La batalla del Angola subtropical
ANGOLA ES un pa¨ªs que lleva 25 a?os en guerra, desde que se alz¨® contra la colonizaci¨®n portuguesa hasta es tos momentos, en que tiene abierto un doble frente, el de las guerrillas de la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) y el del Ej¨¦rcito surafricano. Est¨¢ exhausto. Su destino no es ¨²nico: muchos de los pa¨ªses que creyeron que comenzaban una vida nueva cuando consiguieron su independencia se vieron envueltos en nuevas guerras, aparentemente internas, pero en el fondo neocoloniales. Angola ha venido a convertirse en uno de esos condenados lugares del mundo en que se desarrolla el enfrentamiento de las dos grandes potencias por delegaci¨®n, y por encima de los grandes problemas generales. Angola, y la franja de pa¨ªses surtropicales que llega hasta Mozambique, es el frente directo contra el racismo blanco de ?frica del Sur y un expansionismo que tiende sobre todo a asegurar sus propias fronteras y a aniquilar los reg¨ªmenes marxistas-leninistas. Est¨¢ en el punto de mira de Reagan. La pol¨ªtica general de Occidente consiste en unas condenas verbales del racismo surafiricano y, al mismo tiempo, en un fortalecimiento de ese r¨¦gimen para evitar que una gran parte del ?frica negra salte al comunismo, y que la propia ?frica del Sur, con sus importantes materias primas y su posici¨®n geoestrat¨¦gica, sea anegada. En efecto, Angola s¨®lo puede sostenerse hoy frente a la ofensiva militar por la presencia de 25.000 soldados cubanos y una intendencia precaria que le llega de los pa¨ªses socialistas. Sin. esa ayuda, el Gobierno central habr¨ªa sido ya derribado por las guerrillas de UNITA. Este movimiento, armado y patrocinado. por Sur¨¢frica y por Estados Unidos, forma a su vez parte de una cuesti¨®n local: est¨¢ integrado por las tribus del sur del pa¨ªs, cuyos hombres fueron llevados por los portugueses al norte para crear unos grandes cafetales y para, armados, convertidos en soldados, defenderlos contra los ya revoltosos bacongo, expulsados hacia Zaire, de cuyo mosaico tribal tambi¨¦n forman parte. Portugal confi¨® err¨®neamente en que ese movimiento fuera el que se hiciese cargo de la independencia.
De esta forma, la situaci¨®n actual de Angola se confunde en estos aspectos simult¨¢neos: el enfrentamiento de los negros contra el racismo blanco de ?frica del Sur, que ahora ocupa parte del territorio angole?o alegando que persigue a los rebeldes a su propio Gobierno; una guerra civil en la que el movimiento de liberaci¨®n triunfante se sigue oponiendo al que fue derrotado en la instituci¨®n de la independencia; una forma de enfrentamiento entre el Este y el Oeste por la cual Angola recibe ayuda militar y civil de pa¨ªses comunistas y de pa¨ªses negros y del Tercer Mundo, mientras UNITA la recibe de Estados Unidos, la Uni¨®n Surafricana y otros pa¨ªses anticomunistas de la misma zona.
Toda la zona est¨¢ implicada en esta situaci¨®n. Mozambique ve su Gobierno -democracia popular del partido ¨²nico, el Frelimo- amenazado por el Movimiento de Resistencia Nacional, sostenido por ?frica del Sur. En mayo la aviaci¨®n surafricana bombarde¨® directamente Maputo para atacar las bases del Congreso Nacional Africano y de su brazo armado, la Organizaci¨®n Popular de Namibia (SWAPO), que es, te¨®ricamente, la perseguida en sus invasiones de Angola. Malaui es una dictadura conservadora que est¨¢ de parte de ?frica del Sur, pero, a su vez, amenazada por su oposici¨®n.
El riesgo de ver degenerar la situaci¨®n en toda la franja africana que va desde la raya del tr¨®pico al extremo austral es cada vez mayor. Una gran guerra interafricana en la que las razones b¨¢sicas y antiguas de tribus, razas y religiones se mezclaran al armamento y las instigaciones del Este y el Oeste podr¨ªa hacer parecer leve la situaci¨®n del Pr¨®ximo Oriente.
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