Miami. Desde entonces, el gordo y fortach¨®n Spencer viene encontr¨¢ndose con Hill, el listo y guapo de la funci¨®n. Como si de ex alumnos o ex reclutas se tratara, cada reencuentro equivale a o¨ªr contar la misma historia, a unas andanzas que se repiten, con un mimetismo que deja poco margen para la novedad. Y como sucede con las celebraciones entre colegas, la rememoranza es divertida o nost¨¢lgica para los implicados, pero no para los extra?os a todo el asunto.En Dos supersuperesbirros, Spencer y Hill son confundidos con los mejores agentes de la CIA cuando, en realidad, son un par de vividores: uno, reci¨¦n salido de presidio; el otro, patinador de autopistas (sic). Las aventuras en que van a verse envueltos surgen al margen de cualquier l¨®gica, un poco como distintas vi?etas en las que los personajes reaparecen despu¨¦s de haberse ca¨ªdo de un d¨¦cimo piso. De cuando en cuando hay detalles ingeniosos, como el del gran mapa luminoso desde el que el jefe del Servicio de Inteligencia Americano controla los fallecimientos de sus agentes, o di¨¢logos r¨¢pidos y cortantes, o peleas bien coreografiadas.